XIII

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Una alarma que no era la mía me asustó haciéndome sentarme en la cama de golpe.

Pedri apagó la alarma y sentó de la misma manera que yo y empezó a reírse.

– Lo siento, te he despertado. Puedes volver a dormir si quieres.– dijo para después levantarse y meterse en el baño.

Yo que ya no iba a poder dormirme me quedé viendo el móvil y decidí meterme en instagram y chismosear por ahí.

Gavi había subido una historia a instagram y me estaba tentando saber de que iba.

Tiré el móvil hacia la otra esquina de la cama justo cuando la puerta del baño se abría dejándome ver a un Pedri sin camiseta.

– ¿Vas a bajar a desayunar?

– Sí.– dije mirándole.– Me muero de hambre.

– Pues cámbiate o te hago bajar en pijama, tú sabrás.

Salí corriendo de la cama, me metí en el baño y me puse unas mallas deportivas y una sudadera encima.

Salí del baño y Pedri estaba terminando de ponerse la camiseta y al verme llegar, abrió la puerta para dejarme pasar.

Cuando salimos, Pedri cerró detrás nuestra y justo la puerta de la habitación de Gavi se abrió.

Gavi salió de la habitación y nuestras miradas se cruzaron.

Parece que iba a decir algo, pero decidió no hacerlo y bajó sin decirnos nada.

Bajamos los tres a la misma vez y me senté, quedando justo en frente de Gavi y con Pedri a mi lado.

Estuvimos desayunando todos muy agusto y como no volvían a tener partido hasta dentro de una semana hablaron de ir a la playa y después salir de fiesta un rato.

Todos aceptaron y cada uno se fue a su respectiva habitación para descansar antes de salir.

Pedri dijo que iba a dormir la siesta antes de ir a la playa y yo que no tenía sueño, salí a dar una vuelta por las calles.

No hacía mucho frío ni mucha calor y yo la verdad es que estaba encantada.

Había gente que me miraba y cuchicheaba. Creo que algunos si saben quien soy.

Empecé a ponerme un poco nerviosa y decidí volver al hotel.

Al llegar subí a la habitación de Sira y nos pusimos los bikinis.

Ella llevaba un bolso de playa enorme, así que con mi cara dura, metí mi móvil, la crema solar y mis gafas de sol en su bolsa.

Me puse un vestido que dejaba ver lo que llevaba debajo y me colgué la toalla por los hombros.

Estaban todos en el living cuando bajamos. Gavi se me quedó mirando hasta que se dio cuenta de que le estaba viendo y apartó la mirada.

La playa estaba atiborrada de gente, pero gracias a la persuasión de Sira y mía conseguimos encontrar un hueco para tumbarnos todos.

Me quité el vestido y me tumbé boca abajo en la toalla. Empecé a buscar hasta que di con quien necesitaba en ese momento.

– Pepi... ¿te importa echarme crema?

– Eh... Claro que no.– se acercó y cogió el bote.

Echó algo de crema en mi espalda y cuando iba a empezar a esparcirla alguien se levantó de su toalla y se acercó a nosotros.

– Ya le echo yo.– dijo Gavi agarrando de nuevo el bote.

Pedri se apartó, me miró después y se fue con Balde y Eric al agua.

𝐑𝐄𝐌𝐈𝐍𝐃𝐄𝐑 +18 | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora