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Me encontraba en el estudio casi entrando en una crisis. El desfile es en unos días y yo me encontraba muy nerviosa. Todo estaba listo, el vestuario, las modelos, el lugar, todo estaba muy bien.

Ya había hablando con Paulo, me disculpé por no poder ir pero él con gusto tomará mi lugar y me dejara saber todo lo que ocurre.

Dejé todo listo en mi estudio para cerrarlo, los documentos están en la caja fuerte y las telas guardadas en sus lugares. No me gustaba dejar el estudio desordenado. Tomé mi bolso y bajé las escaleras para bajar a la primera planta. Mi secretaria también tenía todo arreglado.

—Tómate estos dos días libres, Ana, no abriré el estudio. —dije al pasar por su lado.

—De acuerdo, señorita.

Salimos del edificio, ella se fue hasta su auto y yo esperé a Ryan en la entrada mientras cerraba. La camioneta llegó y me subí a ella.

—¿Comiste algo, Ryan? —pregunté tomando mi celular revisando varios mensajes.

—Aún no, señorita.

—Pues vamos a comer algo, porque tengo hambre. —ordené. Busqué un restaurante aquí cerca y se lo mostré pasándole mi celular— Ve a ese.

Nos dirigimos a un pequeño lugar, cuando entramos no habían tantas personas. Ordené una lasaña, Ryan igual la diferencia es que la de él era de berenjenas.

Me entretuve un rato hablando con él, hasta que su radio comenzó a sonar. Se puso de pie y salió del establecimiento para hablar. Seguí comiendo, ya estoy acostumbrada a que siempre esté comunicado con los demás soldados.

—Señorita. —Ryan llegó hasta mí preocupado— Debemos irnos.

—¿Qué sucede? —me puse de pie. Tomé mi cartera y saqué dinero dejándolo sobre la mesa.

No me dijo nada, me tomó del brazo para salir del lugar. Subimos a la camioneta y arrancó.

—Ryan, ¿qué sucede? —no contestó— ¡Ryan!

Me miró por el retrovisor no por mucho tiempo, llevó su vista al camino. No me habló en todo el camino hasta llegar a la mansión Morgan.

Bajé de la camioneta y rápido entré, mi escolta me siguió.

En la casa sólo se encontraba mamá. Estaba llorando.

—Mamá... ¿qué está pasando? —alzó la vista para mirarme, me acerqué a ella— Mami...

Tomó mis manos, estaba fría y temblando. Pidió que me sentara.

—Cariño... —tomó aire— Hace un rato, tu hermano salió para hacer varias cosas de la campaña, tu padre, Recce y Regina lo acompañaron.

No sé porqué comencé a sentir que algo iba mal. Miré a Ryan, miró hacia otro lado. Volví a mirar a mamá esperando una explicación.

—¿Christopher está bien? —pregunté con miedo.

—Sí, cariño, él está bien... —tragó— Iban en las camionetas y... —comenzó a romperse otra vez— atacaron a una de las camionetas; cariño.

—Mamá... ¿qué pasó? Por favor dime.

Acarició mi mejilla.

—La camioneta que recibió el golpe fue la de Recce y Regina, mi amor. —negué— Lo siento mucho...

No... no puede ser posible... ellos están bien...

—Ellos... ¿ellos murieron? —sentía un nudo en la garganta. Cuando mamá asintió comencé a llorar con fuerza.

Cheryl Morgan |Fanfic Pecados Placenteros|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora