Mi Nueva Posición Parte 40

857 79 3
                                    

Kilian volvió a la cabecera de mesa y dirigiéndose a mí me ordenó

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Kilian volvió a la cabecera de mesa y dirigiéndose a mí me ordenó.

—Desde ahora tu deber como miembro de este clan será aprender a desarrollar tus habilidades para proteger al grupo. Vikran te enseñará a pelear cuerpo a cuerpo. Neferet y Camus las habilidades de la mente. Mitsu todo lo referente a la lucha con cuchillos y dagas de plata. Nain y Brais a moverte rápido y con sigilo, tácticas de ataque rápido. Y Yannick todo lo referente a las artes oscuras contra los licántropos. Estarás todo el tiempo ocupada en eso. Y quiero ver progresos o serás expulsada del clan. —sentenció sin más, sin ninguna emoción en su rostro.

Todos miraban atónitos, no entendían como después de haber pasado tanto tiempo dedicado a esperar el momento preciso, y esforzándose para que yo sea su compañera. Así como así me desechaba sin la más mínima muestra de remordimiento. Mas aun, que amenazara en expulsarme del Clan.

Yo por mi parte, aunque entendía que lo hacía porque se dio cuenta que nuestros recuerdos habían abierto un abismo insalvable, me sentí mal porque ni siquiera se tomó el tiempo de avisarme. Sentí que no tomó en cuenta todo mi sufrimiento para llegar a estar sentada donde estaba ahora.

Después de todo, morir ahogada o rehacer mi vida con Robert eran mejores opciones que esto. Al parecer todo lo que pasé secuestrada en manos de él y la bestia no significaban nada. Todo ese daño fue gratuito y en vano.

Pero ya no tenía más opciones. Debería concentrarme en ser útil para el grupo, para no volver a ser desechada. De todas formas, lo que aprendiera me serviría en caso de ser desterrada del Clan y quizás sobrevivir por mi cuenta. Ya no sería nunca mas una humana, y no tenía la menor idea de como sobrevivir en esta nueva forma, lo único que intuía era que si se agrupaban y no vivían solos sería por algo. Quizás que enemigos debería enfrentar si vivía sola como vampira, cazadores, hombres lobos o algo aún más aterrador.

Y no pude evitar ver como Daila me miraba con desprecio. Como si de pronto me hubiese convertido en su enemiga.

Nunca tuve trato con ella, pero no me había percatado de que no le gustaba mi presencia. Por si fuera poco, lo difícil de mi situación ahora al parecer debía cuidarme de no caerle peor a ella, la nueva líder del clan.

Como era costumbre entre los vampiros todos debían hacer un regalo a la elegida del líder. Mostrando su respeto a su futura reina y jurando obediencia. Ya que esta ocupaba un lugar casi tan importante dentro del grupo. De hecho, en caso de que el líder no pudiera ejercer sus funciones era la única encargada de tomar decisiones por él. Y en caso de muerte, tomaba el mando del clan hasta la elección del próximo líder. Lo cual no era cosa menor.

Pregunté a Neferet que cosas normalmente se regalan. Yo no tenía nada. Cuando Kilian me trajo de vuelta en mi escape llegué con lo puesto.

—Bueno puede ser una joya, Daila es muy pretenciosa, cualquier cosa que la haga ver mejor le gustará. — dijo ella riéndose.

—Gracias Neferet. — le agradecí su consejo.

Fuimos con Neferet a la ciudad, miramos las vidrieras de las joyerías.

—Pero, ¿con qué vamos a pagar? — pregunté

—Nuestros movimientos son tan rápidos que solo tienes que sacarlo — y se rio traviesa.

No lo podía creer, ahora era además de vampira asesina, una ladrona de joyas. Mi carrera en las actividades ilícitas no dejaba de prosperar.

Nos tomamos todo el tiempo en mirar. De pronto vi una hermosa tiara. Era igual a una que teníamos con mi madre cuando jugábamos estando solas y ella se la ponía fingiendo ser una reina y que yo era una princesa.

Esa tiara evocaba unos de los poquísimos momentos felices que viví junto a mi madre. Pero nuestra tiara era de fantasía. La de la vidriera era muy valiosa y era real. Sin contar que era una joya hermosísima.

Quizás era el mejor regalo que podía dar. Para ganarme el afecto de quien sería la nueva líder. Porque no tenía otro lugar en el mundo donde estar. Al menos debía intentar que no me expulsaran, y por la forma en que me miró tras la propuesta de consagración estaba obligada a caerle mejor.

Llegó el momento que todos entregaran sus presentes y que indicaran lo que significaba, y sus buenos deseos para su próxima consagración.

Hasta que llegó mi momento.

Daila está sentada en un sitial muy hermoso y todos los que entregaban el presente debían inclinarse ante ella y proceder con la entrega del regalo. Ella se veía por demás feliz y orgullosa de la nueva posición que ocuparía en el Clan.

Pasé delante de todos me incliné ante Daila y dije:

—Daila como nuestra futura líder vengo ante ti para declararte mi lealtad incondicional, y ofrecerte este presente.

Saqué de la caja la tiara que resplandecía en toda su magnificencia. Y todos quedaron al parecer complacidos por lo hermoso del regalo. Luego continué.

—En mi vida humana tuve muy pocos momentos felices y de paz con mi madre, pero esta tiara me recuerda esos momentos tan preciados. Con este presente deseo que tu consagración sea igual de feliz que esos momentos que mi memoria recuerda. — y mi corazón se llenaba de nostalgia del pasado. Hubiese dado lo que sea por tener conmigo a mi madre, abrasarme en su regazo. Irónicamente todos aplaudieron, en el momento que regalaba lo único que recordaba con alegría en mi corazón en el momento más bajo de mi existencia, inclinándome ante una mujer que me miraba con desprecio. Pero, aun así, lo que dije realmente fue de corazón.


(E)

La propuesta del vampiroWhere stories live. Discover now