Capítulo 31

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31

Rebecka

Alexis había prometido encargarse de todo esta noche, lo cual pareció una buena idea. Él sabría a donde llevarnos.

El camino comenzó a hacerse largo.

—¿Dónde está el bar?—pregunte.

Alexis sonrió—En la ciudad, casi llegamos.

La ciudad quedaba a 1 hora del pueblo, teníamos tanto tiempo sin ir ahí, desde la ultima vez que fue cuando Cami chocó su auto convertible y nos metimos en grandes líos, nos habían prohibido regresar y cumplimos, hasta hoy.
Las luces de la ciudad comenzaban a asomarse, el rostro de Cami se iluminó, ella realmente amaba venir. En el pueblo solo se sentía encerrada, pero aquí en la ciudad éramos nosotras mismas, nadie nos conocía, nadie podía hablar de nosotras, podíamos hacer lo que quisiéramos sin recibir un regaño o una mirada juzgona.

Casi 20 minutos después la camioneta se detuvo frente a un enorme edificio, había demasiados carros esperando entrar, pero Alexis bajo la ventanilla y susurró algo. Inmediatamente nos dieron acceso por un carril exclusivo.

—Eso es tener poder..—susurro Cami en mi oído.

Yo solo asentí mientras veía el auto andar.

La camioneta se detuvo, justo después unos tipos abrieron las puertas y nos ayudaron a bajar, todo era muy privado, siempre tuvimos seguridad junto a nosotros. El estacionamiento estaba vacío, solo al final de este había unas escaleras de metal. Caminamos hacia ellas y subimos. Mi mano iba junto a la de Cami, mientras que Alexis iba junto a nosotras, tampoco se despegó en ningún momento.

Las escaleras dieron entrada a un cuarto oscuro, donde había más seguridad, hablaron un momento con Alexis y finalmente abrieron la puerta dejándonos entrar al gran lugar que nos esperaba.

Ajuste más mi vestido y camine con seguridad a la gran discoteca privada, inmediatamente sentí miradas sobre nosotros, había toda clase de personas.
Alexis escogió una mesa privada en el segundo piso, era muy cómoda pues ninguna persona tenía acceso a ella, solamente nosotros y nuestra seguridad.

—¿Cómo conoces este lugar?—finalmente me atreví a preguntarle.

Se inclinó un poco para contestarme, pues la música estaba muy alta.

—Es de mi abuelo—murmuro.

Abrí los ojos sorprendida—¿Del abuelo Ackerman?

Sonrió—Era de él en realidad, cuando aún podía manejarlo, gracias a su enfermedad pasó a ser de mi padre, quien es el que lo ha arreglado y lo levanto.

Eso fue inesperado, aunque siempre supe que el dueño de todo algún día fue el abuelo, y ahora no puede siquiera levantarse.

Suspiro y volteo a ver a Cami quien estaba a su izquierda, se le veía feliz, meneaba la cabeza y sonreía.

—¿Qué quieren tomar?—pregunto.

—Lo que sea esta bien—respondí.

Cami se inclinó y rozó el cuello de Alexis con sus labios, esto lo hizo estremecer y volteo a verla directo a los ojos.

—Me apetece beber champagne...

—Lo que quieras bella signora—susurro en italiano.

No tenía idea de que lo hablaba, pero su pronunciación fue perfecta, beso la mano de mi mejor amiga y pidió una botella del mejor champagne que encontraran.

La primera botella llegó a la mesa, y después de esa desfilaron unas cuantas más. La noche estaba incontrolable, bebía las últimas gotas de la botella mientras pedía otra. Cami estaba abrazada de Alexis mientras bailaban, por mi parte estaba sola pero me estaba divirtiendo. Esa era la razón principal por la que quería venir.

Las copas comenzaron a pesar en mi sistema, y comencé a embriagarme más, me senté en el sillón mientras veía a mis amigos disfrutar de su compañía, después regresaron a la mesa.
La noche se tornaba triste y después los tres comenzamos a contar cosas triste.

—Y así fue como le di todo y le abandonó...—concluyó Alexis.

Nos contó cómo su ex novia lo utilizó por interés, él realmente estaba triste, me incliné y le di un abrazo, Cami hizo lo mismo.

Él está a apunto de romper en llanto, pero intervine.

—¡No!, el primero que llore tendrá que quitarse los calzones—advertí.

—¡Rebecka!—chillo Cami.

—Ya dije, el que llore tendrá que poner sus lindos calzones sobre la mesa.

—De acuerdo... no llorare—dijo Alexis.

La noche continuó, llegaron más y más botellas y mucho más historias, hasta que la lengua se me soltó y confesé todo sobre Alessandro. Él como me sentía, la rabia que me daba y lo estúpida que fui.

—No fuiste estúpida Becka—murmuró torpemente Alexis.

—¡Lo fui!, sabia que él jamás estaría conmigo.

—¿De qué hablas?, eres increíble.

—Al parecer eso no es suficiente para un Ackerman.

Alexis suspiro frustrado—Si supieras todo no lo verías de ese modo y entenderías a Alessandro.

—¿Si supiera que?

—Nada...

—Ahora menos me lo sacare de la cabeza—mis ojos comenzaron a ponerse cristalinos.

—¡No llores!—grito Cami.

—Es que...no puedo controlarlo—una lágrima resbaló por mi mejilla.

—¡Ay dios! ¡Despídete de tus calzones Rebecka!

Sollocé mientras me negaba a quitármelos, aunque era tonto, yo hice ese trato.

—Un trato es un trato pelirroja—intervino Alexis.

—Bien, lo cumpliré.

Limpie los restantes de lagrimas, mientras por debajo de la mesa deslice mis finas bragas de encaje rojo que había elegido para esta noche, rozaron con mi vestido y las saqué con cuidado por mis pies. Las lancé a la mesa e inmediatamente Cami y Alexis comenzaron a burlarse.

—Lindas bragas—alabó el menor de los Ackerman.

—Oye—reprendió Cami.

—Apuesto a que las tuyas están mejores—le guiño un ojo coquetamente.

Pero yo quería seguir desahogándome por lo que ordene tequila, la peor pesadilla de cualquiera, sin miedo me tomé cuatro chupitos y seguí desquitándome, las lagrimas continuaron rodando por mi rostro mientras maldecía a aquel hombre de ojos verdes y cuerpo encantador.

Después Cami comenzó a llorar y le toco quitarse las bragas, las cuales Alexis tomó y las quería guardar, pero al final las dejó sobre la mesa junto a las mías.

—¡Lo detesto!, pero... ¿por qué tiene que estar tan bueno? ¿Por qué tiene que besar tan bien y por que sabe mover así sus dedos?

Cami y Alexis se quedaron callados.

—¿Qué les pasa?—bufé algo confundida.

Voltee y entendí todo.

—¿Están vendiendo lencería?—pregunto.

Trague duro, mi voz no salía.

—¿Qué? ¿Los ratones te comieron la lengua fresita?

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