Ackerman I: El clan Ackerman (+21)

Capítulo 19

19

Rebecka

La pista abre fuego cuando los tres entramos.
La música resuena y la pista se mueve, o tal vez es por que ya estoy algo pasada de tragos, bailamos como nunca. De verdad jamás creí que la pasaría tan bien con Alexis, es súper divertido y tranquilo, no había tenido tiempo de entablar una verdadera conversación con el, a diferencia de su hermano, Alexis es más abierto a cualquier tema y a sus emociones principalmente.

Cami me jala fuera de la pista, pidiéndome que la acompañe al baño, dejamos al chico Ackerman en la barra mientras buscamos el sanitario.
Me siento en el gran lavamos mientras espero a mi amiga, me cruzo de piernas y enciendo un cigarrillo.

Dos en un día...

Realmente estoy ansiosa.

Cami sale del baño tambaleándose y acomodándose la falda pegada.
Se recarga a mi lado, toma el cigarrillo de mis labios y le da una calada.

Expulsa una nube de humo—Realmente me estoy divirtiendo...

—Bueno, yo no me la estoy pasando tan mal...

—Estarías feliz si estuviera dicho hermano...

Ruedo los ojos y le arrebato el cigarro—Cierra la boca.

—No lo niegues... te pones nerviosa—mueve los hombros animadamente.

—¡Basta!

Sonríe—Ya hasta te sonrojaste... no se por que lo niegas, si siempre te has muerto por Alessandro.

Suspiro—Tal vez eso era antes... cuando tenía 12 y comenzaba a conocer el significado de hormonas.

Ríe—Si, yo también estaba muy enamorada, más de Zac Efron.

Bufo—Como olvidar lo traumada que estabas con él en High School Musical.

—No te hagas, a las dos nos encantaba—me acusa.

Sonrió en forma cómplice.

Terminamos el cigarro y regresamos a la pista. Alexis nos recibe con más tragos.

Lo que siguió después no lo recuerdo muy bien, todo es a medias. Solo bailamos muchísimo, mis pies me dolían tanto, pero me sentía tan animada que no me atrevía a sentarme ni un momento, después Alexis y Cami bailando muy pegados, pero muuuuy pegados...

Lo siguiente fui yo haciendo el ridículo, tratando de bailar sensual y por tonta me fui de culo al piso.
Alexis y Cami se doblaron de risa al verme toda desparramada en el suelo.

—Vamos... levántate—con ayuda de Alexis regreso a la pista.

—Creo que estoy muy ebria—arrastro las palabras.

—Estamos—agrega Cami con una sonrisita piadosa.

Al final de todo, nos corren del lugar, pues ya pasa de las 3 de la mañana, y ya van a cerrar, muy borrachos salimos de la discoteca, buscando una manera de regresar a casa.

El celular de Alexis comienza a sonar, y al ver la pantalla le cambia el semblante completamente.

—¡Ay no...!—murmura.

—¿Qué ocurre?—pregunta Cami a su lado.

—Creo que estoy en problemas...—arrastra las palabras.

—¿Problemas?

—Mi hermano me está llamado... él no puede saber que estoy ebrio—explica.

—Carajo...—maldice Cami.

—Yo respondo—me ofrezco.

—Si, por favor—me extiende el celular.

Tomo el celular, mientras que las manos me tiemblan, suspiro y me armo de valor para tomar la llamada.

—¡Alexis! ¿Dónde estás? ¡Carajo llevo horas tratando de localizarte!—su voz me hace perder la valentía.

Un nudo se forma en mi garganta, pero ya no puedo echarme para atrás.

—Hola...—musito tratando de que mi voz no suene tan borracha.

—¿Rebecka?

Carraspeo—Si, soy yo...

—¿Qué haces con el celular de mi hermano? ¿Dónde está Alexis?

—El está bien—aseguró.

—¿En qué cantina están?

—¿Qué?—pregunto algo ofendida.

¿Cómo lo supo?

—¿Sabes que mi hermano aún es menor?, y supongo que darle alcohol a alguien menor es un delito.

¡Ay dios!

Ya me vi esposada y en la cárcel.

Suspiro—¡Por favor!, no me mandes a la cárcel, esos trajes naranjas son espantosos y me veré horrible, porque soy pelirroja y el naranja no es mi color, no me hace resaltar.

Ríe, al parecer divertido ante la situación.

—Me agradas más cuando vas borracha, ahora pásame al idiota de mi hermano—demanda.

Volteo a ver a Alexis, le hago cara de perrito preocupado y le extiendo el celular, lo toma y se aleja a hablar.

Suspiro.

—¿Qué te dijo el bombón?—pregunta mi amiga.

—Que me metería a la cárcel.

—Que sutil...

Alexis regresa con nosotras.

—¿Todo bien?—pregunta Cami.

—Viene en camino.

—¿Por qué?—se me sale preguntar.

—Por qué vamos muy ebrios, y no podemos conducir.

Suspiro y me siento en la acera de la calle, todo está oscuro y ya casi no pasan autos, la borrachera comienza a subirse al mil por ciento, me acuesto en la calle, mientras espero que nuestro salvador llegue.

Minutos después escuchó un auto, y la voz animada de Alexis, me incorporo un poco y veo como Alexis se cuelga el cuello de su hermano, quien hace una mueca y lo abraza forzosamente.

Con ayuda de Alexis, Cami se monta en la camioneta Ackerman, mientras yo sigo acostada, viendo las estrellas.

—¿No piensas venir?—su voz se dirige a mi.

Me incorporo un poco para verlo mejor, aunque lo veo doble.

—Voy solo si me cargas—bromeo.

Ladea la cabeza—De acuerdo.

Se inclina, y con suma facilidad me toma de la cintura, cargándome como una princesa, uno de sus chóferes abre la puerta trasera y me coloca en el asiento, cierra la puerta, rodea la camioneta y se sube por el otro lado, junto a mi.

Cami y Alexis se fueron en otra camioneta, mientras que uno de los choferes condució la camioneta de Cami, la cual estaba aparcada en la discoteca.

Recargo mi cabeza en el asiento, y volteo a verlo, él hace lo mismo, nuestros ojos se conectan en ese instante.

—¿Qué tal la pasaste?—pregunta.

—Fue divertido, había pasado mucho tiempo sin pasarla tan bien, sin salir a una discoteca.

—¿Y eso por qué?

—La mayoría de las veces tenía que cuidar a mi hermano...

Asiente, alarga su mano y con la yema de sus dedos acaricia mi mejilla, creando un pequeño toque tal vez insignificante para el, pero no tanto para mi.

Mis ojos pesan tanto, que comienzan a cerrarse poco a poco.

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