XLI

13.1K 370 42
                                    

⚠️ Contenido Explícito.

Tras aquello Gavi me montó en su coche y se dirigió a casa.

Cuando llegamos me cogió en brazos y me tiró en la cama para después arrancarme el vestido y la ropa interior.

No pude objetar nada porque me calló con un beso.

Cuando se separó de mi boca bajó hasta mi intimidad y hundió su lengua allí.
Yo agarré su pelo gimiendo y cerré los ojos mientras me mordía el labio.

– Nena, te odio tanto en estos momentos. Joder.

Lo miré confusa.

Cuando vio mi confusión empezó a acariciarme los muslos y los besó con mucho mimo.

– Ferrán, Ansu, Balde y yo habíamos apostado que podría aguantar un mes sin tocarte, sin estar dentro de ti. Pero no me lo has puesto fácil joder.– se acercó a mi boca y besó mis labios.

Yo correspondí mientras entendía ahora sus actitudes de estas tres semanas.

Quería matarlo por apostar aquello, pero ahora mi cuerpo tenía otros planes. Entonces bajé su cabeza hasta mi intimidad y volvió a la carga.

Se incorporó escupiendo mientras miraba mi centro.

Acababa de mojarme más si era posible.

"No creo Leah"

Se puso encima de mí y se hundió de golpe para empezar a embestirme con movimientos rápidos.
Empecé a escucharle gemir con aquel tono tan ronco y grave que tanto me gustaba y yo estaba a punto de morirme allí mismo.

– Joder... Eres tan preciosa. Maldigo que me encantes tanto y que seas mi puta debilidad, Leah.

– Ya somos dos.– dije entre pequeños gemidos.

Aceleró el ritmo y entonces acaricié su frente sudada, bajé mis manos por su abdomen marcado y las subí hasta los músculos de su espalda, que ahora estaban haciendo toda la fuerza del mundo.

Volvió a pegar sus labios a los míos con ansia, salió de mi interior, me giró haciendo que me pusiera sobre mis rodillas y con el culo en pompa y volvió a colocarse y, hundirse dentro de mí.

– ¿De quién eres nena?

– Ya lo sabes.

– Quiero que me lo digas. Quiero que grites a los cuatro vientos que soy el que te hace gemir y que eres toda mía, porque si no haces eso voy a ir hasta aquel pavo de la discoteca y le voy a matar por tocarte.– dijo mientras me embestía a una velocidad certera.

Yo en aquel momento agarré las sábanas y apreté los puños.

– Dímelo nena...

– Soy tuya Gavi

No necesitó mucho más para llevar su mano a mi centro ya hinchado y mojado y estimular mi clítoris con maestría.

"Dios... Que siga jugando a la play muchos años más"

Me mordí el labio y entonces sentí una palmada en mi trasero e hizo lo mismo en la otra nalga.

Sabía que iba a dejar marca al menos unas horas, pero me daba igual.

Siguió estimulando mi clítoris y se movía rápido con una de sus manos en mi cadera.

Yo gemí y me apreté alrededor de él.

– Eso es nena... Vamos... córrete porque estoy esperando a que tú lo hagas.

Y tras escucharle con aquel tono de voz de nuevo llegué al orgasmo y dejé caer mis brazos.

Gavi salió de mi interior y se tiró encima de mí.

– Te quiero.

– Yo a ti también cielo.– dije un poco aturdida.

En eso mi teléfono empezó a sonar y lo cogí.

Mi tía acababa de llamarme para decirme, bueno, más bien para suplicarme que si podía hacerme cargo de mi primo pequeño durante unas horas.

Yo acepté sin dudarlo. Hacía mucho que no lo veía y tenía ganas de verle.

Me dijo que en 1 hora estaría allí, así que tras escuchar los berrinches de Gavi, conseguí que se duchase conmigo y bajásemos al salón para esperar a que llegasen.

Nos sentamos con un cubo de palomitas delante de la tele y estuvimos viendo una película de miedo malucha hasta que el timbre sonó.

Cuando abrí una pequeña figura se abrió paso ante mí y corrió por el salón con un coche de carreras en la mano.

Yo saludé a mi tía y le aseguré que estaría en buenas manos.

Mi primo Enzo miró a Gavi un poco trastocado. Estaba claro que no sabía quien era. Enzo solo tenía 6 años, pero aún, así aprendía rápido.

Conseguí que se sentase entre medio de nosotros después de presentarle a Gavi para ver alguna película que fuera apta para él y yo viendo que estaba entretenido fui a la cocina.

– Avi...– dijo Enzo mientras miraba la tele.

Gavi se giró para mirarle.

– Dime enano.

– ¿A que mi pima es apa?

– Mucho

– Es muy apa. ¿Te gusta?

– Sí. Me voy a casar con ella.

– ¿Po qué?

– Porque la quiero y me la voy a quedar para mí.

– Ño

– Chi.– dijo Gavi sonriendo.

Entonces Enzo empezó a llorar y Gavi entró en pánico.

– Joder, vale, tranquilo, cálmate.

Enzo lo miró ya sin soltar ningún quejido.

– Joder, menuda mierda, no vayas a llorar por eso eh.

Y ahí fue cuando la cagó.

– Oer, merda.

– No no no no, Enzo, eso no se dice.

Cuando llegué de la cocina empecé a escuchar la misma retahíla.

– Oer, Merda, Oer, Merda

– Enzo.– dije agarrándole.– Eso no se dice.

Enzo acusó a Gavi y yo fusilé a este último con la mirada a lo que él me susurró un "perdón".

Gavi y Enzo salieron al jardín a jugar a fútbol y yo me hice un café.

Entonces me fijé en aquella imagen.

Gavi había cogido a Enzo porque había hecho un gol, ambos sonreían y Gavi movía al pequeño para que diese saltitos.

Enzo miraba a Gavi mientras aplaudía y sonreía con sus pequeños dientes.

Y entonces en aquel momento me enamoré más él.

No dije nada, simplemente sonreí y me senté a observarles jugar tan alegres.

La verdad es que era muy joven para pensar en aquello, pero la imagen me había provocado unas ganas enormes de llorar.

Hacía tanto tiempo que no me sentía en paz como en aquel momento.

Quizás en un futuro no muy lejano, Gavi y yo podríamos vivir aquello y hacerlo juntos.

- - - - - - - - -

Muero de amorcito 🥺

Gavi y los niños pequeños me dan tanta paz y ternura...

Nos vemos en el siguiente capitulo guapis <3

𝐑𝐄𝐌𝐈𝐍𝐃𝐄𝐑 +18 | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora