⚠️ Contenido Explícito
Habían pasado unas pocas semanas desde que volvimos a España.
Gavi y yo nos veíamos casi todos los días, aunque no teníamos tiempo para mucho, porque o él debía irse a entrenar o a un partido o yo tenía exámenes.
Aquel día empezó a llover tan fuerte que pensé que acabaría ahogándome dentro de mi propia casa.
Estaba terminando unos apuntes cuando tocaron al timbre. Fruncí el ceño. ¿Quién podría venir a mi casa con la que estaba cayendo?
Abrí la puerta encontrándome con Gavi de frente. Estaba empapado. Su pelo estaba pegado a su frente y tapaban un poco sus ojos debido a lo largo que lo tenía, su ropa estaba pegada a su cuerpo y sus ojos me miraban fijamente.
– ¿Cómo se te ocurre venir con la que está cayendo? ¿Cómo has venido?– dije agarrándolo para que entrara y cerrar la puerta.
– He venido corriendo. Te echaba de menos. Ayer no nos vimos y me moría de ganas de dormir contigo.– dijo girándose hacia mí y mostrándome esa sonrisa tan bonita que tenía siempre que estaba conmigo.
– Estás loco Pablo.– sonreí suave.– Venga, ve a la ducha, tienes algo de ropa tuya aquí, cámbiate y yo pondré lo que traes a lavar y a secar.
Empezó a desnudarse en mi salón y yo no pude apartar la mirada de su cuerpo.
Hacía muchísimo tiempo que no teníamos sexo, es más, fue la primera y la última y verle así y en ese momento no estaba ayudando, así que empecé a coger todo lo que me daba y fui a meterlo todo en la lavadora.
Para cuando había terminado él estaba en mi baño.
Entonces mi estómago empezó a rugir y me acordé de que no había comido nada por lo que empecé a preparar una ensalada y unas fresas con nata.Estaba echando la nata en el bol de las fresas cuando unas manos agarraron mi cintura y empecé a notar unos besos en mi cuello.
– ¿Fresas con nata eh?
Sonreí y dejé la nata encima de la encimera. Gavi aprovechó para meter un dedo en uno de los boles y luego llevó ese dedo a mi nariz, manchándome.
Yo empecé a reírme, me giré e hice lo mismo manchándole la mandíbula.
Él me miraba con las manos apoyadas en la encimera, a cada lado de mi cintura.
Su pelo estaba mojado pero peinado hacia arriba, como tanto me gustaba. Llevaba una camiseta negra y unos pantalones cortos que había dejado en mi casa alguna vez.Su mirada me quemaba y penetraba mis ojos con una intensidad que me estaba poniendo mala.
"Piensa en la biblia Leah."
– Resulta que tengo muchísima hambre nena. Y lo que has preparado me está tentando, así que ¿por qué no cenamos?– dijo y cogió la nata
– Pablo Gavi. ¿Vas a empezar por el postre? He hecho ensalada.
– Eso no es mi postre, cariño.– apretó la nata echándome un poco en el cuello y se acercó para lamerla.
Yo cerré los ojos y llevé una de mis manos a su cuello, acariciándoselo.
No debió de quedarse tranquilo con aquello, porque me quitó la camiseta y esparció nata por mis pechos y empezó a hacer magia con su boca.
Yo me agarré a la encimera, clavando las uñas y solté algunos gemidos que eran apenas audibles.
– No te oigo preciosa.– dijo mordiendo uno de mis pezones mientras me miraba.
Gemí muy alto y me tapé la boca en el mismo instante.
– Pensaba.– dijo sonriéndome con ego y bajó sus manos a mis pantalones cortos.– Ahora si me lo permites cariño, voy a obtener mi premio por ganas los últimos partidos.– bajó mis pantalones.
Yo lo miré fijamente, esperando su siguiente movimiento. El cual, no me esperaba y me sorprendió.
