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Esto era arriesgado, pero no iba a estar lejos de mis sobrinos más tiempo. Y no era arriesgado por Ian, sino por Christopher.

Entré a la mansión encontrándome a Cayetana, me miró sorprendida.

-Cheryl, linda. -se acercó a mí- ¿Cómo estás?

-Me siento bien. -le sonreí- ¿Dónde están los niños?

-Los llamaré. -subió las escaleras.

Les había traído unas cosas a ambos, no estaré mucho tiempo aquí pero podré por lo menos estar un rato junto a ellos.

Dejé a Ro con Delia, no quería traerla cuando probablemente...

-¿Qué haces aquí?

Christopher se iba a poner con cosas y esto terminaría en una pelea.

Me volteé hacia mi hermano, Rachel estaba junto a él.

-Hola, Chris. -le sonreí- Vine a ver a mis sobrinos.

-Te dije que no te quería aquí, Cheryl. -se intentó acercar pero lo detuve levantando mi mano.

Respiré hondo.

-No puedes prohibirme venir, Christopher. -ladeé la cabeza.

-Estás en mi casa. -gruñó- Quiero que te largues ahora.

¿Por qué me sigue tratando así?

No te pongas débil frente a él. No lo hagas.

-De hecho, esta casa era de Regina, nuestra abuela. -me puse derecha- Y la dejó para ambos, no sólo para ti.

-Cheryl. -no dejé hablar a Rachel.

-No tienes... -tomé aire- Tú no tienes más derecho que yo aquí. -apretó la mandíbula- En ningún momento he firmado algún documento para que esta casa esté solo a tu nombre, así que es de ambos, te guste o no.

Lo admito, me estaba dando miedo decirle eso, pero no voy a seguir así.

-Y, así como tú me dijiste que me fuera, yo puedo decirte los mismo. -alcé el mentón- Pero no lo haré, yo no soy como tú, mis sobrinos necesitan un lugar en donde estar a salvo.

Probablemente me iba a gritar, pero los pasos de mis sobrinos por el pasillo no lo dejaron. En cuanto los vi bajar las escaleras me agaché para abrazarlos.

-¡Tía Cheryl!

Milenka fue la primera en llegar, se me lanzó encima haciendo que la apretara con fuerza. Miré a mi sobrino estirando la mano para que se acercara. Su hermana se hizo a un lado para poder saludarlo.

-Los extrañé mucho. -les dije sin dejar de sonreír- ¿Están bien?

Ambos asintieron. Besé sus mejillas.

-Les traje algo. -le pasé una caja con un lazo a mi sobrina. Se sentó en el suelo para abrirlo, viendo dentro un hermoso vestido negro que le hice hace días. Alzó la mirada con una enorme sonrisa en su rostro- Y para ti... -le pasé una pequeña caja a mi sobrino- Nani me dijo que quería uno. -murmuré solo para los dos.

Me dio una pequeña sonrisa que sólo yo vi cuando vio un pequeño Rolex que logré conseguir para él. Pagué para que lo personificaran sólo para él, es único.

-Se los iba a dejar para su cumpleaños, pero, -suspiré dramáticamente- un pajarito me dijo que no dejaban de pedir estas cosas. -les guiñé el ojo.

Hablé con Cayetana antes de venir, le pregunté si los niños querían algo en especial, algo que estuvieran pidiendo y me lo dijo. Quizás sus padres ya les tenían algo así de regalo, pero bueno, nadie le dijo a Christopher que me ignorara. Ahora tendrán que buscar otros regalos.

Cheryl Morgan |Fanfic Pecados Placenteros|Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz