Emily es una joven que está a punto de suicidarse tirándose desde un puente. Cuando un desconocido se acerca, aparentemente solo para verla morir.
Ella lo ignora y para terminar con su sufrimiento salta a las frías aguas, que poco a poco invaden su...
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Kilian se acercó a Daila con una furia que le costaba contener.
Ella abrió los ojos y todos estábamos expectantes escuchando a ver qué decía.
— Perdóname kilian, los celos me dominaron. No podía soportar que todavía la siguieras amando. Solo quería que la llevaran a ella. Nunca quise el mal para mí Clan. — dijo Daila
— Emily es parte del Clan, ¿se te olvidó eso? — dijo kilian — dime de qué forma pretenden atacar.
— Esperarán a que estén todos dormidos y descuidados, los distraerán algunos de ellos, mientras la bestia toma a Emily — dijo Daila
— ¿Te encargarías de quitar todas las protecciones verdad? — preguntó kilian
— Sí, de la misma forma que lo hice la vez pasada — confesó Daila
— ¿Por qué la otra vez la bestia no sabía que Emily iba a ser mi compañera? — preguntó kilian
— No se lo dije porque quería que una vez se hubiese divertido, la matara ya que aparentemente no era importante — confesó Daila
— No puedo creer tu nivel de maldad — dijo kilian decepcionado
Y los demás miembros del Clan miraban con ojos de reprobación los actos tan infames con su Clan y contra mí.
Luego hubo una pausa. Nadie podía decir una sola palabra.
— Antes de que te mueras víbora dile la verdad a Emily. ¿Por qué te vio entrando desnuda a mi cuarto? — dijo Kilian y apretaba sus puños de tanta furia
Daila hizo un esfuerzo para levantar la cabeza y mirarme.
— Sentí odio contra ti, porque Kilian no quería tocarme. Creo que esperaba hasta el último minuto, para revertir su decisión de que yo fuera su compañera. Yo lo incitaba, pero él siempre me rechazó. Sentía que tú estabas en medio de nosotros dos todo el tiempo. Y ya no lo soporté más. Me uní al enemigo en un intento desesperado para no perderlo a él. Lo siento Emily, pero no me arrepiento de lo que hice. Tú no amas a kilian. No es justo que él solo tenga ojos para ti.
Al parecer Daila había estado enamorada desde siempre.
Cuando se le presentó la oportunidad que tanto esperó, realmente estaba feliz, pero yo era un estorbo para ella demasiado grande.
Se suponía que todo acabaría la primera vez que la bestia me llevó.
El plan era que la bestia abusara de mi un tiempo y luego me matara.
Pero Daila no contó con que sería hábil en evadir al salvaje. Y que alguien más, le llevó la información que finalmente lo hizo decidirse a marcarme como su propiedad.
Ya que había escapado, y ahora estaba más entrenada, era más atractiva a sus ojos. Y como los domina el instinto, ya no era tanto una venganza si no un capricho volverme a tener bajo su poder.
De pronto supimos, que la guerra era inminente. Que esta vez vendrían mejor preparados y no sabíamos cuántos de nosotros moriríamos en el intento de defendernos.
La catástrofe que dejó la mujer despechada fue de grandes proporciones. Sus celos no le hicieron calcular, que ella misma estaba propiciando la extinción de todo el clan.
Incluso la muerte misma de kilian, el hombre por el cual ella tanto luchaba.
Entonces comenzó a sentir los dolores, que dejaban las garras de las bestias. Y pidió le dieran agua.
Nadie quería acercarse. Sin decirle nada, la estaban culpando de nuestras muertes de forma anticipada.
Ella seguía suplicando por agua, debido a la gran pérdida de sangre, pero nadie se compadecía.
Todavía no sé por qué, pero me levanté, busqué un vaso de agua y le di de beber. Y cuándo terminó de beber le dije.
— ¿recuerdas la tiara que te regalé? Lo que dije entonces fue de todo mi corazón. En realidad, te desee de corazón que seas feliz. Y te equivocaste con respecto a Kilian, el jamás me trató con el respeto y dignidad que te trató a ti. Me sometió y se aprovechó de mi igual que lo hizo la bestia por su fuerza, eso no es amor. Yo siempre he sido tratada como un objeto que se usa y se desecha, has causado esta desgracia por nada. Yo no era impedimento para tu felicidad, ¿se te olvida que Kilian me tiene amenazada en que si no soy útil para el clan me expulsará como basura? ¿Cómo puedes confundir eso con el amor?
Y todos miraban atónitos por lo que le dije. Pero no era más que la verdad para mi desdicha.
Subí a mi cuarto, y me senté en la cama. Pensando que debería hacer si llegaba a caer de nuevo en manos de la bestia.
Ya no tenía más mentiras para engañarlo. Y retumbaban en mi cabeza las palabras de Yannick, quién dijo que los lobos cuándo se encaprichan no miden las consecuencias.
Incluso me sentía culpable, porque esta guerra se desataba sin quererlo por mi culpa.
Tenía miedo que fracasáramos en la defensa.
De pronto Camus y Neferet entran a mi habitación y me abrazan, los tres nos tendimos en la cama como esos hermanos que ven un monstruo a media noche y entre todos se consuelan.
Los miraba de reojo y a pesar de que no sé cuántos años más que yo tenían, los vi tan jóvenes, indefensos y temerosos que no pude dejar de sentir la necesidad de protegerlos.
Por mi mente pasaban imágenes horribles de ellos en las garras de estos salvajes y todo para que, para que una bestia tuviera su rato de diversión.
Mi corazón se llenó de odio esta vez y ya no de miedo.
El universo otra vez me ponía en la pesadilla de ver a mis seres queridos indefensos, temerosos ante un monstruo que quería destruirlos como mi padre destruyo a mi madre.
Pero esta vez era distinto, yo no iba a saltar desde ningún puente, moriría si era necesario acabando con la bestia de una vez y para siempre. Aunque la muerte me llevara con él, ya no me importaba.
