La propuesta del vampiro

Una Luz en La Oscuridad Parte 7

Si acaso existían más seres como el que me secuestró, mi situación realmente era difícil. El conocimiento popular decía, que un vampiro vive demasiados años, toda la información que acumula a través de una larga vida obviamente le daba ventajas. A la hora de ser más efectivos para alcanzar a su presa. Mi lucha por desaparecer, era aún más grande incluso, que la de David contra Goliat.

Tuve la certeza que en algún momento él me alcanzaría y debería decidir si dejar mi vida en las manos de ese monstruo o irme de este mundo en mis propios términos.

De pronto sentí unos deseos irrefrenables de terminar lo que había empezado en ese puente. Después de todo lo que había sido mi vida. En realidad; ¿por qué estaba escapando? ¿Para vivir qué vida? Si después de todo lo que había pasado sentía que mi corazón ya estaba muerto.

Tenía razones de peso para estar ese día en ese puente, y tras encontrarme con este ser, en realidad los seguía teniendo; mas aun, con lo que pasé solo se sumaban nuevos hechos para despedirme de este mundo en donde en realidad nunca me pasó nada bueno.

Era ridículo pensar que podría empezar una nueva vida en esta ciudad y que mi suerte fuera diferente. Era tan ridículo cómo pensar que un paciente con cáncer al que le dan solo tres meses de vida, decida matricularse en una carrera que durará cinco años. ¿Cuál sería el propósito?

Y pensé que sería fácil conseguir algo afilado y sencillamente abrir mis venas. Era una solución más rápida a vivir lo que me quedara de vida escapando. Porque tenía claro que ese monstruo no podría estar mucho tiempo resistiéndose a dejar mi cuerpo completamente seco. Y mi vida se había transformado en una pesadilla que no cesaba ni dormida ni despierta.

Estaba ya pensando en hacer planes cuando de pronto suena el teléfono.

— ¿Hola? — dije mientras contestaba

— ¿Hablo con la señorita Emily?

— Si soy yo.

— Vi su solicitud de empleo y estoy interesado en su experiencia. ¿Tendría tiempo para una entrevista mañana?

— Sí claro. — dije con un poco más de esperanza

— Soy Robert; te daré la dirección para que nos veamos mañana a las 9 de la mañana, ¿te parece bien?

— Sí por supuesto señor, ahí estaré.

Luego de anotar la dirección. Me sentí un poco más aliviada. Quizás la llamada llegó en el momento justo. Quizás existía una ínfima posibilidad de que mi suerte cambiara.

Por lo menos tendría algo en que distraerme. Para no tener que estar todo el día pensando en la muerte y en la sangre.

Aunque el oportunista se lo merecía no es fácil arrebatar una vida humana. Por más detestable que ésta sea. El recuerdo de su rostro llegaba a cada momento. Y el temor a que la policía me asociara con su muerte también.

Al otro día me preparo de la mejor forma para ir a la entrevista de trabajo.

El puesto consistía en llevar toda la parte administrativa de un restaurante. Debería encargarme de los sueldos, las facturas, las compras y demás documentos para mantener en funcionamiento el local.

El restaurante atendía hasta tarde por lo que ahí tomaría el turno de la noche, a continuación de otra persona que ya estaba trabajando en el horario de la mañana.

Tenía la esperanza de que el vampiro no pudiera seguir mi rastro. Estando tan lejos, en medio de tanta gente desconocida, soñaba con que no tuviera manera de averiguar mi paradero.

Quería saber si podía contar con la oportunidad de poder empezar una nueva vida en este pueblo y dejar todo aquello atrás. Si existía una pequeña esperanza de cambiar mi vida, esta sería la ocasión que definiría eso, de lo contrario me esperaban los colmillos y la muerte. En manos de ese ser que me causaba miedo por lo que era capaz de hacer y por como trataba de arrastrarme a su presencia aun en sueños.

Me prometí que me esforzaría por ver la vida de otra manera si lograba tener una segunda oportunidad. Daría todo de mí, si pudiese dejar el pasado atrás.

(E)