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Daba vueltas por la habitación desesperada mientras oía hablar a mi abogado.

Entiendo su enojo señorita, pero pienso que esta sería una buena inversión y... —habló.

—No estoy pidiendo tu estúpida opinión, dije que no abriría en Italia otra vez. —me pasé la mano por el cabello llevándolo hacia atrás— Para lo único que te llamé fue para que detuvieras esto, ¡pero al parecer no sirves para nada!

Señorita...

—¡Si me vuelve a llegar otra carta pidiendo que abra otra boutique, te juro que te despido! —me alteré más— ¿Sabes qué? Olvídalo. Estás despedido, maldito inútil.

Lancé el celular a la pared cuando colgué la llamada. Quizás me estaba alterando exageradamente, pero tengo ahora demasiado estrés.

Terminé sentándome en la cama cuando me mareé.

No sólo es la insistencia, es que también tengo encima la nueva línea de ropa. Tengo que crear mínimo setenta piezas de ropa diferente y apenas llego a veinte. El estrés no me deja crear nada nuevo, siento que mis ideas se agotaron.

Y para agregarle más a mi crisis me llegó un mensaje de mi ex diciendo que me demandaría si no regresaba a Francia.

Esta a sido una muy linda semana...

Que se note el sarcasmo, por favor.

Me senté en la cama aguantando mi cabeza con mis manos por el dolor de cabeza que tenía, mis codos sobre mis rodillas. Respiré profundo.

Todo esto se resolverá pronto.

Sentí como lamían mi brazo. Enzo acomodó su cabeza sobre mis rodillas mirándome como si estuviera preocupado. Le acaricié detrás de sus orejas.

—Está todo bien... —le murmuré.

Cuando Chris me lo dio, me dijo que me protegería de todo el que me hiciera daño. Lo ha hecho, me ha protegido de personas que siente que son un peligro para mí.

Me acosté en la cama y él a mi lado con su cabeza en mi barriga.

• ────── 🖤 ────── •

—¿Tú estás mal de la cabeza? —le digo a mi hermano— ¿Te golpeaste la cabeza en una misión o lo estúpido viene desde pequeño y nunca me había dado cuenta?

Estoy en su oficina sentada en una de las sillas cruzada de brazos mientras que él, muy relajado de la vida me mira.

—Sólo te pregunté si puedes o no, ridícula.

—De poder puedo. —rodé los ojos— Pero me estás pidiendo que diseñe un vestido para mañana. ¿Acaso crees que soy Flash?

No sé qué tiene de especial el día de mañana, pero el joven aquí presente quiere que haga un vestido para mañana en la noche. Ni si quiera sé si puedo hacer un vestido en pocas horas.

—A de más, ¿para quien es el vestido? —pregunté— No me digas que es para ti... —me miró molestó— Sólo decía.

Al final tomé un papel de su escritorio y un lápiz mientras él me decía varias cosas de la campaña que yo no entendía mucho. Sólo sé que cuando gane Christopher cambiará demasiadas cosas por aquí, cosas que probablemente muchos vean mal y no estén de acuerdo.

Pero pobre de quién intente decirle algo. Christopher o lo ignora o lo mata para sacárselo de encima.

—Oye... ¿y para quien es esto? No me has dicho. —le enseñé el diseño, cómo iba quedando y asintió— ¿Alguien especial?

Cheryl Morgan |Fanfic Pecados Placenteros|Where stories live. Discover now