Ackerman I: El clan Ackerman (+21)

Capítulo 10

10

Rebecka

Mi turno termino, me despedí de los abuelos Ackerman y caminé a casa. Al entrar el olor a pizza inundó la cocina, entre y vi la caja de cartón sobre la mesa, y a mi amiga bailando mientras cocinaba algo.

—Prometiste cocinar tu—murmuro.

—¿Y qué crees que hago?

—¿Se supone que estas cocinando?—bromeo.

Toma un paño y me lo lanza en la cara.

—Pedí al pizza, pero cocine la pasta.

—Te esforzaste, un punto por eso...

—¿Qué tal el trabajo?

—Bien, como siempre...

—¿Solo tienes que cuidarlos o también bañarlos y esas cosas?

—Solo cuidarlos, se que están grandes, pero pueden bañarse solos.

—O se bañan juntos...—sugiere.

—¡Ay Dios!, eso no lo sé, ni me incumbe.

—Solo digo, si quisiera envejecer con alguien, pero sería desagradable verle sus partes todas arrugadas.

—¡Cami!—reprendo.

—¿Qué?, sabes que es verdad.

Sonrió—Yo no me fijaría en eso... digo, si estas con alguien para toda la vida... es por que soportarás verle sus partes arrugadas.

Suelta una carcajada—Seria demasiado para mi... soy una persona sexualmente activa, ¿quien me asegura que no seré igual cuando tenga 80 años?

—En todo caso, serás una anciana caliente, para eso existen las páginas para adultos de la tercera edad.

—¿De qué carajo hablas?

Sonrió—Leí en internet que había páginas para viejitos, ya sabes para chatear con otro viejitos...

—¡Ay por Dios!, ya me hice una imagen mental y es horrible.

Le sonrió.

Siempre he hablado de esta clase de temas con Cami, ella es la que tiene más conocimiento al respecto, y por supuesto, la que ya no es virgen de las dos, tiene una lista de chicos, y los califica del uno al diez, debo aclarar que ninguno ha tenido diez, pero sigue buscando al indicado.
Mi madre jamás me dio la charla, pero mi mejor amiga y su madre si, aunque no ha servido de mucho, ningún chico se ha interesado lo suficiente en mi, o yo jamás he deseado estar con alguien en ese modo.

—Sabes que ya casi cumplimos 20...—comienza.

Suspiro—Se a lo que vas Cami...

—Becka, te adoro pero necesitas que te metan algo ahí dentro, y no me refiero a un tampon.

Sonrió—Muy graciosa... sabes que no uso tampones y que no me apresurare a nada.

—Te prometo que cuando conozcas el sexo, te volverás adicta.

—Has dicho eso mil veces... y tal vez sonara cursi, pero no quiero ser como mi madre, no busco meterme con cuánto tipo se me atraviese, y tener hijos de cada uno, no juzgo a mamá, paso por momentos difíciles, pero no quiero eso para mi, quiero que alguien me quiera y me cuide.

—Lo encontrarás bebé, es cosa de tiempo y de besar varios sapos, para así encontrar a tu príncipe.

Cami sirve su famosa pasta y nos sentamos a la mesa.
Mi amiga es mala para muchas cosas, pero cocina rico, debo aceptarlo, y eso es gracias a Tere, quien nos enseñó desde niñas.

—¿De qué hablaron tú y Alexis Ackerman?—preguntó a Cami.

Creí que ella me contaría todo al respecto de su charla con el menor de los Ackerman, pero no me dijo nada, así que trataré de ser sutil.

—Nada importante...

—Cami...

Suspira—De verdad no fue cosa del otro mundo, solo se siente mal por no poder hacer amigos, le dije que todos son unos idiotas por hacerlo menos.

Sonrió—Alexis es lindo...

Bufa—Si, y tres años menor... podría ser mi hermano.

—¡Deja el drama!, nadie se fija en eso.

—Da igual, Adriel volvió a hablarme...

Ruedo los ojos exageradamente.

Adriel Ackerman, o mejor dicho, Adriel Anderson, uno al cual no había mencionado en el panorama de la familia Ackerman, ya que Adriel no es muy importante en realidad, vive al otro lado del mundo, hace años que no lo vemos, y sobre todo, él no es un Ackerman, es hijo del primer matrimonio de la señora Ackerman, él y Cami tuvieron un amorío hace años, ella sigue obsesionada, pues Adriel es muy guapo... igual que sus medios hermanos, el único problema es que es mayor... mucho mayor, 10 años para ser exactos. Cuando los padres de Cami lo supieron, no lo permitieron.

—Déjalo ir amiga, él no volverá, recuerda que renunció al apellido Ackerman.

—Pero él es un hombre, uno de verdad.

—Cami, sigues obsesionada con el solo por que te quito la virginidad...

—Si, tal vez si... pero no me negarás que es muy guapo.

—Lo es, pero deja las ilusiones, si él regresa, la familia Ackerman definitivamente comenzará una guerra, ¿qué no has visto las noticias?, Adriel ha creado una empresa, y es la competencia de su propia familia.

—Nos tocará ser como Romeo y Julieta.

—Eso es patético.

Terminamos de cenar, y nos montamos en el auto, dispuestas a comprar alcohol y emborracharnos. La campana de la tienda suena muy fuerte cuando entramos por la puerta, un chico nos observa detenidamente hasta que nos perdemos en el pasillo de los licores. Tomamos una botella de tequila y otra de vodka, un par de dulces y chucherias, caminamos a la caja.
El tipo nos observa de nuevo, muy sospechoso.

—¿Son mayores de edad?—enarca una ceja.

—Claro corazón—responde Cami.

Rebusca entre su sostén hasta que saca su identificación, al tipo se le cae la baba sobre el mostrador, la toma y después se la devuelve y comienza a cobrar los productos.

—¿Eres de por aquí?, jamás te había visto—murmura.

—No suelo venir seguido.

—Serían 20 dólares.

Cami sonríe—¿Si te doy un beso todo seria gratis?

El tipo asiente rápidamente, antes de prenderse de la boca de mi amiga.
Y yo solo los observó, tan acostumbrada a esto, siempre lo hace, y no es por que nos falte dinero o algo parecido, es por que se le da la gana.

Corta el beso y toma las cosas, me extiende la botella de tequila y la tomo.

—Gracias—le guiña el ojo.

Salimos de ahí riendo, por la cara de amor que puso el chico.

—Acabas de enamorar a otro chico.

—Y seguirán aumentando.

Abre la botella de tequila y le pega un sorbo mientras regresamos a casa.

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