Capítulo 2

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02

Rebecka

Conduzco demasiado lento, aprieto el volante demasiado fuerte, y estoy sudando por todas partes... si, por todas partes.
Aún no puedo creer que Alessandro hablo conmigo, siento que estoy delirando, pero si estoy soñando, no me despierten jamás.

Cinco minutos después llegó a casa de Cami, vive a unas calles de mi casa, no sabe manejar, así que soy su esclava de por vida.
Toco la bocina y recargo mi cabeza en el volante, y me muerdo el labio, mientras aprecio por la ventana del auto aquella casa que está frente a la de mi mejor amiga.

La mansión Ackerman...

Esta justo a unos pasos de la puerta de Cami...

La gran casa de tres pisos, con una entrada enorme, y un portón inmenso, lo adornan unas letras doradas con las siglas de la familia "AA", lo que se traduce a "Ackerman Anderson", los apellidos familiares.
Siempre he deseado entrar a esa casa, pero me conformo con ver un poco del interior cuando el portón se abre.

La puerta del copiloto se abre, volteo a ver a mi mejor amiga con unos shorts, una diminuta blusa y un sombrero lleno de flores. Si, ella es extravagante.

—Hola cariño—besa mi mejilla.

La casa de Cami, también es inmensa, de tres pisos, un poco más clásica. Los padres de mi amiga tienen dinero, no comparado con los Ackerman, pero están en un buen puesto económico, aunque jamás se atreverían a darle un auto a Cami, ella ha destrozado 3.

Enciendo el motor, no sin antes darle un último vistazo a aquella casa.

Cami suspira—Los Ackerman regresaron de sus lujosas vacaciones en dubai.

Me muerdo el labio, aún apreciando aquel portón—Lo sé... los vi esta mañana.

—¿De verdad?

Volteo a verla—Si... y casi atropello a Alessandro...

—¿Qué?—chilla.

Sonrió y asiento mientras comienzo a conducir.

—¿Cómo fue?, ellos no suelen ir a casa de sus abuelos...

—Ellos no van nunca en realidad, solo han ido dos veces en toda la existencia, y Alessandro jamás estaba en ellas.

—Eso me causa tristeza, los abuelos Ackerman están muy solos...

Asiento—Si... por eso me sorprendió ver la camioneta aparcada.

—Supongo que no irá nunca más, gracias a que casi lo atropellas.

Sonrió—Siempre puedo venir a tu casa y espiarlo...

—¡Haces eso cada noche!—confiesa.

Y es verdad, suelo ir a casa de Cami, solo a observar por la ventana, con un poco de fe en que él aparezca, pero casi nunca sucede.

—Parece que lo ahuyente...

—¡Pero ya sabe de tu existencia!

Hago una mueca—Algo es algo...

Llegamos a clase, corriendo, como si estuviéramos en un maratón, tocamos la puerta al ver al profesor ya en el salón.

—¿Podemos pasar?—pregunta en tono suave Cami.

—Que sea la última vez que se retrasan, ¿entendieron Garber y Cavanaugh...?

—Si profesor—murmuramos Cami y yo al mismo tiempo.

Entramos al salón y nos sentamos hasta el fondo.

Y durante el resto de la clase tratamos de poner atención, digo tratamos por que definitivamente no funciono.

Ackerman I: El clan Ackerman (+21)Where stories live. Discover now