Emily es una joven que está a punto de suicidarse tirándose desde un puente. Cuando un desconocido se acerca, aparentemente solo para verla morir.
Ella lo ignora y para terminar con su sufrimiento salta a las frías aguas, que poco a poco invaden su...
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Narrador omnisciente
En tierras del clan de Kun.
Orlok estaba aburrido en su habitación. De pronto tocaron a su puerta.
Abrieron y entraron con una jovencita que recién habían secuestrado. Una bella rubia de cuerpo bonito y ojos aterrados. Venía con un vestido y descalza. Un moretón se dejaba ver en sus verdes ojos.
—Déjenla, quiero divertirme un rato — dijo Orlok y la miraba con malicia
La joven trató de escapar por la puerta, pero Orlok se movió tan rápido que antes de que pueda siquiera llegar le cerró el paso.
—Te pareces a Isabel — le dijo mientras acariciaba su rostro.
—Por favor señor, solo quiero volver a mi casa — suplicaba la joven
—Después te llevo, ¿no quieres divertirte un rato conmigo? Muchas chicas dicen que soy atractivo, puedo darte muchas cosas bonitas como regalo si jugamos un rato. — dijo Orlok y la miraba sonriente como si no fuera un monstruo despiadado, quería ganarse su confianza.
—Mis padres deben estar preocupados, después de que me comunique con ellos podemos hablar — dijo la joven con voz más que suplicante.
—Ya estas grande para andar dependiendo de tus padres, ¿no te parece?
Y la pobre joven no entendía nada. Solo estaba ahí temblando ante el monstruo.
—Vamos a jugar un poco y luego te vas a tu casa — dijo con voz suave
La obligó a arrodillarse y desabrochó su pantalón y le dijo.
—Vamos hermosa, satisfáceme, sé que sabes hacerlo. — mientras acariciaba su pelo sedoso.
Como ella solo se quedaba viéndolo asustada dijo.
—De lo contrario te haré sentir mucho dolor, como no te imaginas — y le mostró la fiereza de sus ojos en signo de amenaza.
La joven temblando comenzó a tocar con su boca su sexo en movimientos torpes por la inexperiencia, mientras las lágrimas no dejaban de correr por su cara, y para Orlok le quitó toda la emoción al acto.
—¡Mierda! ¡Me tiene harto el sentimentalismo de los mortales! ¡Y ni siquiera sabes hacerlo bien! — gritó enojado
Levantó por el cuello a la joven e hizo pedazos su vestido, de unos cuantos manotazos que le dio quedó completamente desnuda, y de un golpe la tiró sobre la cama.
La joven del brutal puñetazo estaba aturdida, y Orlok se puso sobre ella mientras bebía de su sangre mordiendo sus senos y ella gritaba de terror.
—¡Ayúdenme por favor, solo quiero volver a mi casa! — gritaba en vano la joven
Le dio una fuerte bofetada que terminó por aturdirla, para que dejara de gritar, y abrió sus piernas, metió su mano en su intimidad y sonrió con satisfacción al darse cuenta que era virgen.