Ódiame. 18: Dos contra uno

322 35 115
                                    

Saeran

No había podido dormir mucho debido al cuerpo dolorido. Me pasé la noche pensando en Hana y en si de verdad Jumin ordenó que me pegasen. ¿Habría sido capaz de algo así?

Iba a levantarme cuando llamaron a la puerta. Me puse una camiseta y fui a abrir. Era Hana, aún llevaba la sudadera de mi hermano puesta, que lucía grande en ella y también demasiado sugerente. Noté cierto calor en mis mejillas.

—¿Puedo pasar? —murmuró en voz baja.

—Claro —cerré la puerta detrás de esta y nos sentamos sobre el colchón—, ¿qué ocurre?

—Se trata de Saeyoung, creo que me está traicionando.

—¿Qué? —fruncí el ceño. Tenía mis sospechas de que tramaba algo, pero no sabía qué. Era cierto que mi hermano lo había pasado muy mal esos últimos años, por eso no estaba demasiado estable para tomar las mejores decisiones.

—Me parece que está hablando con Baek, el tipo con el que estoy compitiendo para ganar las elecciones.

—Entiendo, ¿cómo lo has sabido?

—Lo ha llamado esta mañana. Fuera como fuese, a mí no proporcionó demasiado información sobre este, cosa que era su trabajo, pero no sé qué le habrá contado de mí. Quizás quiera hundirme la vida, ¿comprendes? Es posible que ya no me ame y haga todo esto por venganza —bajó la cabeza, dejando caer una lágrima que se secó enseguida.

—No lo creo, Hana —le tomé el mentón para que me mirase—, es cierto que Saeyoung lo ha pasado muy mal y puede que planease esto desde el principio, pero... estoy seguro de que ya no se siente tan bien al respecto, ¿sabes porqué? Porque por primera vez en mucho tiempo parece feliz y más centrado.

—Ya no sé qué pensar.

—¿Por qué no hablas con él?

—Tengo miedo de lo que pueda pasar —confesó— si está fingiendo y en realidad quiere joderme...

—No pienses eso.

—Es lo que parece.

—A veces las cosas no son lo que parecen.

—Puede, pero siempre prefiero ponerme en lo peor, por si sucede —se levantó de golpe y la seguí.

—Habla con Saeyoung.

Vi como asentía con la cabeza.

—Perdona por molestarte con mis problemas, ¿tú cómo estás? —se preocupó.

—Me duele un poco todo, pero estoy mejor que ayer —traté de sonreír—, ¿y tú, estás mejor?

—Eso parece, pero aún así voy a cancelar el debate, son demasiados riesgos.

—Entiendo.

—Bueno, ya me voy, gracias por escucharme —fue a darme un beso en la mejilla y giré la cara en la misma dirección sin querer, haciendo que casi nos besáramos. Me moví enseguida, cambiando el rumbo y esta hizo lo mismo, sin aclararse. Luego sonreímos.

—Perdona, no sabía... —sentí como el calor se agolpaba en mis mejillas.

—No te preocupes —me dio un beso en el pómulo y se fue.

Solté aire tumbándome sobre la cama y me puse la mano en el pecho. Aún sentía cierto cosquilleo en el estómago cuando estaba cerca, sin embargo debía aceptar que nunca estaría conmigo, que siempre estuvo colada por mi hermano y que seguía estándolo a día de hoy.

Quiéreme [Parte I y Parte II]Where stories live. Discover now