Capítulo 64

31.1K 1.7K 80
                                    


64

Rebecka

Era el día.

Ariel conocería a Ray.

Y yo solo moría de nervios.

Las últimas semanas fueron tranquilas. La tensión en la escuela disminuyó, al igual Alessandro y Cami no me dejaban sola. Mamá se iba en unas semanas y yo volvería a casa, si es que todo salía bien en la audiencia.

Ariel estaba dispuesto a demandar y pelear por Ray, y mi madre... ella no se daría por vencida.

Me lo dejo claro el otro día.

Fui a visitar a los abuelos Ackerman, pues ya les debía una merienda, me dio mucho gusto verlos, y ellos se pusieron muy felices.

—Nos asustamos mucho cuando nos enteramos del accidente—contó la abuela.

—Si, fue muy duro, aún intento recordar algunas cosas.

—¿Olvidaste que trabajaste para nosotros unas semanas?

Asentí—No dudo que fue muy lindo estar con ustedes.

—¡Lo fue linda!, espero algún día regreses.

Sonreí.

—Sería bueno tener de vuelta a nuestro nieto aquí..—susurro despacio como un pensamiento.

—Prometo que lo tendrán aquí más seguido.

Su rostro se iluminó en una sonrisa.

—Linda Becka, debo decírtelo, tú madre vino hace unos días...

—¿A qué vino?

Suspiro—Nos lo contó todo, todo lo de nuestro hijo, que tu hermano...—su voz se quebró.

Maldita...

—No, no se ponga así—dije al verla a punto de llorar.

—Nosotros no criamos a un hijo así, engaño a su esposa, la engaño cuando sus hijos estaban pequeños, no pensó en ellos...

—Mi mamá tampoco pensó en mi.

—Lo siento mi niña.

—No tenía ningún derecho a venir a decirles eso, es que me enfada tanto.

—Dijo que Ariel quiere quitarle la custodia, ¿eso es posible?

—Si se demuestra que mi hermano es un Ackerman de verdad, es decir de sangre, tal vez.

Suspiro—¿Y tú quieres que tu hermano esté con ellos?

—No, ni siquiera lo conoce, pero se que tiene derecho a saber quien es su padre y a decidir si convivir con él o no.

Le dio un sorbo a su té y yo me levante de la silla.

—Me encanto la merienda, espero volver a repetirla.

—Nos encanto tenerte aquí, a la próxima no estaría mal que mi nieto te acompañara.

Sonreí—Vendrá conmigo, lo traeré de las orejas si es necesario.

—Eres tan dulce Becka, él es tan afortunado de tenerte y espero que te valore o se las verá conmigo.

Eso fue tierno.

—Si me hace algo, no dudare en venir a acusarlo.

Me dio un gran abrazo y salí de aquella casa que me daba tanta paz.

Afuera estaban los escoltas de la familia Ackerman, me estaban esperando.

Al verme salir me abrieron la puerta pero negué.

Ackerman I: El clan Ackerman (+21)Where stories live. Discover now