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Ver a mi hija tan feliz, con sus ojos brillantes y su gran sonrisa era algo que me aliviaba el corazón. Pensé que nunca la vería de ese modo.

Llevaba casi media hora hablando con su padre de los diferentes dibujos que hacía, también de cómo Ryan le compraba sus pinturas.

Dominick la escuchaba atento, no le había quitado la mirada de encima desde que la vio. La miraba como si fuera lo más hermoso que había visto, y lo es.

—¡Te voy a mostrar el dibujo que hice de los ojos de Owen! —se puso de pie emocionada.

Mi sobrino le había dado su permiso para que dibujara sus ojos. También pintó los de Milenka por órdenes de ella, dijo que era injusto que no se lo pidiera a ella primero.

Rosella se fue corriendo a su habitación.

—Se parece mucho a ti. —me volteó a ver sonriendo— Es igual de hermosa que tú.

—Sí, lo es. Desde el día en que nació fue la niña más hermosa.

Me acerqué a él sentándome a su lado.

—Me hiciste demasiada falta. —murmuré— Te necesitaba mucho.

—No me volverán a alejar de ustedes. —tomó mi mejilla para atraerme a sus labios y besarme— Todo estará bien.

—Eso espero amor, no quiero que nada malo le suceda a Ro. —suspiré— Ella merece estar lejos de todo esto...

—Lo estará, mi amor.

Rosella llegó con los dibujos. No sé cuantas horas exactas pasaron, pero estuvimos los tres juntos durante toda la tarde, Rosella no se despegaba de su padre y él no tenía intenciones de soltarla tampoco.

Al rato los dejé solos para que siguieran en lo suyo, Ro le hacía preguntas de arte, de su cargo y de Alemania, así que los dejé conversar.

Bajé. Cayetana preparaba la cena, le pregunté por los niños y me dijo que Milenka le había hecho unas preguntas a Abby antes de comenzar a jugar. Mi sobrina no era la persona más sociable y tenía que hacerle un cuestionario a las personas antes de aceptarlas.

Aunque creo que primero las aceptaba para un periodo de prueba.

—La señorita Abby al principio se asustó por los ojos de Owen,  luego dijo que eran raros pero lindos. —me dijo cuando le pregunté por mi sobrino.

—¿Y cómo reaccionó él?

—Se mantuvo serio todo el tiempo, pero creo que ahora está con ellas. —se sentó en la mesa conmigo— ¿Cómo está Rosella?

Sonreí.

—Feliz, demasiado feliz. Ella siempre quiso conocer a su padre. —reí— Ahora no se le despegará por un buen rato.

El pitido del horno sonó diciéndole que lo que sea que tenía ahí estaba listo.

—Iré por los niños para que vengan a cenar. —dije.

Caminé hasta la sala en donde la mujer me dijo que se habían ido. Los encontré sentados en el suelo, Abby y Milenka hablando mientras que Owen les daba la espalda jugando con un carrito rojo. Lo que me parece raro es ver a Milenka tranquila, lo que no es raro es que está hablando hasta por los codos.

—Siéntate, Tía Cheryl. —se cruzó de brazos en cuanto me vio— ¿Quién es ese hombre que estaba contigo? Owen dijo que te va a robar.

Reí sentándome junto a las niñas. Owen volteó la cabeza mirando a su hermana molesto e indignado. No le gusta que Milenka cuente todo lo que dice o hace.

Cheryl Morgan |Fanfic Pecados Placenteros|Where stories live. Discover now