Gavi miró mis bragas, algo simples y sin nada de erotismo. No sabía que iba a venir y había preferido estar cómoda.
Entonces agarró cada uno de los extremos de estas y me las arrancó, rompiendo cada lado.
Después bajó por mi cuerpo y después de abrirme de piernas, hundió su lengua en mi intimidad.Yo eché la cabeza hacia atrás, apoyándola en uno de los muebles de la cocina. Él mientras seguía lamiendo y succionando allí abajo.
Se apartó un segundo para echar nata y volver a hundir su maravillosa lengua en mi intimidad.
Yo empecé a gemir como una histérica y agarré su pelo y tiré de él a lo que me respondió con un gruñido grave.
Se apartó de mi humedad y se levantó para cruzar nuestras miradas.
– ¿Cuantos goles marcamos el otro día nena?– dijo mirándome.
– Tres.– dije tragando saliva.– ¿Por qué?
– Pues son todas las veces que vas a correrte esta noche.
Después de decir aquello me agarró subiéndome a la encimera y se deshizo de su ropa para alinearse con mi entrada y entrar de golpe.
Yo solté todo el aire que estaba reteniendo y puse mis manos alrededor de su cuello.
– Mierda.– gruñó.
– ¿Pasa algo?
– No llevo condón
– No pasa nada, tomo anticonceptivas.– lo miré.
– ¿Por qué no me lo dijiste la última vez?
– Porque en ese momento no las tomaba.– dije para después reírme.
Entonces se me fue toda la risa de golpe.
Empezó a moverse contra mí a una velocidad inimaginable.
Uno de los cajones retumbaba debido a los golpes que le estábamos dando y la velocidad que llevaba.
Él gemía y soltaba algún que otro taco y yo, yo solo podía gemir su nombre.Me besó mientras seguía moviéndose y entonces salió.
– Gavi ¿qué cojones pasa?– dije algo molesta.
– Date la vuelta y pon tu culo en pompa.
Lo miré y después hice lo que me había pedido.
Volvió a entrar en mí y empezó a moverse a la misma velocidad de antes.Yo gemía y me agarraba a la encimera como podía.
De pronto una de sus palmas chocó en mi trasero y un picor empezó a recorrer mi nalga."¿Acaba de azotarme?"
– Dios... Que ganas tenía de tener esta vista de tu puto culo así.– dijo mientras se movía detrás de mí y acariciaba mis nalgas con mimo.
Después volvió a azotarme, pero esta vez en la otra nalga. Creo que dejaría marcas por unas horas, pero no podía importarme menos en estos momentos.
Él seguía moviéndose a una velocidad incansable y yo empecé a tensarme y gemí.
– Venga nena. Hazlo, quiero verte hacerlo.
Y con eso, me corrí y gemí su nombre por última vez.
Al escucharme él tampoco pudo aguantarse y acabó corriéndose conmigo.
Cuando acabamos, me ayudó a incorporarme, me dio la vuelta y me miró sonriendo para besarme después.
– Enhorabuena nena, ya solo te quedan dos.– dijo para después agarrarme como un saco de patatas y subir las escaleras en dirección a mi habitación.
"Que pena que no hubiesen marcado más goles"
- - - - - - - - - - - -
Mae mía como está el patio...
Creo que me he pasao jajajajajajaja, pero bueno, no importa.
Mañana me dan vacaciones y eso solo puede significar una cosita... *redoble de tambores*
CAPÍTULOS DOBLES.Aún así, nos leemos gente preciosa <3
ESTÁS LEYENDO
𝐑𝐄𝐌𝐈𝐍𝐃𝐄𝐑 +18 | Pablo Gavi
Teen FictionLeah acompaña a su mejor amiga a ver un partido del Barça aún sabiendo que es del Madrid. Lo que ella no sabe es que después de ese partido su mundo va a ponerse patas arriba. ¿Está segura de lo que dice?