Capítulo 48

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48

Rebecka

Llegamos finalmente a la cabaña, al parecer nos tardamos más de lo normal, pues ya estaba toda la familia esperándonos.
Estaban todos comiendo en la mesa cuando aparecimos por el pasillo.

—¿Por qué demoraron?—cuestiono Alexis

—Nos encontramos unos conejos a mitad de la carretera, y tenía acariciarlos—excuse con facilidad.

Alessandro me observo algo divertido al escuchar tal mentira.

—Claro.. y de seguro esos conejos estaban saltando—murmuro Cami, viéndome de forma acusatoria.

Alessandro rió entre dientes y le metí un manotazo que lo hizo callarse.

—Siéntense a comer—pidió Anastacia ignorando nuestra excusa.

Asentí, camine hacia la silla vacía y Alessandro se sentó junto a mi.

La cabaña era fabulosa, de verdad increíble, con un gran patio junto a un lago inmenso. La cocinera inmediatamente nos puso la comida enfrente, Alessandro comenzó a comer rápido, yo lentamente disfruté la comida.

Ariel Ackerman hablaba de negocios en la mesa, pero se notaba que sus hijos no estaban para nada interesados en el tema, la única que le respondía con cierto entusiasmo era su esposa. Ariel se levanto de la mesa ganándose las miradas de todos.

—Alessandro y Alexis, los quiero en mi oficina en cinco minutos—tiro la servilleta en la mesa y se metió a la casa.

Alessandro hizo una mueca de desagrado, me volteo a ver y se levanto de la mesa, Alexis hizo lo mismo.

Solo nos quedamos las tres en la mesa.

—¿Qué tal su embarazo señora Ackerman?—pregunto Cami.

Ella sonrió y suspiro—Después de 17 años es diferente...

—¿Cree que sea niña?—pregunte.

Ella solo hizo una mueca—Espero que no... a Ariel no le agradaría eso.

—Seria lindo ver a Alexis y Alessandro siendo los hermanos sobre protectores—murmuro Cami.

Anastacia sonrió con alegría, y por primera vez vi esa mirada de ilusión, ella siempre luce fría y distante, pero solo es así cuando Ariel esta cerca.

—Aquí entre nosotras... confieso que siempre quise una niña...

—Yo también quisiera tener niñas, y vestirlas lindo—dijo emocionada mi mejor amiga.

El celular de Cami vibró en la mesa, pidió disculpas y se retiró con la excusa de que era su padre.

—Es lindo ver cómo sus papás se preocupan por ella..—musitó Anastacia.

—Si, ellos son increíbles—musité.

—¿Conociste a tu padre?

Negué—Jamás.

—¿Nunca quiste conocerlo?

—De pequeña todo el tiempo, después entendí que si yo le importaba, ya me hubiera buscado.

Cami volvió a la mesa.

—Están felices—murmuro para mi refiriéndose a sus papás.

—Solo quiero aclarar que yo no tengo nada en contra de tus padres..— dijo Anastacia con honestidad.

—Los enemigos de mis padres no son los míos.

—Señoritas... y señora—murmuro una voz masculina.

Ackerman I: El clan Ackerman (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora