Ackerman I: El clan Ackerman (+21)

Capítulo 55

55

Alessandro

La voz que me hablaba era Regina, ella estaba ahí, parada junto a la ambulancia, eso solo significaba una cosa.
Que ella...

—No...—susurre.

Ella no puede estar muerta.

Tenía tanto que decirle, ni siquiera pude hablar con ella realmente, intentar ponerme en su lugar por un momento, entenderla, fui tan idiota, ella estaba sufriendo y solo pensé en mis sentimientos. Hace unos minutos solo tenía enojo en mi sistema, quería gritarle y preguntarle porque se había ido sin hablar.

Y ahora ya no podría decírselo nunca.

Regina se acercó a mi cuando me vio derrumbarme en el suelo, y musitó unas palabras que me hicieron respirar de inmediato.

—Se llevaron a Rebecka al hospital, no esta muerta.

Noté que su cabeza estaba sangrando y que su ropa estaba llena de sangre.

—¿Qué ocurrió?—me escuché preguntar—¿Quién murió?

Los ojos de Regina se llenaron de lágrimas.

—Nos estrellamos con un camión—su voz se quebró—Rebecka perdió el control.

Sentí que unas manos tomaron mis brazos y me levantaron de inmediato del pavimento aún caliente.

—Tenemos que irnos Alessandro—murmuraron.

Sentí que ni siquiera reconocía a quien me estaba hablando, pero al verlo supe que era mi hermano.

—Quiero ir a verla.

—Iremos a verla, ahora sube a la camioneta.

Asentí y camine aún con la ayuda de mi hermano y nos montamos en una de las camionetas, a través del vidrio pude ver que Regina se subía a una ambulancia. Alexis se subió junto a mi.

—Cami se irá con Regina.

—¿A donde se llevaron a Rebecka?

—Al hospital que está en la ciudad, será un largo camino, trata de dormir un poco.

—¿Ella va a estar bien?—le pregunté.

No se siquiera porque le preguntaba eso, sentía que necesitaba saberlo, nadie lo había dicho.

—Si, estará bien—prometió.

Recargue mi cabeza en el asiento trasero, todo se movía, tal vez eso ayudó a que mi cabeza dejara de pensar tanto y comenzara a descansar aunque sea un poco.

Meses antes

Era un día normal, por la tarde, justamente acababa de salir de mi entrenamiento de fútbol, cuando mi celular sonó.
Tome la llamada de inmediato, era mi padre.

—Papá..—respondí.

—Necesito que vengas al hospital.

—¿Ocurrió algo?

—Tu abuelo tuvo un pre infarto.

—¿Está bien?

—Si, solo se quedara esta noche aquí, necesito que vengas por tu abuela y la lleves a casa.

—Bien.

No podía negarme, y minutos después llegué al hospital del pueblo, creí que papá los llevaría al de la ciudad, pero vi a mi abuela en la entrada.

Estaba tan cansada y preocupada que me dolió verla así.

—Y me asusté Alessandro, creí que lo perdía.