Emily es una joven que está a punto de suicidarse tirándose desde un puente. Cuando un desconocido se acerca, aparentemente solo para verla morir.
Ella lo ignora y para terminar con su sufrimiento salta a las frías aguas, que poco a poco invaden su...
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Terminó lo que podría llamar cena y Kilian le dio la orden a Camus, que me llevara de vuelta a la celda.
Bajamos por las escaleras, y el jovencito abrió la puerta para que yo me metiera. Traté de sacarle un poco de información.
— ¿Viven aquí hace mucho tiempo?
— Algunas décadas... — me contestó
— ¿Y cómo grupo?
— Muchas más décadas... — y se rio
— ¿Han tenido aquí a otras personas como yo?
— No, solo tú.
— ¿Y sabes por qué?
— No puedo hablar de eso, no es mi asunto. — se apresuró en cortar la conversación dejándome más dudas.
Y cerró la puerta y se fue.
Sí antes me costaba dormir, ahora realmente sería peor. No solo estaba en una celda completamente observada, sino que además estaba en una casa repleta de vampiros.
Me acosté y cerré los ojos tras unos minutos de estar caminando por la celda de acá para allá. Ya no tenía caso seguir pensando concluí al rato. Solo me torturaba. No había manera de escapar, de que me valía seguir atormentando mi mente en algo que no tenia manera de solucionar.
No había absolutamente nada que pudiera hacer para escapar de esa celda indestructible. Solo debía resignarme a mi destino, después de todo ya no quería vivir. Pero no tenía idea de que se trataba mi estancia ahí. Rogaba en mi corazón que mi muerte no fuera tan dolorosa.
Después de un par de horas las luces se apagaron. Seguramente para que me durmiera.
Logré conciliar el sueño. Pero era un sueño liviano, cómo si mi subconsciente me dijera que debía estar alerta.
Había pasado un largo rato en la oscuridad, cuando de pronto siento una respiración cerca de mí. Traté de agudizar el oído. No había escuchado que se abriera la puerta. De pronto con espanto sentí sobre mi piel una respiración.
Abrí los ojos y en la oscuridad estaba kilian, volvió al borde de mi cama, como una fiera que acecha a su presa. Me senté del susto.
— ¡Porque estás así en la oscuridad!, ¿qué quieres? — pregunté espantada.
— No voy a hacerte nada, solo te observaba descansar. Relájate. —vi sus ojos celestes y luminosos en la oscuridad.
Se sentó a los pies de la cama, y seguía observándome.
— Vuelve a dormir... — me dijo
Cómo si realmente alguien pudiera dormir tan tranquilamente sabiendo que un vampiro te observa en la oscuridad, pensé.
— Por favor deja que me vaya, tú no estás solo como dijiste, allá arriba tienes tu grupo. Me imagino que es como tu familia. Y esas jóvenes son verdaderamente hermosas, no necesitas nada más. — le rogué
Él no emitió ningún comentario ante mis dichos. Y se acercó hasta mí.
Solo sentí sus dedos fríos que acariciaban mi rostro, y se pasearon por mis labios, sus ojos me miraban con tal aire de añoranza que me descolocó su actitud. Pero luego se puso en pie y se fue sin decir absolutamente nada.
