Cuando Dejé de Ser Humana Parte 34

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—¡no, no por favor no quiero ser un monstruo! — supliqué, aunque sabía que no serviría de nada — la sola idea de ser propiedad de semejante salvaje era el peor destino que podía imaginar

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—¡no, no por favor no quiero ser un monstruo! — supliqué, aunque sabía que no serviría de nada — la sola idea de ser propiedad de semejante salvaje era el peor destino que podía imaginar.

Las nubes se dispersaban dando paso a la luna, que empezó a brillar en todo su esplendor. Todos los lobos estaban alborotados. Y se sintió un aterrador aullido que daba comienzo a la ceremonia de mi transformación.

Ante mis ojos ese hombre aparentemente normal, comenzó a tomar la forma de ese monstruo que me sacó de mi celda. Tan horrible, tan feroz.

Y aunque ni siquiera sabía dónde estaba, grité con todas mis fuerzas.

— ¡kilian ayúdame!

— ¡Cállate no pronuncies ese asqueroso nombre! — y la bestia de un salto se subió a la piedra, preparándose para morderme y dejar su marca que maldeciría mi vida convirtiéndome en una de su especie.

Cuando ya vi todo por perdido. Entre la oscuridad se escucha un murmullo. Como el de multitudes corriendo.

Movimientos tan rápidos que no estuve segura de qué se trataba.

Todos los lobos se pusieron en guardia y en cuestión de segundos, una multitud de vampiros se abalanzó sobre los que estaban ahí. Desatándose una feroz batalla.

En el caos traté de ver a Kilian y cuando intenté levantarme la bestia se abalanzó sobre mí.

Abriendo su boca para darme la fatal mordida. Entonces una sombra, tan rápida, que no supe distinguir arrancó bruscamente de sobre mí a la bestia.

Solo cuando rodaron por el suelo y se detuvieron, pude distinguir a Vikran. El vampiro guerrero. Se trenzó en feroz pelea con la bestia. Ambos igual de fuertes y feroces. Los gruñidos, los golpes y estrellones que partían árboles era monumental. La fuerza y la potencia de aquel enfrentamiento me hizo sentir pequeña e insignificante.

Alguien me agarra del brazo, me doy la vuelta y era Kilian.

Estaba tan feliz de verlo y me sentí aliviada; pero noté esos ojos de fiera. Él no sonreía. Estaba con un semblante oscuro y demasiado serio. Algo no estaba bien.

—¿Qué te pasa? —dije preocupada

Alcancé a preguntar antes de que él me clavara sus colmillos en mi cuello.

Se aferró con tanta fuerza que no pude quitarlo. Sentí terror y no entendía porque me estaba lastimando. Con dolor pude darme cuenta que estaba succionando toda la sangre de mi cuerpo.

—¿Por qué Kilian? ¿Qué te hice? — susurré casi sin fuerzas, mis lágrimas caían por mis ojos mientras se me escapaba la vida.

Mi cuerpo quedó tendido sobre la piedra. Y un malestar intenso se esparció por mi interior, mientras sentía que cada parte de mi cuerpo se moría. Y lentamente dejaba de latir mi corazón. Mi ser se cubrió de un frío de muerte y la noche negra me observaba morir.

Veo borroso, alguien abre mi boca y siento que la llena de sangre. Y me obliga a tragar. Era una sensación asquerosa pero no podía moverme. Hasta que dio su último latido mi corazón humano.

Luego llegó el dolor insoportable, no sé por cuanto tiempo, el dolor me impedía pensar. Solo me retorcía, contrayendo cada parte de mi cuerpo sin saber que me pasaba. Desesperada apretaba con mis manos los bordes de la piedra.

Una sensación terrible y extraña. Era como si de pronto hubiera sido consciente de cada parte de mi cuerpo, hasta la más microscópica célula, podía saber y sentir lo que pasaba dentro de mí.

Cuando el dolor se detuvo, nuevas sensaciones y percepciones me invadieron. No sé cómo explicarlo. Mi cuerpo cambiaba, pero seguía siendo mi cuerpo. Me sentía como otra persona, pero seguía siendo yo. Y abrí mis ojos para ver el mundo que sin cambiar se veía distinto. Y la noche y la luna que me eran tan terroríficas hasta hace muy poco rato, de pronto me parecieron lo más hermoso que vi.

Y los lobos huyeron de la pelea, algo los había hecho rendirse.

Me senté en la piedra sin comprender nada. Porque Kilian me había hecho daño. Y comencé a llorar amargamente.

Y todos los vampiros del clan me miraban sonrientes. Incluso había muchos otros que no conocía.

—¿De qué se ríen? —pregunté mientras lloraba

Y Vikran dijo.

—Están contentos por la hermosa criatura que Kilian creó. Ahora eres uno de nosotros.

Todos los lobos huyeron porque su alfa, la bestia, no tuvo éxito en transformarme en uno de ellos, su plan de venganza fracasó.

Pero al costo de que Kilian se adelantara a sus planes y me transformara primero en vampiro. Era la única forma de que la contaminación y la maldición de la bestia no tuviera efecto en mí.

No tuvo tiempo de advertirme ni de avisarme. Y le dolía tener que tomar por mi esa importante decisión. No sabía si lo perdonaría o lo odiaría para siempre. Ese era su gran temor.

Entendí que todo había cambiado para siempre, no sería humana nunca más.


(E)

La propuesta del vampiroWhere stories live. Discover now