Ackerman I: El clan Ackerman (+21)

Capítulo 27

27

Rebecka

La semana cultural había llegado a la escuela, y honestamente me emocionaba.
Ya no pensaba en los problemas de mi familia. Había pensado mucho y lo había dejado atrás, todo había vuelto a la normalidad.

Era una semana llena de eventos, eso nos quitaba clases y sumaba diversión al asunto. Por otro lado Cami me había aconsejado que me alejara un poco de Alessandro, por que tenía algo de razón, me confundía cada vez que se acercaba.

—¿Y cómo está Roy? ¿Extraña a tu mamá?—pregunto Cami mientras almorzábamos.

—No lo se, no habla de ella, y tampoco quiero presionarlo.

—¿Ya sabes que te pondrás en la fiesta de esta noche?—pregunto.

—Si, tengo un atuendo perfecto—sonreí emocionada.

Esta noche se realizaría una gran fiesta, todo en la mansión Ackerman, si, no le convencía mucho entrar de nuevo ahí, pero era una fiesta y probablemente habría mucha gente así que no vería a Alessandro.

Salimos de la escuela y nos alistamos en la casa Gerber. Mis nervios aumentaban, me colaba por la ventana y veía cuánta gente comenzaba a llegar, el pueblo era pequeño pero cuando se organizaba una fiesta así la voz se corría muy rápido.

Me había puesto un sostén negro, acompañado de una falda del mismo color, sobre ellos acomode un vestido transparente que hacía ver como si tuviera cadenas por todo el cuerpo, se veía bonito, honestamente me agrado. Mi cabello iba suelto y un maquillaje ligero.
Cami llevaba un vestido similar al mío.

Salimos de aquella casa dispuestas a todo, sobretodo a olvidarme de esos ojos verdes. Había demasiada gente, recuerdo aquella noche que conocí esta casa de ensueño, estaba tupida totalmente.

Entramos y nos mezclamos entre todos, bailábamos torpemente, vimos algunos rostros conocidos, hasta que finalmente llegamos a la cocina y tomamos un trago. Vodka, el mejor remedio para borrar todo y divertirte.

—Pienso ponerme hasta los calzones—bromeó Cami.

—No digas eso, por que tendremos que cuidarnos la una a la otra.

—Obviamente—beso mi frente.

Caminamos entre la gente.

—¡Chicas!—gritaron a nuestras espaldas.

Volvemos y vimos a Alexis, le dimos nuestra mejor sonrisa.

—Hola...—lo salude.

—Estas espectacular—alabo—Más bien las dos.

Cami sonrió—También estás muy guapo...

—Debo seguir supervisando la fiesta, pero diviértanse y llámenme si necesitan algo—beso la mejilla de Cami y se marcho.

Ella sonrió como una tonta.

—¡Te gusto!—la acusé.

—¡Ay dios! ¡Cállate!—se quejó.

Sonreí—Admítelo.

—No, jamás.

Volteo y comenzó a caminar, sonreí y la seguí.

Me divertía cuando negaba lo que sentía, le atraía Alexis, tal vez se sentía insegura por la edad o por lo que dirían sus padres, pero eso era lo que menos importaba.

Nos dirigimos hacia el jardín, muchos ya estaban disfrutando la alberca, entre ellos Alessandro, quien se divertía con sus amigos, supongo que los de su antigua escuela privada. No quise tomarle tanta importancia. Seguí bailando y bebiendo con Cami, algunas veces Alexis se colaba entre nosotros e hicimos algunos amigos.

La mayoría eran de la antigua escuela de Alessandro, realmente tenía muchos amigos allá.

—¿De dónde conocen a los Ackerman?—preguntó un moreno que acabábamos de conocer.

Se llamaba Malcom, era guapo, tenía ojos grises, nada mal, no muy mi tipo, pero guapo.

—Están en nuestra escuela, ¿y tú?—pregunte.

—Compartí clase con Alessandro.

—Vaya... ¿y qué tal era?

—Egocéntrico—respondió.

Sonreí, creo que ya estaba algo borracha, y él era agradable. Tomamos algunos shots juntos, me contó algunos chistes y que le gustaba nadar, igual que a mi, no se como ocurrió pero después ya estaba sobre él, besándolo torpemente pero intentaba prenderme de sus suaves labios, se sentía extraño hacer esto, es tierno y delicado pero nada como los labios de alguien más...

Carajo, ya no quiero pensar en él. Me concentré y enredé mi lengua con la suya, el sabía lo que hacía, yo intenté marcar un ritmo pero era inútil, él comenzó a subir su mano por mi muslo, todo bien, no me puse alerta.

Hasta que su mano sobrepasó el límite y comenzó casi a rozar el borde de mis bragas, ahí si me puse alerta y me aleje de inmediato, separé nuestras bocas, él me volteó a ver algo confundido.

—Fue suficiente—puse la mano en su pecho.

—¿Me dejarás con ganas de más?—pregunto.

—Tal vez alguien más te las quite.

Corrí a la pista y baile como si nada con mi mejor amiga.
Volteo a verme, me conocía, supo que algo había pasado.

—¿Terminaste tu besuqueo?—bromeo.

Sonreí—Torpemente si, quería subir de nivel.

—¡Ay dios!, que intenso...

—Mejor de lejitos.

—Adoro cuando rechazas a esos tipos idiotas.

—Me agrada hacerlo..

Seguimos bailando, moviendo nuestras caderas al compás de la música, bailábamos a dúo y nos ganamos algunas miradas incorrectas, pero no importo. Cami bailaba mientras tocaba mi trasero, era divertido ver a los tipos tan emocionados al ver que día mujeres bailaban y se tocaban.

Nosotras lo disfrutábamos.

—Los tenemos como idiotas—susurró en mi oído Cami.

Sonreí—Así es...

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