Un Vampiro Despechado Parte 16

1.1K 109 0
                                    

Me subieron a un auto negro, con vidrios polarizados

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Me subieron a un auto negro, con vidrios polarizados.

Solo observaba por la ventana despidiéndome del lugar y sentía como el vampiro me miraba. Por mi parte con una pena enorme y creo que, por parte de él, no lo sé ¿acaso celos?, era extraño.

Pero sentía que hasta su respirar ocultaba su rabia, y al parecer quería desquitarse como fuera.

— Me conmueve verte con tanta pena... — se burló de mí.

Yo ni siquiera le contesté, no tenía ganas de nada. Mucho menos de discutir.

— Hasta él tenía ganas de llorar... — siguió molestándome con tono mordaz.

Al ver que no lo tomaba en cuenta, trató de herirme.

— De seguro ahora que no estás, se refugiará en los brazos de su ex esposa. La viste, es una hermosa rubia, que se viste muy bien para su edad. Seguro que es ardiente en la cama. — se reía de nuestra separación y trataba de menoscabarme.

Y me cansé de sus provocaciones. Entonces le contesté.

— Aunque vuelva con su esposa, ella lo dejó porque ya no sentían lo mismo, se terminó la pasión. Y dudo mucho que Robert olvide rápidamente las imágenes de todas las posiciones en las que me puso, y los gemidos y los gritos que yo daba de placer. Dudo que logre ese mismo fuego con su esposa. Los dos nos volvíamos locos en la cama. ¿Tu estabas mirando no? ¿Qué opinas?

Y me giré para mirar la cara del vampiro. Se veía enfurecido y me abofeteó tan fuerte que la sangre saltó de mis labios.

Pero para no darle el gusto, aun con el dolor, lo miré sonriendo mientras untaba toda mi boca con mi misma sangre.

Sabía que eso lo martirizaba, incluso más que a mí el hecho, de saber que no volvería más a ver a Robert. Este ser me tenía cansada, así que en realidad ni pensaba bien lo que hacía, aunque tenía claro que podía matarme en cualquier momento. La rabia pesó más.

En un momento el vampiro ya no soportaba la desesperación de ver mi sangre cubriendo mis labios, que yo mostraba en una morbosa sonrisa.

Y sacó de un compartimento, una toalla, me jaló del cabello y con brusquedad limpió mis labios.

— ¡un día de estos no me voy a contener y en realidad te vas arrepentir de lo que haces! — me amenazó furioso.

— ¿Por qué no lo haces de una vez?, ¡maldito monstruo! —le grité también furiosa.

Y con una mano apretó mi cuello hasta que perdí el conocimiento.

Me estaba despertando de mi inconsciencia cuando me di cuenta que el vampiro me llevaba cargada en sus brazos. Me sentía mareada, no tenia idea donde estaba de nuevo ni por cuanto tiempo estuve desmayada.

Estaba bajando una escalera, y abrió una puerta metálica. La situación no se veía para nada bien.

Era un sótano con una gran habitación, en el medio había una especie de celda toda transparente. Había una cama, una pequeña mesa y un baño.

Pero dado que todas las paredes eran aparentemente de vidrio, quién estuviera ahí no tendría el más mínimo minuto de privacidad. Ni siquiera para bañarse ni hacer sus necesidades básicas.

Ahí me encerró el vampiro.

Y para rematar el nivel de exposición, había cámaras apuntando directo a la celda transparente.

Era obvio que quería martirizarme. Y para asegurarse de que no volviera a escapar. Grabaría absolutamente todo.

— ¿Te gusta tu nueva habitación Emily? — sonrió maliciosamente

— Ya me has visto completamente desnuda y hasta teniendo sexo, ¿qué más quieres ver? — le respondí sin mirarlo.

—Créeme que tengo mucho más por observar... — dijo enigmáticamente.

Miré por todos lados, la puerta se abría por fuera, tenía un pequeño panel para ingresar una clave para abrir. Y al tocar el material no era vidrio sino duro plástico.

No tenía manera de escapar. No había forma de romper una abertura y salir, al mirar alrededor mío no tenía con qué. Esta vez estaba perdida.

Caí sentada sin fuerzas, estaba aturdida, no entendía que quería este ser realmente de mí.

¿Acaso me veía como una mascota, un juguete para su entretención? ¿Y después de unos días que? ¿Terminaría acaso desmembrada como el amante de la esposa de Robert?

Era un hecho que disfrutaba torturándome, se dio el lujo de verme supuestamente rehacer mi vida en esa ciudad. Haciéndome creer que me había librado de él. Que lo había perdido en la distancia.

No sé cuánto tiempo llevaba espiándome en la oscuridad. Enterándose de los pormenores de mi vida. Dejándome correr como una rata asustada en un laberinto tétrico para solo esperarme en la salida, y disfrutar mi angustia y decepción al ver que todo era en vano.

Me arrastré hasta la cama que había en ese lugar y solo me dejé caer y cerré mis ojos.

Creo que el no saber para que me quería realmente, posponiendo quizás por cuanto tiempo mi muerte era peor que saber que mi final no era otro que ser su comida. Porque en medio de la incertidumbre, de no saber en qué momento dejaría de existir, era como una sentencia de muerte con fecha indeterminada, como los presos que están por años en el corredor de la muerte de la cárcel, esperando cada día a ver si será el último. No había peor tortura psicológica creo.

(E)

La propuesta del vampiroWhere stories live. Discover now