Emily es una joven que está a punto de suicidarse tirándose desde un puente. Cuando un desconocido se acerca, aparentemente solo para verla morir.
Ella lo ignora y para terminar con su sufrimiento salta a las frías aguas, que poco a poco invaden su...
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De pronto cruzó por la puerta, con un semblante abatido y triste. Nos saludó a todos a lo lejos y fue directo a su oficina.
Era como si esa chispa de alegría y buen humor se hubiesen esfumado de su ser de repente, y llegara en su reemplazo un hombre lleno de sombras y pena. Solo le faltaba la nube gris sobre su cabeza, para que el cuadro depresivo fuera completo.
Me dijo por teléfono que cerraríamos temprano el local ese día, y que tras pagar el sueldo a las personas todos podían irse temprano a descansar, hasta su voz se notaba diferente. Ya que llegó, no había tenido un accidente, debía suponer que era algo más personal su drama.
Definitivamente algo malo le había pasado. Era como si quisiera que todos nos fuéramos para estar solo con su angustia. Que nadie viera lo mal que estaba.
Pagué Los sueldos ese día y cerramos pasado el mediodía.
No sabía si interrumpirlo en su oficina así que lo llamé a través del teléfono.
— Robert, ya pagué todos los sueldos y todos se fueron. — dije en tono amable.
— Qué bueno Emily, ¿cerraste todo? — me preguntó en voz baja
— Sí jefe. ¿Le puedo ayudar en algo más? — pregunté al notar su voz extraña.
— Si no es mucha molestia, ¿podrías acompañarme a comer? — me pidió, y entendí que no quería estar del todo solo.
— Claro jefe, será un placer. — respondí
Bajamos las persianas y nos sentamos como la vez anterior.
Esta vez su rostro amable estaba demasiado triste. Tras beber un poco de vino me atreví a preguntarle.
— ¿Le pasó algo malo jefe? —traté de indagar se veía muy mal
— Mi ex esposa quiere negarme ver a mi hijo — respondió con tristeza
— Pero ¿y con qué pretexto? — pregunté curiosa
— En realidad no tiene ninguno verdadero, solo quiere herirme más — dijo melancólico
— No entiendo. Si ella fue quien rompió el matrimonio; ¿porque quiere seguir hiriéndolo?
— Me culpa por estar demasiado en este trabajo, que se fijó en ese otro hombre para llenar su soledad, quizás tenga razón. — sus ojos tenían una mirada perdida
— No creo que eso sea una excusa jefe, hay muchas formas de solucionar las cosas.
— No sé qué voy a hacer si no puedo volver a ver a mi hijo. Si todo mi esfuerzo es por darle un buen futuro a él. —y dio un gran sorbo de vino.
— Pero los tribunales no le pueden quitar ese derecho, si no hay una razón de peso, el juez no está para cumplir los caprichos de su exesposa sino los derechos del niño. El niño tiene derecho a ver a su madre y a su padre independiente de lo que haya pasado entre ellos dos. —traté de consolarlo
