Mi Primera Víctima Parte 37

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Al rato volvió Kilian, todavía molesto y dijo:

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Al rato volvió Kilian, todavía molesto y dijo:

—Vamos a la ciudad para que te alimentes

Me paso ropa de fiesta, de las que usan en los clubes las muchachas que van más a la moda.

Él se veía demasiado atrayente debía reconocer. Sus ojos, sus labios, la forma de su cara y hasta su físico, no me dejaban indiferente. Pero no estaba segura si lo veía así porque ahora era una vampira. Ya que antes no lo miraba de esta forma. Por lo menos solo recuerdo la rabia de ser su prisionera.

Salimos otra vez en un auto poco vistoso, nos estacionamos en un callejón oscuro. En la zona mas bohemia de la ciudad.

Y me dio las indicaciones a seguir.

—Vamos a entrar a un club. Las miradas de los hombres estarán sobre ti. Debes elegir a uno y seducirlo para que te acompañe al auto, ahí te alimentarás de él. —ahora con tono más serio y amenazante dijo— limítate solo a coquetearle, no quiero ver que dejes que te toque, sabes cuanto me molesta eso, no me provoques Emily.

Entonces salimos para ir al club.

El me seguía a una distancia prudente.

Y tenía razón, los hombres parecían no poder dejar de verme. Incluso los que estaban acompañados de sus parejas.

Pasé en frente del guardia que seleccionaba a las personas para entrar, no hizo el más mínimo intento de detenerme, solo me miró embobado.

Una vez adentro fui a pararme en la barra para observar a mi alrededor. Estaba ansiosa por probar la sangre de nuevo, y me sentía ansiosa de elegir por primera vez a mi víctima.

El joven que servía los tragos se me queda viendo con una sonrisa de oreja a oreja.

—¿Qué te gusta beber preciosa? — me pregunta coqueteándome abiertamente.

—Por ahora nada. — le dije sonriendo, y me volvía a seguir mirando a mi alrededor.

—Pide lo que quieras, la casa invita. —me insistió, entonces para que deje de interrumpir le contesté.

—Está bien, elige algo tú, sorpréndeme.

Entonces él se dispuso a preparar un coctel, seguramente de los que les gusta tomar a las chicas.

De pronto en el palco VIP vi a un hombre mayor. De cabello canoso, piel blanca y ojos verdes. No tenía los gestos de Robert, mi instinto me decía que era un criminal. De esos peligrosos y que se limitan a mandar. Pero me recordó a Robert. Así que lo elegí a él.

El joven de la barra me pasó el trago con una tarjeta con su número. Y le sonreí agradeciéndole con una mirada sexy.

Traté de acercarme lo más posible a la zona donde estaba el gemelo malvado de Robert, y comencé a bailar sola al ritmo de la música como quien espera a alguien.

A los segundos me percaté que el hombre ya estaba mirándome, y comencé a bailar con movimientos cada vez más incitantes.

Me giré directo a donde estaba él, ahora parado en la barandilla observando atento cada uno de mis movimientos. Y lamí el borde de mi vaso mientras lo miraba directo a los ojos.

Luego bailé unos segundos más tocando mi cuerpo mientras lo miraba, tratando de imaginar que lo hacía para Robert. Le di una última mirada, como retándolo a que me siguiera como un león tras su presa.

Él se salió de la zona VIP y comenzó a seguirme, caminé contoneándome fuera del club y por la calle pude sentir desde lejos que estaba excitado. Y se apresuraba por darme alcance.

Cuando llegamos al callejón oscuro me acorraló con fuerza contra él auto. Aprisionó todo su cuerpo contra mi dejándome inmóvil.

—No me gustan los jueguitos, si quieres acostarte conmigo no corras. — y me sostenía con brusquedad por mi cintura y mi mentón. Y sus ojos me miraban con una mezcla de rabia y deseo.

Era evidente que un mafioso mira en menos a las mujeres. Y le molestaba tener que seguirme, pero su lujuria pudo más que su orgullo. Tenía de Robert solo un aire en lo físico, por eso me decepcionó.

—¿Por qué no entras al auto y te recuestas?, me encantaría cabalgarte —le dije con mirada perversa.

Él tipo sonriendo entró gustoso.

Luego entré yo, sentada sobre su cuerpo. Sujeté sus muñecas porque no quería que me tocase.

—Déjame tocarte hermosa —dijo el tipo con voz desesperada

Pero yo no le hice caso, con mis labios empujé su cara para que él pensara que quería besar su cuello y se entregó con total docilidad.

Pude sentir con toda claridad el latir de su corazón, ver con todo el brillo la sangre corriendo por sus venas y el calor de su cuerpo y su miembro erecto debajo de mí.

Entonces di rienda suelta a mi apetito y por más que él trató de luchar, ahora yo superaba en fuerza a un hombre. Y me di gusto con su sangre, en un frenesí descontrolado. Hasta que sus latidos comenzaron a ceder.

Entonces Kilian abre la puerta y me saca colgada de encima del hombre.

—¡Basta! Debes detenerte antes de que pare su corazón. —dijo preocupado

Kilian tenía a un hombre detrás del auto, no sé cómo se alimentó tan rápido.

Y puso ambos cadáveres en el maletero.


(E)

La propuesta del vampiroWhere stories live. Discover now