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—¿Te estás muriendo o por qué me llamas? —dije al contestar la videollamada.

Alguien se despertó con muy mal humor.

—¿Esas son formas de hablarle a tu tío, muñequita caprichosa?

Mi tío Reece habló detrás de la pantalla. Al parecer se encontraba en una oficina o algo así. Rodé los ojos.

—Lo pregunto porque es muy raro que me llames. —le recordé— ¿Por qué me llamas ahora?

Sólo quería saber cómo está mi sobrina.

Me le quedé mirando con una ceja alzada.

—¿Qué te dijo papá?

Si me llama es porque algo le dijeron, no es muy común que me llame así de la nada.

Tu abuela y Alex dicen que andas muy rara últimamente. —comenzó a hablar luego de unos segundos— Y la última vez que hablé con tu hermano me comentó lo mismo.

Que familia más chismosa tengo.

—Mira, tengo todo resulto, ¿bien? No es nada...

No creo que ellos hablen sobre la obsesión que Iñaki tiene contigo. —se recostó en el espaldar de su silla.

—Es Ian.

Bufó.

Me da igual, en mi cabeza siempre será el imbécil con el que salías. —se cruza de brazos—Por suerte nunca se atrevió a dañarte, lo hubiéramos matado si llegaba a tocarte.

Tragué saliva.

—Lo sé.

Como quiera no hablaba de él. —volvió al tema anterior haciéndome enarcar una ceja— Regina dice que te ha visto hablando con alguien estos días.

Ah sí. Ella ya sabe que he salido, hablado por mensaje y llamada con Dominick, bueno, no sabe que es con él, pero sí que hablo con un hombre.

—Hablo con muchas personas, tío.

Cree que estás enamorada.

¿Cómo?

Comencé a reír fuerte.

—¿Yo? ¿Enamorada? —reí— Ya, claro tío.

El día que me enamore será el mismo día en el que lloverán flores y brillos.

Entonces mi madre está equivocada.

—Obviamente tío. —negué sonriendo— Sólo e salido con un hombre de vez en cuando, pero no es nada serio. Ya sabes como soy.

¿Otro capricho? —asentí— ¿Y a quien enamorarás esta vez para luego botarlo?

—Es un capitán. —sonreí .

Tú hermano te matará. —me advirtió.

Por favor, Christopher siempre está enojado con la vida. Estos días su enojo y odio por las personas se multiplicó.

—Quizás, pero no me quedaré con las ganas de pasar una buena noche. —me levanté de mi silla para buscar unos cuadernos— Tío, te adoro mucho, pero te tengo que dejar. —me incliné en el escritorio para que me viera en la cámara— Te hablo luego.

De acuerdo, muñequita. Mándale saludos al odioso de tu padre y hermano.

Le mandé un beso antes de colgar la llamada.

Cheryl Morgan |Fanfic Pecados Placenteros|Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt