L

11.8K 347 30
                                    

Cuando llegué a Nueva York no tenía mucho que hacer aquí y empecé a arrepentirme de todo lo que había hecho para acabar aquí.

Pero por desgracia ya era tarde. Mucho.

Los primeros días de clases fueron bastante relajados por no decir aburridos, aunque siendo sincera eran aburridos porque no intentaba socializar con nadie.

No estaba animada para ello.

Mi madre me llamaba todos los días para preguntarme qué tal estaba y como lo llevaba.

Cuando Noa y yo empezamos a ser más amigas empecé a sentirme menos sola aquí. La verdad es que estar en una ciudad tan grande como esta sin nadie a quien conoces era una verdadera mierda.

Estaba acostumbrada a estar sola hasta que empecé a estar con Gavi.

Ahora estar sola me daba miedo, me asustaba.

Nunca sabemos lo solos que estamos hasta que estamos en la habitación pensando en que nadie te ha escrito en todo el día para preocuparse por ti.

Creo que por eso me cerré en mí misma.

Hablaba con Noa de muchas cosas, pero me limitaba a contarle poco de mi vida en España. No porque no me fiase, sino porque en España se había quedado una parte de mí que no tenía nada que ver con la que estaba creándose en Nueva York.

Empecé a ver historias de Instagram de los chicos y decidí eliminar todo lo que había ido subiendo en ese tiempo y también dejé de seguirles a todos.

En otras circunstancias no lo habría hecho. Pero estar allí sintiéndome como la mierda y verlos a ellos todos juntos y sin ningún tipo de problema de este tipo me estaba matando mentalmente.

Empecé a acudir a un psicólogo un mes después de estar aquí y le conté que ya no podía dormir.

Llegaban a mi cabeza pesadillas a todas horas y siendo sincera no me estaba viniendo bien para los estudios el no dormir.

El psicólogo fue el primero al que le conté todo y me recomendó las pastillas.

Solo tenía que tomarlas por la noche y ya está, todo sería como siempre.

Mentira.

Conseguía dormirme, pero no sin haber llorado antes.

Noa me presentó a algunos de sus amigos de la facultad con los que me llevé fenomenal.

Así empezó mi amistad con Will.

Will no había hablado conmigo al principio, pero después se fue soltando y me gustó que no hubiera intentado ser alguien distinto para caerme bien el primer día.

Entonces se convirtió en mi mejor amigo.

Bueno, al menos un intento de ello, nadie iba a sustituir a Pedri en la vida, estaba claro.

Pero al menos me hacía sentir bien un poco de tiempo.

Hasta que se enamoró.

No iba a buscar una relación, no aquí, no ahora.

No cuando sabía que el amor de mi vida estaba a muchos kilómetros de aquí.

Corté casi todo el contacto con él y me limité a contestarle con monosílabos, evitarle o simplemente ignorarle.

Unos meses después me encontraba mejor.

Había hecho amigos nuevos

Salía de fiesta de vez en cuando...

Pero ninguno me hacía bromas raras como Ansu.

Ninguno me apoyaba incondicionalmente como Sira.

Ninguno me bordeaba como Balde.

𝐑𝐄𝐌𝐈𝐍𝐃𝐄𝐑 +18 | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora