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Cheryl

—Que sea la última vez que le das permiso a esa niña de hacer algo sin mi autorización. —apretó mi mandíbula— ¿Entendiste?

Me soltó cuando asentí. Cuando se apartó un poco me senté en la cama nerviosa.

—Ella necesita salir... —miré al suelo— No puede estar encerrada siempre...

—Aquí el que decide sobre Rosella soy yo. Tú no vas a opinar en nada. —nunca lo hago— Y más vale que le digas que se comporte, sino quieres que tú querida hija se vaya lejos.

—No... —lo miré asustada— No lo hagas, hablaré con ella.

Tocaron a la puerta de la habitación y él fue a abrir. Me puse de pie cuando vi a Rosella en la puerta con su pijama puesta. Dio unos pasos para entrar.

—Mami, ¿puedes llevarme a mi cama?

—No. —Ian levantó la mano para detenerme cuando caminé hacia ella— Despídete y vete a dormir, Rosella.

—Pero quiero que mamá me lleve a dormir... —su voz triste me rompía el corazón— Mami...

Me agaché para que caminara hacia mí. Corrió pasando por el lado de su padre y me abrazó fuerte. Acaricié su espalda alzándola.

—Deja que la lleve a dormir, vendré rápido. —pedí.

Ian alzó una ceja molesto. Miró su reloj.

—Tienes cinco minutos.

Fui a la habitación de mi hija y la acosté en su cama arropándola bien. Tomé varios de sus dibujos para dejarnos en su pequeño escritorio donde pintaba y regresé con ella.

—¿Papá se enojó contigo? —preguntó triste— No quiero que se enoje contigo por mí.

—No, no mi amor. —pasé mis manos por su rostro— Son cosas entre tu padre y yo, no te preocupes, ¿de acuerdo?

Quisiera tanto que ella no tuviera que vivir esto...

—Mami te ama mucho. —besé sus mejillas, frente y nariz— Descansa, mi amor.

—Yo también te amo. —sonrió acomodándose en su cama y abrazando un perrito de peluche que Ryan le había regalado.

Apagué la luz de su habitación y cerré la puerta recostándome de ella.

Ella no merece vivir este infierno.
Merece una vida mejor a la que vive ahora.

Entré a mi habitación suspirando aliviada de que Ian no estaba en ella. Fui al baño cerrando la puerta con llave por si acaso llegaba mientras me duchaba. Por suerte no lo hizo. Me puse una pijama y me acosté en la cama.

Mi vida desde hace tres años es un tormento. Tener que compartir el mismo techo y cama que la persona que más me hizo daño es algo que todavía no soporto. Quise ser fuerte al principio, pero nunca he podido. Ni si quiera por la niña que hace unos minutos acababa de acostar.

Mi hija...

Hace tres años, en una de mis tantas crisis por... terminé inconsciente. No sé qué me hicieron, pero cuando desperté me dijeron que tenía tres meses de embarazo... Tres meses.

No me puse feliz y quise acabar con el embarazo en ese momento.

Yo no me encontraba bien, ni si quiera ahora me encuentro bien para tener una hija, y tampoco quería que mi bebé estuviera en este lugar, siendo un prisionero.

Ian se opuso, no sé sus razones, pero me obligó a seguir con el embarazo. Supongo que consiguió lo que utilizaría para amenazarme por si intentaba escapar o hacer una locura.

Cheryl Morgan |Fanfic Pecados Placenteros|Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon