Cheryl Morgan |Fanfic Pecados Placenteros|

Extra [Confianza]

Iba a escribir el extra del nacimiento de Axel, pero por petición y porque me dieron ganas, voy a escribir este extra. Es algo muy corto.

Luego subiré el de Axel.

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Narrador Omnisciente

Milenka tenía pocas personas en las que confiaba. Sus padres, su tía, su hermano mellizo, su prima y su mejor amiga. Pero con este problema, no se sentía lista para que ellos lo supieran.

Su padre la mataría.

Su madre quizás se decepcionaría mucho de ella.

Su tía de enojaría con ella.

Su hermano le dejaría de hablar.

Su prima probablemente le gritaría lo estúpida que era.

Y su mejor amiga no sabía guardar muchos secretos, no cuando era uno tan peligroso.

Así que decidió contárselo y confiar en una persona con la que no interactúala tanto.

Llegó a su oficina, respiró hondo y tocó la puerta. Mayormente no había eso, pero ahora estaba nerviosa y, prefería comenzar bien una conversación.

—Pasen. —escuchó.

La teniente entró con una sonrisa nerviosa.

—Hola, tío.

El general Dominick Parker alzó la mirada de los papeles con el ceño fruncido, mirando a la chica confundido.

—¿Podemos hablar?

Él asintió señalando la silla para que se sentara frente a él.

—¿Qué hiciste ahora, Morgan?

Milenka lo miró ofendida.

—¿Por qué crees que hice algo? Pude venir aquí para hablar contigo, nada más.

Parker rodó los ojos y negó.

—Milenka, te conozco desde hace dieciocho años, es poco lo que tú y yo hablamos. —se cruzó de brazos— Es la primera vez que quieres hablar conmigo a solas, y es la primera ves que me llamas tío. Así que dime que hiciste

Ella puso mala cara, pero asiento derrotada.

—Bueno, está bien. —bufó— Tengo un problema, y eres el único con el que puedo hablarlo.

—Anda, dime.

Milenka mordió su labio mirando hacia otro lado por unos momentos, para pensar en cómo iniciaría la conversación.

—Yo, durante los últimos meses he salido con alguien. —comenzó— Y no fue hasta hace dos semanas que supe de quién se trataba realmente.

El esposo de su tía lo miró más confundido que antes, de todas las cosas que pensaba que le iba a decir, lo menos que creyó era que le platicara de un enamorado.

—Antes de decirte de quién se trata, debes prometerme que no me gritaras, no me insultarás y sobretodo, no le dirás a mis padres y menos a mi tía.

—Milenka, no creo que yo sea con quien debes hablar de relaciones.

—Créeme, sí eres la personas para hablar de esto, de todos con los que puedo hablar eres el que no me va a terminar matando.

—Debe ser alguien malo para que creas que tu padre pueda matarte.

Ella asintió.

—Me enteré hace dos semanas de todo, y no lo he vuelto a ver, porque no sé cómo continuar o si debo continuar la relación.