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Christopher había salido muy temprano y se había llevado a Owen con él, a Ryan también. Milenka, Rosella y yo nos habíamos quedado jugando en mi habitación mientras tanto. Corrían por toda la habitación jugando, creo que Rosella era  una princesa y Milenka la villana, o eso era lo que entendía.

Yo tenía mis telas, así que comencé a hacer lo que ellas me pidieron. Rosella un vestido de princesa azul y Milenka quería un vestido negro. Supongo que para sus juegos.

—Niñas, quédense quietas sólo un momento. —ambas se detuvieron y comencé a tomar sus medidas, aunque muy quietas no estaban— Gracias.

Volví a el escritorio para comenzar a hacer lo que pidieron. Ellas brincaban en la cama, rodaban por el suelo, me alegraba tanto ver a Rosella tener a alguien con quien jugar, nunca la había oído reír tanto como este poco tiempo que ellas dos llevan juntas.

Abrieron la puerta para salir de la habitación.

—¡Tengan cuidado, niñas! —les dije cuando las escuché bajar las escaleras.

Al rato dejé eso a un lado y salí a buscarlas. Ambas estaban en la planta baja jugando en la sala. Al verlas reír les tiré varías fotos, juntas y a cada una. No tenia fotos de Rosella, ni si quiera de bebé, esta sería una muy bonita para comenzar a hacer un álbum.

—Señora. —la nana de los mellizos se acercó a mí— Voy a preparar galletas para las niñas quiere ayudarme?

—Claro. —sonreí acompañándola a la cocina— Pero nunca he preparado... nada.

—Es fácil, ya le explicaré. —me dio una sonrisa— ¿Si hija es alergia a algo?

—Sólo al maní, yo también lo soy.

La ayudé a preparar varios tipos de galletas, no era tan difícil como esperaba. Ella me iba diciendo que hacer y le hice caso en todo para no terminar quemando la cocina.

Metimos las bandejas al horno y nos sentamos a hablar en la mesa de diferentes cosas.
Varios minutos después las niñas llegaron frente a nosotras cansadas y despeinadas.

—Ya es hora de comer, vayan a lavarse las manos y la cara. —les pidió Cayetana.

—¿Dónde está el tío Ryan, mami? —preguntó mi hija— Siempre está cuando voy a comer.

—Quizás llega para la cena, cariño. —acaricié su mejilla— Ve a lavarte.

Ambas fueron hacia el baño más cercano.

—Usted ha hecho un gran trabajo con la niña. —la mujer sonrió— Es una buena madre.

—¿En serio lo cree? —murmuré sorprendida.

—Claro que sí. —tomó mi mano.

Servimos la comida que ella había hecho y esperamos que las niñas llegaran.

Cuando llegó la tarde Rosella quedó dormida en mi habitación, Milenka también pero sólo por unos minutos, preguntó por su padre y hermano. Le dije que llegarían en un rato y se fue diciendo que los esperaría abajo.

Sonreí al terminar los vestidos, los guardé para dárselos mañana temprano. Dejé que Ro durmiera  un rato más antes de la cena. La arropé y apagué la luz para que estuviera bien.

Bajé las escaleras, Christopher ya había llegado y Milenka le estaba peleando por haberla dejado. Cuando se despertó y se dio cuenta que su padre se había ido junto con Owen se enojó.

Chris pasó su mano por su cabello y se acercó a mí dando un beso en mi mejilla. Dijo que tenía que hacer unas cosas en su despacho y subió. 

—¿Estás bien, príncipe? —tomé a mi sobrino que se veía cansado— ¿Quieres ir a dormir antes de cenar? —asintió recostando su cabeza en mi hombro.

Cheryl Morgan |Fanfic Pecados Placenteros|Where stories live. Discover now