IV

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Sonó mi amado despertador y fui a estirar el brazo para apagar el molesto sonido, pero el brazo de alguien leyó mis pensamientos estirándose para apagarla en mi lugar.

Cuando me di la vuelta encontré a un Gavi con los ojos entrecerrados y mirándome fijamente.

– Buenos días pequeña– sonrió suave y se sobó los ojos.

– Buenos días– lo miré.

Aún seguían viniéndome flashbacks de lo que ocurrió anoche, y ahora que lo pensaba en frío empezó a darme mucha vergüenza.

Creo que él lo notó porque empezó a reír suavemente.

– Si crees que no me gustó el beso estás equivocada, no me arrepiento de nada.

Me levanté con las mejillas coloradas y fui al baño para lavarme la cara.

Necesitaba ir a casa y cambiarme de ropa, pero no sabía como irme.

Salí del baño y caminé lentamente hasta acercarme a los pies de su cama.

– Ansu me ha escrito diciéndome que va a llevarte a casa para que puedas cambiarte y nos vamos los tres juntos.

– ¿Ir? ¿A dónde?

– Tengo entrenamiento y quiero que vengas a verme, no te preocupes, viniendo conmigo te dejarán entrar. Mañana tenemos partido y Xavi nos quiere hoy desde primera hora de la mañana.

Asentí lentamente escuchando todo lo que me decía.

Quería que le acompañara al entrenamiento y no sabía como tomarme eso. La verdad es que ver al Barça entrenar no entraba en mis planes, si me lo hubieran dicho del Madrid habría ido volando, pero la verdad es que me hacía ilusión que quisiera tenerme allí.

En los aparcamientos de La Masía nos esperaba un Ansu con una sonrisa de oreja a oreja.

– Buenos días parejita –se rió suavemente y nos miró.

– Hola Ansu ¿qué tal? –me monté en la parte de atrás del coche y me abroché el cinturón.

– Bien ¿y tú?

– Guay

"Demasiado guay"

Al llegar a mi casa ambos esperaron abajo en mi salón y fui a ducharme y cambiarme rápido.

Estaba terminando de abrocharme las zapatillas cuando tocaron a la puerta.

– Adelante

– Ey, ¿estás lista ya?– se asomó Gavi mirándome.

– Sí, cojo el móvil y ya podemos irnos.

Al llegar a la ciudad deportiva vi a un millón de personas con sus móviles, cámaras, camisetas y más cosas en la mano.

– Si no quieres ser objeto de televisión hoy, te aconsejo taparte– me miró Ansu a través del espejo retrovisor.

Encontré una bufanda del equipo y me tapé la cara esperando a que me avisaran para poder quitármela de la cara.

Por suerte no se pararon a firmar ni hacerse fotos y entramos rápido.

– Entra por ahí y me esperas, tengo que cambiarme.

– Vale

Fui a donde Gavi me indicó y cogí el móvil. Justamente empezó a sonar y vi el nombre de Sira en la pantalla así que decidí cogérselo.

– ¡LEAH! ¡QUÉ SE SUPONE QUE HACES CON GAVI!

– ¿Cómo te has enterado?

– Aparte de porque Ansu y Ferrán han estado cuchicheando hace un rato de eso, ha salido en la tele. Tranquila, nadie te ha reconocido, pero yo sí, tus piernas son inconfundibles guapa. Pero ahora, no me cambies de tema, cuéntame que ha pasado.

– Prométeme que no vas a chillar ni nada de tus... bueno, de tus cosas.

– Prometido.

"Mentira"

– Cuando Ferrán y tú nos dejasteis solos nos fuimos a dar una vuelta por ahí y se hizo muy tarde, así que dormí en La Masía con él y bueno, nos besamos y esta mañana me ha dicho que viniera a verle entrenar.

– ¡SEÑOR BENDITO LEAH!

"Lo supuse"

Sabía que su promesa iba a ser mentira, así que antes de terminar de contarle la historia me alejé el móvil de la oreja.

– ¡DORMISTEIS JUNTOS Y ENCIMA OS BESASTEIS! ¿Voy a ser la madrina de la boda no?

– ¿Qué boda? ¿Qué dices?

– Leah, aprovecha todo esto, me refiero a que él está pendiente de ti, deja que te cuiden.

– Que no que no, estás alucinando.

– Leah, Gavi no es así de normal, creo que nunca le he visto llevar a ninguna chica a La Masía.

– Adiós Siraaa

– LE-

Y colgué, sí, le había colgado en su cara. Pero ya sabía que iba a decirme y me sabía ese discurso de memoria. Iba a decirme lo típico de "es diferente", "nunca ha hecho esto con otra".

"Todo mentira, mentira y mentira"

No pienso llenarme la cabeza de pajaritos y luego ser yo la que termina mal.

– Aquí estás.

Me asusté y di un bote girándome rápido.

– Lo siento, te asusté. Ven, sígueme– me agarró la mano.

Gavi y yo llegamos hasta una puerta y me miró.

Mientras andábamos hasta allí no había podido parar de mirarle.

Llevaba una sudadera azul clarita que combinaba de sus pantalones cortos, ambos la ropa del equipo para los entrenamientos.

Estaba guapísimo y creo que debía dejar de mirarle.

– Vas a ver a algunas chicas, algunas son novias y esposas de gente del equipo, son todas majas, así que no te preocupes –abrió la puerta y me arrastró dentro.

Asentí cruzando la puerta y vi un grupo de chicas con algunos niños pequeños que correteaban de un lado a otro.
Todas me miraron fijamente y yo bajé la cabeza avergonzada.

– Oye, no pasa nada, siéntate con ellas, puede que te acribillen a preguntas –rió suavemente.

Me acerqué a las gradas y todas me hicieron un hueco a su lado y allí estuvimos, hablando de millones de cosas.

Creo que no me había sentido tan cómoda nunca. Obviamente faltaba mi mejor amiga, pero me había sentido parte de ese grupo y eso me hizo sentir feliz.

Al terminar el entrenamiento ya sabía el nombre de todas, de algunos de los hijos de cada una y me habían metido en un grupo llamado Culé Girls

"La que era madridista..."

Si mi padre viera todo esto, le daba un infarto, estaba segura de ello.

Gavi se acercó a mí rápidamente y me pasó su botella de agua.

La agarré por inercia y lo miré sonriendo un poco.

– ¿Qué tal con las Culé Girls?

– Me encantan.

– Sabía que iban a gustarte pequeña.

"Pequeña... Leah, sal de ahí"

– Siguelas y espérame fuera, no tardo nada ¿vale?

Asentí y lo vi darse la vuelta para marcharse hacia el vestuario. No tenía nada pensado, ni siquiera estaba en mis planes pero...

– Gavi

Se giró para mirarme.

– Ten cuidado.

"¿Ten cuidado? ¿En serio? ¿Qué va a pasarle en un puto vestuario Leah? ¿Que se le caiga el jabón mientras se ducha?"

Lo tendré –me miró, sonrió y se fue.

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Creo que todas somos igual de bobas que Leah ¿no? Porque yo sí

Nos vemoooos <3

𝐑𝐄𝐌𝐈𝐍𝐃𝐄𝐑 +18 | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora