LXIX

10.6K 324 26
                                    

Los días en Valencia habían acabado bien después de todo.

Mi nariz volvía a ver la luz y sentía alivio al poder respirar por mis fosas nasales.

Gavi había estado saliendo por mis redes sociales negando autógrafos y fotos.

Iba a matarlo.

Cuando entró por la puerta le tiré un cojín, el cual no se esperó y le pegó en la cara.

Se asustó echándose atrás y después de que el cojín cayese al suelo me miró.

– Joder Leah, que susto me has dado. Pensé que había entrado alguien en casa de nuevo.

Lo miré seria.

– ¿Pasa algo?– dijo agarrando el cojín y caminando hacia mí.

Se acercó hasta mí para besar mis labios, pero giré la cabeza y sus labios acabaron en mi mejilla.

– ¿He hecho algo nena?

Lo miré.

– Cielo, no te enfades y hablemos.– dijo sentándose a mi lado.

– ¿Por qué no estás haciéndote fotos y firmando autógrafos?

Suspiró y cerró los ojos. Sabía que le había pillado.

– Gavi, estoy bien y hoy no iba contigo, podrías haber parado perfectamente.

– Lo sé, pero sinceramente no me apetecía.

– ¿Por?

– No sé, estoy cansado.– dijo tirándose hacia atrás, aterrizando sobre mis piernas.

Acaricié su cabeza, que se encontraba apoyada en mis muslos.

Él cerró los ojos.

– Xavi me ha echado la bronca hoy.– dijo.

– ¿Por qué?

– Porque he mandado un balón fuera y he estado despistado.

Lo miré y él abrió los ojos.

– ¿Necesitas hablar?– dije.

– No sé, siento que no estoy haciéndolo bien.

– Estás loco. Lo haces genial cariño, siempre luchas por los balones, intentas desmarcarte siempre que puedes, peleas por cada balón y sientes los colores. Además, para mí siempre serás el mejor.

– ¿En serio?– dijo mirándome.

– En serio. Siempre vas a ser mi 30 favorito.

Sonrió mirándome y acarició mis piernas.

– Gracias.– dijo mirándome.

Sonreí y le di un beso que correspondió al instante.

– Mi madre va a venir mañana a vernos.– dijo mirándome y jugando con un mechón de mi pelo.

– Me parece genial.

– Puede que venga mi hermana también.

– Me encanta tu hermana.

– A mí no.– dijo riendo.– De pequeña era una tonta. Nunca jugaba conmigo porque estaba ocupada con sus Barbies.

Reí imaginándome a un Gavi pequeño haciendo berrinches porque su hermana no jugaba con él.

– Pero al menos has tenido ese apoyo de hermanos cielo. Yo soy hija única y no he sentido ese cariño jamás.

– Tienes a Sira.– dijo mirándome.

𝐑𝐄𝐌𝐈𝐍𝐃𝐄𝐑 +18 | Pablo GaviUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum