Mitsu y El Arte Del Filo Parte 43

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Volvía a descansar a mi cuarto cuando vi a Daila darme una mirada de satisfacción y entrar desnuda al cuarto de Kilian

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Volvía a descansar a mi cuarto cuando vi a Daila darme una mirada de satisfacción y entrar desnuda al cuarto de Kilian.

Era evidente que se entendían de maravillas mientras yo sangraba, y trabajaba hasta el cansancio para aprender en días lo que los demás en años. Con el único propósito de no ser expulsada.

Pero lo bueno es que cada vez me importaba menos lo que hacían ellos dos. Con cada cosa que aprendía. Me sentía más fuerte más valiosa.

Al otro día me tocaba empezar con Mitsu, la vampiresa de rasgos asiáticos que me miraba con curiosidad la primera vez que la vi.

—Vamos al Dojo Emily. — dijo Mitsu

A pocos metros de la casa había una construcción que estaba dedicada exclusivamente para practicar este arte de defensa. Los cuchillos y dagas de plata que eran muy efectivos contra los licántropos.

Mitsu era muy disciplinada y seria. Cada movimiento era calculado y hasta la forma de caminar para ella tenía una técnica.

Los movimientos que me enseñó se veían ágiles, delicados y perfectos. Pero era solo en apariencia pues la fuerza de corte que provocaban esos femeninos movimientos eran monumentales. Practicábamos con todo tipo de cosas, para cada material o superficie había una técnica específica que causaba que el corte fuera más profundo o desgarrara mejor lo que tocara según el caso.

Debía practicar mi elongación al máximo, en los brazos y piernas para usarlos indistintamente con armas cortantes. Y la efectividad del corte dependía de mi agilidad. Como el movimiento libre del látigo que abre las carnes y llega más rápido que el sonido sobre la piel que debe lastimar.

Los ejercicios eran muy dolorosos para tener ese tipo de gracia elegante y mortal.

Me enseñó a poner cuchillos en pies y manos, luego al azar me lanzaba todo tipo de cosas a gran velocidad. Las cuales debía desgarrar.

La concentración era importante. Ya que a los lobos les gusta atacar en plena oscuridad. Las siguientes fases peleábamos sin luces. Debía acostumbrarme a sentir al enemigo aun cuando se acercara en el más completo silencio.

Los primeros días fueron muy dolorosos. Perdía la concentración y recibía cortes por todo mi cuerpo. Hasta que aprendí a enfocar mi radio de audición y se hizo más fácil esquivar las estocadas.

En un momento nos detuvimos a descansar.

—¿Te sientes mal por cómo te deshonró Kilian? —me preguntó de improviso

—En realidad yo nunca estuve aquí por mi voluntad, Kilian me secuestró.

—¿Pero te duele verlo con ella? — me mira fijamente

—Lo que me duele es ver la diferencia de trato. Conmigo todo fue sometimiento. Y siento que nunca tuve realmente la oportunidad de elegir. Esta vida me refiero. — respondí con dolor porque eso significaba que me veían como alguien que valía menos.

—Quizás las apariencias engañan —dijo Mitsu enigmáticamente

—No lo sé, pero en todo caso ya no me importa. Por lo menos ahora no estoy en una celda y aprendo cosas que son realmente útiles, en lugar de ser el juguete sexual de Kilian o la bestia. Eso si era deshonroso.

—Me honra tener una alumna como tú. — dijo Mitsu sonriendo.

—¿Y por qué? —pregunté sin entender.

—Porque sabes mantener tu cabeza en alto y te sobra dignidad. —dijo Mitsu

Las siguientes lecciones consistían en esquivar cortes provenientes ya sea de otros cuchillos o garras de lobos. Todo lo que cortara.

Así que teníamos sesiones inagotables en donde Mitsu me atacaba con todo tipo de armas cortantes, y sin nada en mis manos más que la agilidad para evadir la estocada.

Terminaba realmente cansada y luego realizábamos sesiones de meditación.

Esto realmente me ayudaba a aquietar mi mente y a pensar con más claridad.

Me enseñó a que por más agobiada que me sintiera podía volver a la calma tan solo con la técnica adecuada de respiración.

Aprendí con Mitsu el valor de la disciplina y a vaciar la mente de todo aquello que hace daño. Era hasta terapéutico. Tener el poder de exorcizar a voluntad los demonios que me atormentaban en las noches. Pude incluso descansar mejor.

La última prueba de Mitsu era todo un enigma.

Debía cruzar a oscuras una gran construcción sin saber que había realmente ahí.

Solo podía llevar un pequeño cuchillo para defenderme, y solo me valdría de mi concentración y el uso sin equivocaciones de mis oídos.

La única pista que me dio es que el escenario sería muy similar a enfrentarme en la oscuridad con hombres lobo.

Realicé unos ejercicios de concentración y respiración antes de entrar, y cuando lo hice cerró tras de mi la puerta.

Sea lo que fuere que estuviere ahí debía morir o sufriría yo.

Me concentré al máximo y pude percibir seres vivientes. Eran cuatro. Se movían con sigilo en la oscuridad esperando atacarme. No pude percibir su olor. Mitsu me dijo que hicieron algo para que yo no pudiera identificarlos con el olfato, solo podía escuchar.

De pronto siento que uno de ellos se abalanza detrás de mí y me corrí a un costado dejando que esa cosa pase de largo, y sobre la misma le enterré la daga en su espalda. Por su rugido supe que era un león. Me tiré sobre él y mientras que con una mano me aferraba de su cuello con la otra di estocadas tan rápidas que el animal en segundos cayó. Le perforé varias veces el corazón.

Mi instinto de supervivencia despertó otro don en mí.

Ahora no podía creer, mis ojos estaban comenzando a ver en la oscuridad. Podía distinguir claramente el latir de los corazones de los otros tres animales y ver como la sangre corría por sus venas tan ansiosos como yo de acabar con su presa.

Entonces fue fácil saltar más rápido que ellos para en cuestión de segundos ser una fiera más salvaje incluso que los animales y los desmembré.

Cuando Mitsu tuvo la certeza de mi éxito abrió la gran puerta y se paró frente a mí.

Ambas nos saludamos en reverencia como maestra y alumna.

Yo estaba completamente bañada en la sangre de las cuatro bestias.

Y Mitsu me miraba sonriente.

Cuando volvimos a la casa estaban todos en la sala, saludé y me fui a limpiar.

Ya sabían que esta etapa había sido un éxito, de lo contrario Mitsu hubiese entrado conmigo en pedazos.


(E)

La propuesta del vampiroWhere stories live. Discover now