Capítulo 28

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Rebecka

Algunas canciones después y tragos también... Cami estaba ebria, vomitando en el pasto y liándose con cualquier tipo, les juro que con cual quiera, ya era preocupante.

Corrí a pedirle ayuda a Alexis, quien estaba besándose con una chica en la piscina, pero al ver el estado de Cami cordialmente acepto y nos presto su habitación para que se recostara.
La cargo como princesa y la subió al tercer piso de la mansión, ahí estaban las habitaciones principales.

Ella jugueteaba con él mientras la tenía sobre sus brazos.

—Eres muy guapo—murmuro Cami torpemente.

—Tu eres la chica más hermosa que mis ojos han visto.

Ella sonrió—Claro, le has dicho eso a todas esta noche.

—No, por que desde que te vi llegar no he quitado la mirada de ti.

Solo pensé en reírme, por que él era un Ackerman y hace dos segundos estaba prendido de una chica.

Llegamos a un largo pasillo lleno de puertas.

—Becka, en mi bolsillo tengo una llave, ayúdame a sacarla.

Lo hice, saqué una llave dorada que introduje a la puerta y la abrió.

—Suelo cerrarla cuando tenemos fiestas, ya sabes, no queremos que hagan travesuras en nuestras camas—explicó.

—Entiendo, puede llegar a ser desagradable.

Su habitación era grande y azul, un poco infantil.
Depósito a Cami suavemente en la cama, ella insistió en que le contara un cuento, él acepto, se sentó a la orilla de la cama y comenzó a narrarle una historia infantil.

Recorrí la habitación de Alexis, sus fotos con sus hermanos, con sus padres, trofeos de fútbol. Era bonito y algo familiar, se parece a su habitación en casa de sus abuelos.
Salí de la habitación en dirección al baño, ya no estaba borracha, solo tenía llena la vejiga.

—Iré al baño...—susurre.

—Ve, yo me quedaré con ella.

Asentí, vi a Cami muy atenta a la historia de Alexis, sonreí y salí de la habitación.

Eran casi las cinco de la mañana, debía dormir un poco, me dolía la cabeza.
Entre al baño, me lave la cara y vacíe mi vejiga.

Caminé por el largo pasillo hasta que vi a Alessandro de espaldas entrando a una habitación, tan solo unas puertas después de la de Alexis. Es imposible no reconocerlo, su cabello, los tatuajes, todo...

No lo había visto en toda la noche, así que mi curiosidad me ganó, me acerqué y intenté entrar pero estaba cerrado, así que opté por tocar. Segundos después abrió la puerta.
Estaba sin camisa.

—Tú...—susurro y me repaso.

No estaba borracho, ya lo había visto ebrio, pero hoy no lo estaba.

—Hola...

—¿Qué haces aquí?—pregunto.

—Pues vine a la fiesta...

—Me refiero aquí afuera de mi puerta.

—¡Oh!, mi amiga esta durmiendo en la habitación de tu hermano.

—¿Tu amiga la Garber?

Sonreí—Si, ella se pasó de tragos.

Asintió—¿Quieres pasar?—se hizo a un lado.

Ackerman I: El clan Ackerman (+21)Onde histórias criam vida. Descubra agora