Capítulo 36

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36

Rebecka

Cami regresó hacia mi.

—Estas muy mojada—murmuro—No se si fue por la alberca o porque Will beso tu mano.

Rodee los ojos—No seas ridícula.

—¿Qué te dijo?—pregunto.

—Me invitó a comer—sonreí.

—¿Vas a aceptar?

Hice una mueca—No lo sé...

—Deberías, eso pondrá más tenso a Alessandro.

—No hago esto por Alessandro, solo quiero saber la verdad.

—En el fondo si te gusta que se ponga celoso...

Sonreí y me mordí el labio—Algunas veces...

Tome una toalla y comencé a secarme, ahora me arrepiento de haber venido pero no dejaré que Alessandro me intimide, sé que quiere hacerlo, quiere que me vaya, no le voy a dar el gusto.

—Aceptaré su invitación—informe a Cami.

Sonrió y dio unas pequeñas y ridículas palmaditas.

—Es hora de ver el mundo arder..—frotó sus palmas.

Solo sonreí y comencé a caminar hacia el restaurante del club. Un tipo estaba en la entrada con un rostro de pocos amigos, nos observo a Cami y a mi.

—¿Tienen reservación o alguien las espera?

—Nos esperan—sonreí.

—Entonces adelante.

Caminamos muy seguras de nosotras mismas, mientras intentamos encontrar la mesa adecuada. Y entonces la vimos, al fondo, la mesa más grande del lugar, ahí estaban los Ackerman.

Intente verme tranquila y moví varias veces mi cabello para intentar acomodarlo, aún estaba echo un desastre por la alberca.

Will es el primero en verme, se levanta de inmediato de la mesa y se acerca a mi.

—¡Me alegra que hayas aceptado!—anuncio con una sonrisa.

—Espero que no te moleste que yo me haya unido—murmuro Cami.

—¡Para nada!, por favor tomen asiento.

Me senté justo frente a Alessandro y a un lado de Will.

El pelinegro no dejaba de observarme con odio, y en el fondo eso me hacía sonreír, estaba molesto y no podía disimularlo.

—Te ves muy linda..—murmuro Will.

Yo me sonrojé.

Alessandro rodó los ojos exageradamente—¡La acabas de ver hace 10 minutos, se ve igual!

Will suspiro y sonrió—Igual de preciosa.

—Gracias..—murmure tímidamente.

Alessandro solo se quedó observándome fríamente mientras yo sonreía, pues es lo único que me salía, una sonrisa.

Pedimos de comer y continuamos charlando. Will tenía muchas anécdotas para contarme, había viajado mucho y eso por alguna razón me fascinaba que me contara aunque jamás había viajado tan lejos como él contaba.

—Es hermoso, Canadá es todo un sueño y es  demasiado tranquilo...

—Suena increíble, algún día me gustaría ir.

—Si tienes la oportunidad de ir no la pierdas...

Seguimos escuchando cada una de sus majestuosas aventuras. Will era como un libro abierto, todo lo contrario a Alessandro, él estaban tan abierto y dispuesto a todo.
Ese era su encanto.

Ackerman I: El clan Ackerman (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora