23. Huida

1.4K 184 321
                                    


Seven

Ya era tarde y Hana no había vuelto, ¿le habría pasado algo? Si fuera así nunca podría perdonármelo. La llamé varias veces mientras daba vueltas en círculos en el salón pero no contestaba. Resoplé dándole una patada a la mesa del comedor, tirando lo que había encima.

La madam ya estaba aquí y al entender lo que había sucedido puso el grito en el cielo pero yo ni siquiera lo escuchaba. Solo me importaba ella. Tenía que averiguar dónde estaba antes de que fuera demasiado tarde.

Pude activar el gps que tenía en el móvil y este me dio una dirección desconocida. Se cortó segundos después como si alguien estuviera tratando de impedirme el acceso pero yo ya la había grabado a fuego en mi cabeza. Debía ir lo antes posible por lo que la madam tendría encargarse del muerto por su cuenta.

—Necesito ir allí, madam, no puedo perder tiempo. —Me puse la chaqueta de leopardo que me trajo mientras me miraba como si fuera a matarme.

—Vamos a ver, recapitulemos: primero matas a alguien, luego pretendes que me encargue de tu puto muerto, y ahora me dejas solo para irte a rescatar a tu vecinita, de la que encima estás enamorado, ¡genial! ¡¿qué será lo siguiente?! ¿decirme que te casas, y dejar la agencia?

—¡N-no estoy enamorado! —titubeé—. Es solo... una vieja amiga —traté de buscar una excusa y me dedicó una mirada escéptica.

—¡¿Te crees que soy gilipollas?! Como la agencia se entere de todo esto me ordenarán que te mate. ¿Te das cuenta de la gravedad de la situación, agente?

—¡No tengo tiempo para estar discutiendo, Hana está en peligro! —grité dirigiéndome hacia la salida.

—¡Agente! ¡no des ni un paso más! —La madam me amenazó con su táser.

—¡Vamos, madam! ¡Entiéndeme! ¡está en un gran apuro! ¡debo ir! No digas nada, por favor... ¡no puedo dejar que le pase algo malo!

—¡La culpa es tuya, por enamorarte hasta las trancas! ¡sabes que está terminantemente prohibido tener relaciones! ¡y mira en lo que ha derivado! Has... —bajó el tono de voz—. Has matado a alguien por esa chica.

—No lo entiendes, ¡iba a violarla! y... ¡n-no estoy enamorado!

—¡Cuéntale ese cuento a otro! A mí no me engañas. Debes alejarte de ella y lo sabes. ¡Solo te ha dado problemas!

—¡No es cierto! ¡estás exagerando!

—Ya, claro, porque tener a un muerto en el salón es una tontería de nada.

—¡Te he contando lo que pasó! —repliqué.

—¡Ya! ¡y sé que entraste sin que te abriese! Tienes hasta su código de entrada, ¿verdad? ¿cuánta confianza tenéis, no?

—B-bueno... ¡es mi vecina!

—Ya veo, ¿tu vecina, la que te hace favores especiales?

—¿Q-qué? —no pude evitar sonrojarme al pensarlo—. ¡C-claro que no!

—¿Te acostaste con ella? —suspiré ante su pregunta bajando la mirada al suelo—. O sea que sí, ¡estupendo! ¡La has cagado, Seven!

—¡S-solo fue sexo! —me defendí.

—No es cierto y lo sabes. Idiota, nunca debiste hacerlo, ¡te has dejado llevar por tus estúpidas emociones! Sabes que no valen para nada.

—¡Agh! ¡tengo que irme! —me sentía muy frustrado—. No puedo seguir perdiendo el tiempo así que baja ese arma, madam.

Quiéreme [Parte I y Parte II]Where stories live. Discover now