Capítulo 44

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Rebecka

Comenzó a quitarse la sudadera negra y dejó al aire su perfecto abdomen marcado, jamás había apreciado sus tatuajes.
En su clavícula adornaba una serpiente cascabel, en su bicep derecho está pintada una daga atravesando un corazón, justo en sus abdominales adorna su año de nacimiento "1999"

—¿Tienen significado?—me atreví a preguntarle.

Apunto hacia la serpiente.
—Representa sabiduría y renovación, el corazón y la daga me recuerdan que no debo ser débil, mi año de nacimiento y está...

Apunta a una preciosa y jiñe detallada mariposa que se posa junto en su vientre.

—Representa a mi abuela...

Oh... este idiota está apunto de darme duro pero me esta mostrando su lado más tierno.

—Eso es tierno...—murmure.

—¡Mierda!—maldijo.

—¿Qué?

—Quería ser duro y no tierno, ahora cada vez que te penetre vas a recordarme como un osito de peluche.

Reí—No lo creo... podrías hacer que lo olvide.

Sonrió—¿Te gustan los juguetes?

No sabía a qué tipo de juguetes se refería, solo asentí.

—Bien... entonces abre ese cajón.

Apunto hacia un cajón que estaba justo abajo de su cama. Fruncí el ceño y baje de la cama, el cajón estaba enorme, era del ancho de la cama. Lo abrí lentamente para encontrarme una sorpresa.

Era de todo, menos muñecas.

—¿Qué es esto?—pregunte.

—Son juguetes Rebecka—recalcó.

—¿Qué clase de juguetes?

Sonrió—¿Qué juguetes pensabas tu?

—Muñecas... tal vez carritos.

Soltó una risa profunda y perfecta, jamás lo había escuchado reír, siempre era tan serio y frío.

—Si te sale bien eso de fingir que eres inexperta...

Si, se me había pasado ese pequeño detalle... Alessandro no sabía que era una súper inexperta.

—Claro...—murmure.

—Escoge el que quieras.

—Creo que por ahora no.

—Como tú quieras, no te obligaré, tal vez más adelante te atrevas más...

Asentí y cerré el cajón, volví a acostarme en la cama. Y fue cuando comenzó la acción. Me volvió a pedir que no me quitara más medias y los zapatos. Me deleité nuevamente cuando vi como se despedía de sus vaqueros y sus botas.

La cama se hundió cuando puso sus rodillas sobre ella, me aleje un poco, mi espalda choco con el duro respaldo.
Era como si yo fuera su presa y él estuviera deseando atraparme, en parte era así.

Tomo mis piernas y las estiró, dejándome completamente acostada y el sobre mi, no pude contenerme tanto, inmediatamente lo tome del cuello y ataque salvajemente su boca. Él me siguió el ritmo, entre cada beso había una caricia, cada vez bajaba más.

—Alessandro...—jadee cuando entre sus labios comenzó a acariciar mis pechos.

Inmediatamente puso uno de mis pezones en su boca y comenzó a succionar con fuerza haciéndome perder la razón. Mientras chupaba uno, masajeaba el otro con fuerza.

Ackerman I: El clan Ackerman (+21)Where stories live. Discover now