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Cheryl

Me sentía mal, no creo que poder estar mucho tiempo aquí. Apenas podía moverme, cada vez que lo hacía sentía un horrible dolor en mi abdomen bajo.

Alguien se paró frente a la celda, cuando alcé la mirada se trataba de Bratt.

-¿Qué es lo que quieres? -murmuré volteando el rostro.

-No te enojes, Cheryl, esto no es contra ti. -dijo, reí por eso un poco- Prácticamente te vi crecer.

-No seas ridículo, Bratt, solo me llevas tres años. -lo miré mal. Como pude me puse de pie para acercarme a él- Bratt, por favor trae a mis sobrinos, sabes que Antoni los matará en cuanto tenga la oportunidad.

-¿Por qué lo haría?

Suspiré mirándolo con desespero.

-Bratt, sé que no saldremos de aquí, sé que no hay nada que yo pueda hacer para ayudarlos, lo sé. -tomé aire- No los vi crecer, me perdí sus primeros tres años y probablemente jamás lo vuelva a ver. Por favor, te ruego que me dejes verlos aunque sea unos minutos, tú vas a estar presente... por favor.

No sé si lo consideró o no, sólo me miró por unos segundos y dio media vuelta sin decirme nada. Recosté mi cabeza de las vallas de metal sujetándolas con fuerza.

¿Cómo estará mi niña? ¿En donde la tendrá Ian? Ruego porque no la haya tocado, no quiero que ella sufra más de lo que ya lo ha hecho por culpa de Ian.

Necesito que Dominick llegue, que haga lo que me prometió, siempre ponerla de prioridad a ella, debe sacarla de aquí.

La puerta del lugar se volvió a abrir, los pasos de acercaron. Caí de rodillas al ver a mis sobrinos. Bratt abrió la reja y ellos corrieron hacia donde mí, los abracé con fuerza.

-Príncipe. -acaricié su mejilla, luego la de su hermana- Pequeña, ¿están bien?

Los examiné, no se veían heridos. Aparté el cabello de los hombros de Milenka.

-¿Qué es esto? -tenía un moretón en el cuello. Miré a Bratt- ¿Qué le hicieron? -no contestó.

-Me duele, tía Cheryl. -se quejó ella- Me inyectaron ahí. -señaló la herida.

Abrí mucho los ojos... Por favor que no sea algo malo... que no sea lo que estoy pensando.

Me puse de pie poniéndolos detrás de mí, acercándome a la reja, miré hacia las manos, ahí tenía las llaves.

-¿Cuántas personas aparte de ti tienen llaves de esta celda? -levantó una ceja- Vinieron a golpearme, Bratt. -hice que mis ojos se cristalizaran- Hicieron que tuviera un aborto, no quiero que lo vuelvan a hacer.

No diré que no dolió perderlo, porque lo hizo. No del todo, no sabía de él y tampoco podía tenerlo, pero mi pecho se oprimió al darme cuenta de lo qué pasó.

Lo miré con tristeza.

-Las de tu celda sólo las tengo yo. -dijo. Respiré hondo acercándome más poco a poco- Ya los viste, ahora deben regresar.

Miré a mis sobrinos, abrazaron mis piernas negando.

Tomé la reja y la cerré rápido haciendo que quedáramos encerrados otra vez.

-No se irán a ningún lado. -le dije- No voy a permitir que Antoni o alguien más les haga daño. -lo miré molesta.

Bufó, poniendo las llaves en el cerrojo para abrir la reja otra vez, pero yo saqué las manos, tomando la de él, jalando para que estuviera en medio de los tubos y lo doble. De quejó de dolor pero eso hizo que soltara las llaves, las cuales tomé rápido. Me alejé.

Cheryl Morgan |Fanfic Pecados Placenteros|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora