Capítulo 6

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06

Rebecka

Volteo y veo a mi mejor amiga, completamente dormida. Tomo una manta y la arropo, me levanto de la cama para apagar la luz de la habitación, pero mi curiosidad me gana y me acerco a la ventana.
Desde aquí se puede ver un poco más la fachada de la mansión Ackerman, pero solo eso, la fachada nada más.

Mis ojos se abren más al ver a una persona tambaleándose a la entrada de la mansión, trato de ver de quién se trata, y lo logró reconocer de inmediato.

Alessandro.

Sin pensarlo dos veces, salgo corriendo, bajo las escaleras en silencio, tratando de no hacer ruido, deduzco que todos están dormidos. Abro la puerta principal y la cierro lentamente. Bajo rápidamente los escalones de la entrada y corro, con el viento a mi favor, moviendo mi melena color fuego, olvidé recogerla, pero ya da igual.

La distancia entre ambas casas, es un poco extensa, cuando me acerco a aquel portón, mis pies se lastiman al sentir como se entierran piedras entre mis dedos, agacho la cabeza y noto que la entrada está tapizada de pequeñas piedras blancas, sinceramente nunca las había notado del todo, por supuesto también olvidé los zapatos.
Cuando estoy a unos pasos de él, noto que murmura cosas sin sentido y que se tambalea, mi primer instinto es tomarlo del hombro, impidiendo una caída, pero haciéndome notar.

Gruñe y siento su peso sobre mi hombro.
Va todo de negro, con unas botas y unos vaqueros que se acoplan a sus perfectas piernas y una camisa informal.

Voltea a verme—¿Quién...? ¡Oh! ¡Ya se quien eres!—arrastra las palabras.

Mi corazón da un brinco.

—La fresita problemática...—murmura.

Sus ojos brillan, supongo que por los efectos del alcohol, su cabello está despeinado, pero eso no es irrelevante, siempre está así y no le queda mal.

—¿Fresita?—frunzo el ceño.

Sonríe torpemente—¿Nadie te ha dicho que pareces una fresa?

Niego lentamente, aún no me creo que estemos tan cerca, yo con su brazo sobre el hombro, tratando de que no toque el piso, él con su cara ligeramente inclinada hacia mi rostro, con esa torpe y borracha sonrisa.
Su fragancia jugando con mi tacto.

—Lo digo por tu cabello—agrega mientras enreda su dedo en un mechón de mi cabellera.

—¿Perdiste la llave de tu casa?—cambio de tema, para no pensar en que está tocando mi cabello y respirando cerca de mi cuello.

Chasquea la lengua—Nadie tiene llaves de esta casa.

—¿Entonces como entran?

Sonríe—Ingenua fresita...—susurra cerca de mi mejilla.

Siento que pierdo el control de la situación.

Lo tomo del brazo, esta vez arrastrándolo un poco hacia la entrada.

—Siéntate—ordenó mientras lo animó a que lo haga.

—Mandona—farfulla, sus ojos se cierran.

Se tira sobre las piedras, y recarga su espalda en una pared. Mientras pienso en que hacer, no se por que carajos me metí en este jodido lío, mejor lo hubiera dejado que muriera solo aquí afuera.

Ackerman I: El clan Ackerman (+21)Where stories live. Discover now