Ackerman I: El clan Ackerman (+21)

Capítulo 20

20

Rebecka

Unas leves caricias en mi mejilla me hacen abrir los ojos lentamente, me encuentro con ese par de luiros verdes.

Sonrió.

Mas bien un intento torpe de una sonrisa.

—Hemos llegado—informa.

—¿A dónde?

—A tu casa—responde, como si fuera lo mas obvio del mundo.

—Ya no vivo aqui—espeto.

—¿Cómo? ¿Te mudaste?, hace horas te deje en la puerta.

—No quiero hablar de eso.

—De acuerdo, pero... ¿a donde te llevo?

—A casa de Cami.

Asiente, le da indicaciones al conductor y el auto vuelve a estar en movimiento.

—Mañana es el gran dia—suspira.

Justo en ese momento aparcamos frente a la casa Garber.

Me incorporo un poco y veo el gran portón negro de la mansión Ackerman, abierto de par en par y un montón de personas entrando y saliendo.

—¿Tan temprano es?—murmuro.

—Cuando hay eventos suelen organizar todo a primera hora.

—¿Y eso significa las 4 am?

Sonríe—Si...

—Gracias por traerme... lo siento por emborrachar a tu hermano.

—Se perfectamente que Alexis toma desde muy chico.

—¿Entonces no estas enfadado?

Se acerca mucho a mi rostro y susurra..—Estaba jugando.

Golpeo ligeramente su hombro.

—Pésimo juego.

—¿Sigues dispuesta a ser mi pareja para esta noche?

—¿Tengo otra salida?

—Me temo que no...

—Entonces sigo dispuesta...

—Si necesitas cualquier cosa puedes decírmelo...

—¿Cualquier cosa como qué exactamente?

—Lo que sea... ir por comida, si necesitas compañía, o incluso si te atascaste en el baño. Siempre puedes llamar.

—¿Tienes idea de lo desagradable que seria quedarme atascada en el baño y pedirte ayuda?

Ríe—Solo decía... ahora que ya no seremos vecinos.

—No me extrañarás, ni siquiera me notabas los pocos días que fuimos.

—Te equivocas, pero fue bueno mientras duro.

Estiro mi mano y abro la puerta de la camioneta—Nos veremos mas tarde... supongo.

—Te vere más tarde—asegura.

Casi corro por el césped hasta llegar a la puerta, me pongo de cuclillas para levantar el fino tapete y encontrar la llave dorada que abre la puerta.

Luna siempre nos deja la llave, pues entiende que nos gusta de vez en cuando salir de fiesta, solíamos hacerlo mas seguido, cuando mama no trabajaba tanto tiempo fuera.

Introduzco la llave lentamente, la giro suavemente hasta escuchar el clic que me hace respirar, entro en total silencio, cierro despacio la puerta detrás de mi y corro de puntitas hacia las escaleras.