LXXVI

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⚠️ Contenido Explícito

Santorini era preciosa.

Llevábamos solo un día aquí, pero me producía tanta tranquilidad que sentí que no quería irme de aquí jamás.

Gavi estaba en la cama hablando con su madre y yo miré el agua mientras me sentaba en la superficie de la casa flotante.

Gavi llegó y se sentó a mi lado.

Se había puesto morenito, bueno, también se había quemado.

Lo miré sonriendo y le acaricié el pecho.

– ¿Te has echado crema?

Él negó y yo me levanté para coger el bote y sentarme encima suya, abrir el bote y echarme en las manos.

– Leah, no hace falta tan-

No le dio tiempo a acabar porque empecé a esparcirle la crema por los hombros y la espalda.

Después le puse gotitas en la cara y se las esparcí mientras le daba besos.

Él me correspondía y llevó sus manos a mi espalda baja.

Lo miré sonriendo.

– ¿Qué hay que hacer hoy?– pregunté.

– Hoy cenamos y vemos los fuegos artificiales.

– He oído que hay farolillos también.– solté emocionada.

– ¿Quieres soltar un farolillo? Pues lo hacemos también.

Sonreí y volví a besarlo.

La noche llegó más rápido de lo que me esperaba y tras pegarnos una ducha, nos pusimos algo cómodo y fresquito y salimos a cenar.

La cena fue muy tranquila.

Había mucha gente cenando y veía a niños corretear de un lado a otro mientras jugaban.

– ¿Quieres uno? Yo te lo hago.– dijo Gavi limpiándose la boca con una servilleta.

Yo reí y lo miré llevándome la copa de vino a los labios.

Él me miró sonriendo y volvió a hablar.

– ¿Cuántos quieres? ¿Y cómo vamos a llamarlos?

– Si es niña quiero llamarla... Gala

– ¿Gala? Me gusta. ¿Y si es niño?

– Como su padre.

– Ni de coña.

Reí y lo miré.

– ¿Por qué?– pregunté riendo.

– Solo va a haber un Pablo Martín Páez Gavira en tu vida nena, y ese voy a ser yo.

Yo reí y negué con la cabeza.

Después de aquello nos levantamos y fuimos hacia la orilla donde empezaron a encenderse farolillos.

Gavi llegó hasta mí con uno gigante y tras encenderlo la gente hizo una cuenta atrás y todos los soltamos a la vez.

Miré el cielo lleno de farolillos y Gavi me abrazó por detrás para besar mi cabeza.

Entonces los fuegos artificiales hicieron acto de presencia y yo sonreí mirándolos.

Y mientras los farolillos desaparecían a los lejos pedí un deseo.

Cuando entramos en la casa flotante me despojé de los tacones tirándolos a alguna parte de la casa y Gavi me cogió en brazos para dejarme en la cama con cuidado.

𝐑𝐄𝐌𝐈𝐍𝐃𝐄𝐑 +18 | Pablo GaviWhere stories live. Discover now