Bebiendo Sangre En La Prisión Parte 81

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*Narrador omnisciente

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*Narrador omnisciente

Debido a los días agotadores de entrenamiento y todos los trabajos para prepararse para la guerra, la sangre de los animales mantenía débiles a los miembros del clan. Y ahora ya no eran un grupo pequeño para alimentarse sin levantar sospechas.

Kaia los llevó a una cárcel a las afueras de la ciudad, irían con cuchillos para simular que las muertes se produjeron por un motín entre pandillas de la cárcel.

—Bien los más antiguos rodeen la prisión y desmayen a los guardias, tiren lejos sus armas para que no hagan ruido al despertar. Con Neferet y Camus vamos a dominar a los de la entrada para que nos den acceso ellos mismos. Los demás esperan a que les hagamos la señal para entrar, apagaremos las luces para que no vean claramente los internos que es lo que pasa. Ya todos son capaces de leer mentes, empiecen por los pandilleros y una vez estén saciados desmayan al resto. No claven ningún colmillo solo dominen sus mentes y los desangran como su hubiesen participado en una pelea a muerte entre ellos, ¿entendido? — dijo Kaia y todos respondieron que sí.

Los guardias que estaban en alturas como centinelas caían uno por uno en el más completo silencio. Solo alcanzaban a ver sombras antes de sentir que algo los golpeaba y no sabían nada más. Solo él último de ellos que al parecer era muy intuitivo o sensible antes de que se acerque Brais alcanzó a decir sin ver nada.

—¿Quién está ahí? — con tono nervioso y apuntó su arma. — ¡identifíquese o comienzo a disparar!

Brais se quedó quieto y en una vuelta que hizo el guardia asustado dio un enorme salto hasta donde estaba, y golpeo su cabeza quedándose con el fusil en la mano, el cual arrojó lejos.

En la entrada Neferet y Camus se acercaron y tomaron las mentes de los guardias que estaban a la entrada, quienes abrieron las puertas como autómatas. Y conforme pasaban Kaia los desmayaba. Luego hicieron señas a los que estaban afuera que entraron en fila siguiendo el rastro de guardias inconscientes en el suelo.

Empezaron apagando las luces y entraron a desmayar al resto de los guardias.

Con el apagón y cuando todos los guardias estaban en el suelo los internos se alborotaron, pero no veían bien lo que pasaba.

Empezaron a cortar cuerpo en áreas como cuellos, corazón y otras partes para beber su sangre. Y los que estaban cerca de los que morían, comenzaron a gritar porque se dieron cuenta que los que entraron no eran ni presos ni guardias. Y aparentemente estaban apuñalando a todo el mundo. En pocos minutos acabaron con un área completa.

Y cuando llegaron al área de los más peligrosos detectaron que varios tenían teléfonos, que intentaron usar para avisar lo que pasaba. Pero no les permitieron llamar, los internos solos entregaron sus teléfonos en manos de los vampiros, y esperaron pacientemente a que tomaran su sangre en un completo trance.

Las áreas de los internos que no pertenecían a mafias poderosas fueron más fáciles, ya que se encontraban todos en un área común de la que no pudieron escapar.

Pero el clan ahora era grande y todavía no se calmaba su hambre, así que tuvieron que seguir avanzando a otras áreas, aun siendo varios los internos que desangraron, la sangre se hacía poca.

Recién cuando se bebieron a media prisión por fin su hambre quedó saciada. Llevaban tantos días sin beber sangre humana que su hambre era mucha. Ahora sentían renovadas sus fuerzas.

Y salieron sigilosos, mientras el resto de los internos que estaba aún con vida en la oscuridad hacían ruidos o gritaban, sin saber que o quiénes eran los que ha oscuras rondaban la prisión.

Emily y Kilian salieron del aquelarre con preocupación. Por donde se mirase la situación con el ataque a los asentamientos de Kun era complicado, pero ya no había marcha atrás.

Salieron para despejar la mente a la ciudad, mientras caminaban de la mano. En silencio, sin saber cómo finalizaría todo el asunto.

Y pasando cerca de un departamento oyeron a una pareja que hacia el amor muy feliz en su dormitorio. Kilian se sintió incómodo porque no sabía hasta qué punto los recuerdos del abuso de Orlok todavía rondaban en la mente de Emily y Emily por su parte luchaba por tratar de quitar esas imágenes de su cerebro.

Pero ambos añoraban ser como esa pareja que gemía y reía feliz, sin preocupaciones. Sin saber siquiera lo que pasaba en las sombras, lo tenebroso que rodeaba sus vidas.

Se abrazaron en silencio escuchando a la pareja y esperando en algún momento poder disfrutar en paz de su amor. Se quedaron un buen rato, uno escuchando el latir del otro.

Luego caminaron otro poco y a lo lejos escucharon llorar a dos personas con mucha pena.

La curiosidad hizo que se acercaran y era una pareja que dormía en la calle en una carpa. Por lo que vieron en sus mentes tenían más de cincuenta años y lo habían perdido todo. Abrazados lloraban su desdicha porque no había forma de volver a recuperarse de tanta deuda. Solo se tenían a ellos dos y esa humilde carpa que no los protegía del frio.

—Todavía existen seres menos afortunados que nosotros Kilian — dijo Emily y dio un suspiro de pena.

—Preguntémosle si quieren partir de este mundo juntos, al menos les podemos dar esa opción. —dijo Kilian

Y se acercaron a la pareja y les preguntaron si todavía tenían ganas de seguir luchando en este mundo. Que también existían otros lugares a donde las personas van tras la muerte.

Ellos lo pensaron detenidamente y ni siquiera contaban con el amor de sus hijos, que criaron con esmero, entonces decidieron partir y estar juntos hasta el final.

Kilian y Emily les ayudaron a evocar en sus mentes los momentos más felices de su vida, y después de haber estado llorando, se besaban y se reían. Y la última imagen que vieron en sus mentes fue el día que bailaron felices en su boda, mientras Kilian y Emily bebían su sangre de sus muñecas. Y ambos se fueron abrazados y con una sonrisa de paz.

Volvieron al asentamiento, y todo el clan ya estaba en las instalaciones.

—No hubo problemas entonces — pregunta Kilian

—No, solo algunos internos asustados, pero no estarán seguros de lo que vieron — dijo Kaia

—Está bien, descansen mañana seguro habrá mucho trabajo. Me reuniré con los demás líderes para resolver cuanto antes esta situación — dijo Kilian

Kilian y Emily se retiraron a su pequeño espacio en donde tenían algo de intimidad.

—Has bloqueado mucho tu mente en estos días, no quiero ser impertinente, pero si puedo ayudarte en algo, solo dímelo amor — dijo Kilian

—Si es que no quiero que veas lo que paso ahí Kilian, solo necesitas concentrarte para poder planear el ataque. Las vidas de muchos dependen de eso —dijo Emily

—Cuando dices que no quieres que vea lo que pasó, me preocupo más todavía — dijo Kilian

—Mejor ve poco a poco llenando mi mente de tus recuerdos. ¿Viste a esa pareja? Al final cuando te vas, solo te queda eso. Y aunque somos vampiros, también existen formas de que nos vayamos. Quizás ahora mismo estamos viviendo nuestros últimos días aquí. Quizás si nos vamos de este mundo a otro no volvamos a encontrarnos. —dijo Emily

—Entonces solo avísame si te molesta — dijo Kilian

Y besaba su boca y su pelo. Acariciando tímidamente su cuerpo hasta que se quedaron dormidos.


(E)

La propuesta del vampiroWhere stories live. Discover now