Emily es una joven que está a punto de suicidarse tirándose desde un puente. Cuando un desconocido se acerca, aparentemente solo para verla morir.
Ella lo ignora y para terminar con su sufrimiento salta a las frías aguas, que poco a poco invaden su...
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Kilian perdió los estribos. Al ver mi decisión de consagrarme algún día con Brais y al parecer quería desquitarse.
— Vístete, en este mismo momento, te voy a mostrar la verdadera cara de los hombres amables que tanto te gustan.
Abrió el cajón de la ropa y comenzó a tirármela sobre la cama.
— ¡Vístete ahora! — me gritó enfurecido
Tomé la ropa enojada, estaba harta de estar siguiendo todo el tiempo sus órdenes. De que pensara que él podía hacer lo que quería mientras me quitaba mi libertad.
Cuando estuve vestida, no sé explicar cómo lo hizo, pero nos transportamos a la ciudad donde vivía Robert.
— ¿Qué pretendes hacer? — pregunté preocupada, pensé que venía a vengarse de Robert
Me tomó fuerte del brazo y me llevó a mirar entre unos árboles hacia una casa.
Era la casa de Robert. Se veía feliz en una mesa con su hijo y con su esposa comiendo y riendo. Nos quedamos ahí hasta que la cena terminó.
Luego al parecer fueron a acostar al niño.
Y en mi corazón sentí que vería algo que me haría sufrir.
— Ahora viene la mejor parte Emily, no te pierdas detalle — dijo kilian.
Nos acercamos más hacia donde estaba la habitación matrimonial, y con nuestros sentidos incluso podíamos oír todo lo que sucedía ahí.
En pocas palabras puedo decir, que hacían el amor como si jamás ella lo hubiese engañado con otro hombre. Como si nunca lo hubiese tratado de herir quitándole la posibilidad a Robert de ver a su hijo. Se veían más que felices. Y reconocí todos los movimientos de Robert, lo mismo que hacía conmigo, su misma intensidad al amar.
Era como si yo jamás hubiese sido parte de su vida. Y me sentí tan estúpida, tan utilizada. En realidad, fui menos que su paño de lágrimas. Solo unas horas de diversión y nada más.
Y sentí en lo más profundo de mi corazón que como mujer no valía nada. Hasta el hombre amable que pensé encontrar me utilizó, y decidió quedarse con la mujer que tanto daño le hizo; que lo engañó, que quería dejarlo sin ver a su hijo. Y ni extrañaba a la estúpida que fue su paño de lágrimas y que tanto lo añoraba en su corazón.
Al parecer las mujeres que buscábamos desinteresadamente el amor solo éramos basura desechable, hasta Kilian me había mostrado eso.
No fui capaz de mirar más, me atormentaban los gemidos de placer que ambos daban, tan dichosos, tan felices, mientras que yo me sacrifiqué, volviendo con kilian para salvar sus vidas. Y teniendo que vivir todo lo terrible de haber sido secuestrada no una sino dos veces. Y lo peor, qué no tuve la oportunidad de elegir la vida que ahora tenía.
Sentí que no era justo. Yo merecía ser valorada, ser tratada con honestidad, y con ternura.
Era terrible sentir que todo el mundo me desechaba con tanta facilidad.
