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Los toques en la puerta me despertaron. Abrí los ojos con pereza y los froté con mis manos para aclarar mi vista. Eso me dio más sueño.

Los golpees siguieron, y el grito de Christopher me hizo salir de la cama del hotel. Me quité el cabello de mi cara mientras me levantaba, el tobillo me dolía todavía, así que no lo podía poner en el suelo mucho tiempo.

Daba pasos-saltos hasta la puerta, le quité el seguro y la abrí un poco. Christopher y Rachel estaban en el pasillo ya listos para irse.

—¿Todavía no estás lista? —rodó los ojos.

—Me acabo de despertar. —me tapé la boca para bostezar— Váyanse sin mi, Ryan me llevará a casa.

—Tú y yo tenemos una conversación pendiente. —fruncí el ceño cuando Chris dijo eso— Ve a la central más tarde.

—De acuerdo... —mi hermano a veces es raro.

Me acerqué a él para dejar un beso en su mejilla, y luego a Rachel. Ella me abrazó con fuerza mientras me susurraba algo.

—También tenemos que hablar. —besó mi mejilla. La miré raro.

Estoy comenzando a pensar que hice algo malo...

Ni Alex ni Sara dijeron esa frase cuando era adolescente, y ahora estos lo hacen, voy a pensar que los están sustituyendo como padres.

Me despedí de ellos y volví a entrar a la habitación. Tomé la ropa de un pequeño bolso que Chris había mandado a Ryan a buscar en la noche. Fui al baño para darme una ducha y cepillar mis dientes. Me cambié de ropa y metí con lo que dormí en el bolso junto con el vestido de anoche.

Llamé a Ryan y me avisó que ya iba de camino, así que bajé hasta el lobby para esperarlo. Una vez llegó me subí a la camioneta.

—Llévame al departamento. —le ordené.

Fueron varios minutos en el auto hasta que llegamos a mi casa. Me bajé del auto, Ryan dijo que se quedaría aquí cerca para cuando vaya a la central.

Llegué a mi departamento y lo primero que sentí fue el golpe que dio mi espalda al caer al suelo cuando Enzo saltó sobre mí. Mi tobillo se lastimó un poco más.

—Lo siento, lo siento. —dije riendo cuando comenzó a lamer mi cara— No te volveré a dejar sólo tanto tiempo.

Se me quitó de encima y se sentó a mi lado. Sentía como me juzgaba con la mirada.

—Perdón ¿sí? —le acaricié detrás de las orejas— Pero no te podía llevar.

Me levanté del suelo sujetándome de la pared y caminé hasta la cocina, en donde estaba su comida. Le serví en su plato y decidí ir al estudio para comenzar mi trabajo.

Aunque faltaban varios meses para el desfile, sentía una presión bastante fuerte. Los diseños estaban avanzando, ya había mandado varios y ahora estaba terminando dos más. Uno era un vestido azul índigo hasta las rodillas, con mangas caídas y escote en forma de corazón. El otro era una falda amarilla que sería la segunda pieza de un top que no e comenzado.

Si no amara mi trabajo, hace mucho hubiera dejado esto, es demasiado agotador dibujar los diseños y luego hacerlos. Hay veces que las telas no las consigo del color que necesito y atrasan el trabajo.

Estuve horas trabajando en esto, terminé usando mis lentes para poder dibujar. Los odiaba. Me veía horrible con ellos, por suerte nadie sabía de ellos y sólo los usaba mientras dibujaba y a veces.

En la tarde Christopher me llamó para que fuera a la central, así que me preparé, y preparé a Enzo. Sí, lo llevaría. Luego está molesto y se desquita con mis zapatos favoritos.

Cheryl Morgan |Fanfic Pecados Placenteros|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora