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-¿¡Pero qué te ocurre!?

-¿¡Qué te ocurre a ti!? -gritó con fuerza- ¿Qué? ¿¡Ahora lo vas a cubrir!?

Encerrados en el estudio Christopher y yo discutíamos.

-¡Ya te dije que no recuerdo, Christopher! -pasé las manos por mi cabello alterada- Maldición, ¡yo no hablé con él!

El muy infeliz tenía mi celular en la mano y me lo lanzó con rabia, me tuve que agachar para que no me golpeara. Chocó contra la pared y se rompió.

-Tenias llamadas de él, ¡más de diez! -caminó hacia donde mí- ¿Y ahora dices que no recuerdas? ¡Invéntate algo mejor que eso, Cheryl!

Me alejé de él.

-Si estás de malhumor, no te desquites conmigo. -advertí- Suficientes problemas tengo como para aguantarte.

Christopher soltó una risa seca. Apreté los puños para no terminar golpeándolo.

-¿Qué problemas puedes tener tú si ni si quiera sales de esta casa? ¡Tu nunca haz sabido lo que es tener problemas de verdad, Cheryl! ¡Siempre haz vivido en una maldita burbuja!

No dijo eso... Él en serio no dijo eso.

-¿¡Una burbuja!? -lo miré con rabia- ¡Tuve que soportar tres años los golpes, humillaciones y gritos de Ian para que ni hija estuviera bien! -tomé un objeto de su escritorio y se lo lancé- ¡Viví con terror durante tres años! ¿Crees que eso es estar en una burbuja!

Me comenzó a doler la cabeza.

-¿¡Qué quieres Christopher!? -grité- ¿¡Acaso necesito ser secuestrada y torturada!? -tomé aire- ¡No te atrevas a decir que yo no he pasado por nada!

Me di la vuelta tocando mi pecho y pasando las manos por mi rostro. Estuve así sólo un momento, Christopher tomó mi brazo con fuerza y me hizo voltearlo a ver.

-Si Ian aparece aquí, si por venir detrás de ti a mis hijos les sucede algo, te juro Cheryl que yo...

No lo dejé terminar. Le volteé el rostro de una bofetada, lo empujé para que me soltara.

-No recuerdo bien las llamadas, no sé si dije algo o no. -mis ojos se cristalizaron- Pero de lo que estoy segura es que yo nunca pondría en riesgo la vida de mi hija o de mis sobrinos.

¿Cómo podía él pensar eso de mí? Siempre lo he apoyado en todo, he aguantado con tal de estar con él en esta guerra. ¿Y en serio me tiene que tratar así?

-¿Qué pasa contigo? -sollocé- ¿Quieres que me vaya? ¿Eso te tranquilizaría?

-Las puertas están abiertas, puedes largarte.

Apreté los labios asintiendo.

-Quizás lo haga. -murmuré.

Salí de la oficina sin mirarlo. Rachel y Dominick estaban en la sala mirándose preocupados, al verme se intentaron acercar a mí pero levanté la mano deteniéndolos. Subí las escaleras encontrándome a Cayetana.

-Necesito que empaques las cosas de Rosella, todas. -me miró confundida- Por favor.

Iba a ir a mi habitación, pero me desvié hacia la habitación en donde estaba Abby. Entré lentamente, ella estaba acostada abrazando sus almohadas.

Me habían dicho lo que sucedió con Alexa, un hueco se me hizo en el pecho por eso. Hablé con Patrick ayer en la noche, no había querido ver a nadie pero me sorprendió cuando me dejó hablar con él por unos minutos. Estaba destrozado, le dije que yo cuidaría de su hija el tiempo que él necesitara.

Quiero creer que Alexa estará bien.

-Hola cariño. -me senté a su lado acariciando su cabello- ¿Podemos hablar un momento?

Se volteó para mirarme, tenia los ojos rojos.

-Me voy a ir a otro lugar y, quería preguntarte se quieres quedarte aquí o querías venir conmigo. -hablé suave.

-¿Estaré lejos de papá? -dijo bajito.

-No estaremos tan lejos, es cerca. -sonreí un poco.

Lo pensó por unos momentos pero asistió.

La dejé descansar unas horas más antes de arreglar sus cosas.

Fui a mi habitación al terminar con ella, Dominick estaba ahí sentado en la cama, como si me estuviera esperando.

-Dilo.

Me miró.

-¿Estás segura de querer irte? -se puso de pie acercándose a mí.

-Christopher cree que los mellizos están en riesgo si sigo aquí. -suspiré- Y sí, tiene razón. Ian puede volverse loco y venir por mí, atacándolos. Pero está actuando como si yo fuera la única que atrae al peligro, como si no existiera Antoni y Bratt que los quieren muertos a él y a Rachel.

Eso es lo que me pone mal, que me reclama cosas como si yo fuera la única con un maniático detrás.

-De acuerdo, muñeca.

-¿Pero que tú opinas? -jugué con mis dedos- ¿Crees que es una mala idea, verdad?

No quiero alargar una pelea con Chris... ya lo perdí una vez y no quiero volver a hacerlo, y menos si está enojado conmigo.

-Vámonos unos días, deja que se le pase antes de que siga desquitándose contigo. -dijo- Lo terminarán arreglando luego.

-Escuchaste todo...

-Incluso cuando te lanzó algo. -dijo serio- ¿Qué fue?

-Mi celular. -murmuré, le tomé las manos cuando apretó los puños- Está bien...

-Tengo un departamento aquí, nos iremos allá.

-Abby viene con nosotros.

-Sé que no la ibas a dejar. -tomó mi nuca para besar mi frente- Y llamé a un psicólogo.

Hice una mueca mirando hacia un lado, tomó mi mentón para que no le apartara la mirada.

-Irá a verte, y en serio no quiero discutir por eso.

-Cómo digas.

•••

Hacer que Rosella subiera al auto fue de lo peor. Lloró y pataleó hasta más no poder. No quería irse, y Milenka no ayudaba mucho en eso, no para de decir que no quería que nos fuéramos.

-Ro, vendrás en unos días, por favor, deja de llorar. -le coloqué el cinturón y le pedí a Abby que la entretuviera antes de cerrar la puerta de su lado.

Tomé aire y me acuclillé mirando mis sobrios.

-Los vendré a ver en unos días, lo prometo. -les dije.

-¿Pero por qué te vas, tía? -acaricié el rostro de Milenka- Yo no quiero que te vayas, no puedes irte.

-No te enojes, preciosa, prometo que haremos lo que tú quieras cuando regrese, ¿sí?

Asintió. La abracé y besé su mejilla mi has veces haciéndola reír. Miré a Owen, él estaba en la puerta de la casa junto con su madre.

-¿No le darás una abrazo a la tía C, príncipe? -abrí los brazos.

Vino hacia donde mí, al igual que con su hermana lo abracé fuerte.

-No quiero que te vayas. -murmuró.

-Tengo que hacer varias cosas, príncipe. -tomé su rostro- ¿Prometes no ver ninguna película de Cars sin mi?

Sonrió. Me abrazó por un segundo para regresar con su madre y hermana.

Ya había hablado con Rachel, Christopher ni si quiera me había dirigido la palabra, así que no lo molesté.

Subimos al auto.

Está bien... Sólo es una tonta pelea... Lo resolveremos pronto...

Espero...

Cheryl Morgan |Fanfic Pecados Placenteros|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora