Ackerman I: El clan Ackerman (+21)

Capítulo 43

43

Rebecka

Tome mi abrigo y me lo puse con demasiada vergüenza.
Alessandro me tomó de la cintura e hizo que me volteara.

—¿Estás bien?—cuestiono.

—Lo estaría, si no hubieras gritado que se me veían las tetas frente a todos.

—Lo lamento, creo que me altere.

Rodé los ojos y le saqué la vuelta. Camine por la cocina robándome algunas miradas chismosas.
Abrí las puertas de cristal y salí al jardín, el aire frío me lleno el pecho de golpe. El jardín no estaba vacío, había mucha gente, algunos en la piscina y otros jugando clásicos juegos de cerveza.

Camine hacia el otro lado del césped y me senté en una solitaria banca.

—Lamentó haberle gritado a ese idiota que dejara de verte las tetas...

Voltee y vi a Alessandro sentado junto a mi.

Sonreí levemente—Eres un idiota.

Sonrió—Creí que ya lo sabias.

—No se si escuche mal... ¿dijiste que yo era tu chica?

Se le borro la sonrisa y se reemplazó por una mirada nerviosa.

—Solo quise asustarlo—aclaró.

—Ya...—murmure y pose mi mirada en otra cosa que no fuera él.

Suspiro—Solo fue un decir...

—Entiendo.

—Rebecka...—murmuró.

Voltee y nuestras miradas conectaron. Sus ojos brillaban como nunca, ese verde espectacular se veía como una preciosa piedra.

—Alessandro...

Se acercó más a mi, casi podía sentir su respiración en mis mejillas y sus manos inquietas por tocar las mías.

Era el momento con el que siempre soñé, siempre quise tenerlo así de cerca, sin barreras, sin oposiciones, sin personas que nos interrumpieran.

—He pensado mucho...—confiesa.

—¿Qué has pensado?

—En que quiero estar contigo...

Mi corazón se acelero por completo, comenzó a latir con intensidad, mi respiración se agito.

—Y yo contigo—correspondí.

Sonrió, acaricio suavemente mi mejilla, paso su lengua por sus labios para después estrellarlos con los míos, formando un beso húmedo y necesitado.
Con una agilidad, Alessandro me subió sobre su regazo y solo pensé en qué tal vez esta sería mi primera vez.

Gracias al cielo no había nadie cerca y estaba algo oscuro, pero no quería mi primera vez aquí, tampoco era especial para mi perder la virginidad, ni siquiera creía en ella.