XVIII

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Me desperté con una calor insoportable y pensé en que debía haber dejado el aire acondicionado apagado.

Tampoco ayudaba estar arropada hasta arriba y tener a un Gavi en modo oso hibernador encima de mi pecho, donde se había quedado dormido después de su promesa de los tres goles.

"Madre mía"

- Gavi...-dije moviéndole un poco.

Este no hizo nada más que un sonido poco audible.

- Necesito levantarme, me estoy asfixiando.

Parece que me hizo un poquito de caso, porque se movió un poco para que yo pudiera desarroparme y levantarme en dirección al cuarto de baño.

No me encontraba nada bien, así que opté por bajar a la cocina, coger el termómetro y ponérmelo.

Mientras esperaba a que el cacharro hiciera un pitido indicándome que ya tenía la temperatura, me tomé mis pastillas y me senté en una de las sillas de la isla de la cocina.

El termómetro emitió un pitido indicándome que ya había terminado de tomar mi temperatura, lo aparté de mi cuerpo y lo miré.

"38,5°"

No sé en que momento me había subido la fiebre, bueno, más bien, no sabía cuando me había decidido hacer acto de presencia.

Estaba cogiendo una pastilla para bajar la fiebre cuando noté unas manos masajeando mis hombros. Casi me desmayo del gusto.

- ¿Pasa algo preciosa?-dijo mientras seguía masajeándome.

- No. Bueno, tengo fiebre, voy a tomarme esto para bajarla, me lavaré la cara y me iré a dormir nuevo ¿y tú?-dije mientras me tomaba algo para bajar la fiebre.

- ¿Fiebre?- paró de masajear y me giró para mirarme.

Asentí enseñándole el termómetro y de un momento a otro sentí mi cuerpo levitar y aterrizar en su hombro. Me agarró mientras subía las escaleras y me tumbó en la cama.

Entonces empezó a darme besitos y a hacerme cosquillitas en las piernas, lo que acabó haciendo que me durmiese al instante.

Cuando me desperté a la mañana siguiente no me sentía mejor y supuse que iba a tocarme quedarme en casa todo el día hoy.

Miré hacia el otro lado encontrándome con un Gavi que descansaba plena y tranquilamente. Yo sonreí como una boba al verle, siempre estaba tan guapo.

"Era tan injusto"

No tenía ni fuerzas ni ganas de levantarme, así que volví a acurrucarme y cerré los ojos.

Iba a quedarme dormida otra vez cuando de repente una alarma de un móvil sonó haciendo que me asustase.

Gavi apagó la alarma y se levantó mirando en mi dirección.

- Voy a hacerte el desayuno. -dijo arropándome y mirándome.- Te he traído agua, dicen que es bueno beber mucha cuando estás enfermo, y también tienes pañuelos y pastillas para bajar la fiebre, aunque como te tomaste la primera a las 3 de la mañana, te quedan un par de horitas para tomártelas todavía.

Lo miré con un rastro de ternura en mi cara. Se había levantado temprano para prepararme el desayuno y había estado trayéndome cosas durante el tiempo que había estado dormida.

"Voy a caer en picado"

Se fue dejándome sola en la habitación y me puse a ver algo en la tele para entretenerme hasta que llegó con una bandeja con un zumo de naranja, fresas y unas tostadas en esta.

𝐑𝐄𝐌𝐈𝐍𝐃𝐄𝐑 +18 | Pablo GaviWhere stories live. Discover now