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Sangre...

Muerte...

Oscuridad...

Desperté sobresaltada tocando mi pecho. El corazón latía fuerte y estaba sudada.

Miré hacia un lado para ver a Ian, seguía durmiendo boca abajo. Salió de la cama sin hacer ruido y me dirigí al baño. Cerré la puerta con seguro.

Abrí la llave del agua y me mojé la cara y el pecho.

¿Qué fue eso? Hacía demasiado que no tenía pesadillas.

Volví a llevar mi mano a mi pecho acariciándolo, sentía algo raro. Era como si algo en mí volviera, aunque sea un poco.

Me quedé sentada en suelo por una hora, y cuando volví a la cama no pude volver a dormir, simplemente me quedé mirando el techo.

Me hice la dormida cuando Ian se levantó, escuché cómo se iba a bañar. Hoy nos íbamos a Italia, resolvería unas cosas y luego mañana se vería con Antoni Mascherano junto con Ryan.

Rosella está castigada y no podrá viajar con nosotros. No quiero dejarla sola, nunca la he dejado sola, pero Ian no quiere que ella vaya. Quise quedarme pero... no lo tengo permitido.

Dejé pasar unos minutos hasta que decidí levantarme y comenzar a empacar las cosas que me faltaban. Ignoré a Ian cuando salió del baño.

—¿Vas a seguir enojada? —preguntó cuando le di la espalda.

Creo que llevo más de seis años enojada con él.

—No estoy enojada... —murmuré.

—No voy a volver a tener esta discusión, Rosella no va, punto. —me tomó del brazo volteándome— Mejor quita esa cara.

—¿Por qué debemos dejarla sola? No quiero que esté sola.

—Estará con los empleados. —se alejó para ir al armario.

—Es una niña muy pequeña, prácticamente una bebé, y nunca a estado lejos de mí. —acomodé mi cabello— Deja que venga conmigo, no te molestará y haré que se comporte.

Di un salto cuando dio un honor en el gavetero haciendo que me calle.

—Vuelves a repetir lo mismo y te juro que mandaré a Rosella lejos.

Decidí no decir más nada y concentrarme en hacer mis cosas. Al terminar me fui a lavar los dientes y a ducharme rápido. Me cambié de ropa para viajar, antes de salir de la habitación Ian me dijo que sólo desayunaríamos.

Fui a despertar a mi hija para desayunar con ella antes de irme.

—Buenos días, florecita. —me senté a su lado acariciando su cabello y su rostro— Tienes que despertar mi amor.

Abrió sus ojitos y los frotó dándome una sonrisa.

—Hola, mami. —se sentó en la cama. Tomé su rostro y besé sus mejillas. Me dio un beso a mí antes de mirarme bien— ¿Por qué estás vestida así? ¿Vamos a salir?

La tomé y la senté en mis piernas.

—Corazón... tu padre y yo vamos a viajar a Italia, ¿recuerdas que hablamos de eso?

—Papá dijo que yo podía ir.

—Lo siento, mi amor, pero no podrás ir con nosotros esta vez. —cuando sus ojitos se pusieron rojos la abracé— Es un viaje peligroso, Ro, no puedes ir conmigo.

—Yo no quiero estar sola, mami. Quiero ir contigo.

—¿Y si te ocurre algo? —tomé su rostro para que me mirara— Yo no quiero que te ocurra nada, por eso es mejor que te quedes aquí. —se aferró a mi cuello con fuerza— Estarás con Delia, ella te agrada.

Cheryl Morgan |Fanfic Pecados Placenteros|Место, где живут истории. Откройте их для себя