XXXIX

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Sonreí y dejé a Gavi pasar.

Después, me lancé a sus brazos como alma que lleva al diablo.

Él correspondió y sobó mi espalda de arriba a abajo suavemente.

- No sabía que volverías hoy. Voy a tener que decirle al amante que se vaya.- dije sonriendo.

- ¿Amante?

Yo me tapé la boca y lo miré fingiendo sorpresa.

- Ay, me has atrapado.

Gavi me revolvió el pelo y tras mostrarme su preciosa sonrisa subió a darse una ducha.

Cuando este se fue a la ducha sonó el timbre y abrí.

Era el repartidor de correos.

Agarré la caja que me daba y después de firmar, cerré.

Abrí la caja y saqué algunas cosas que había pedido y miré una cajita pequeña.

La agarré y subí al baño después.

Cuando entré Gavi acababa de ponerse el pantalón de pijama.

Lo miré a través del espejo. Tan guapo como siempre.

- Gavi.

- Dime nena

- Tengo algo para ti.

Su curiosidad se activó y me miró.

Le dí la caja y lo miré sonriendo.

Este la abrió encontrándose con la pulsera que le había comprado.

Sonrió como un niño pequeño y la agarró para ponérsela.

Cuando acabó me miró enseñándomela y después me abrazó fuerte.

- No sabía si iba a gustarte.- dije viendo su muñeca.

- Es preciosa. Gracias cielo.

Me besó la cabeza y fue a la cocina.

Había algo raro. Desde que había llegado a casa no me ha besado en ningún momento.

Aunque no iba a darle mucha importancia.

Me senté en el sofá con la agenda llena de cosas que tenía que hacer. En concreto el sábado, osea ser mañana, debía ir a ver a Sira a la competición.

Estuve mirando los exámenes que tenía por estas semanas y me alegré de saber que no iba a estar tan agobiada.

Gavi llegó al salón un rato más tarde y se sentó a mi lado con una bolsa de Cheetos.

Yo alargué la mano y la metí en la bolsa.

Él me miró sonriendo y me acercó más la bolsa.

Estuvo contándome un poco lo que habían estado haciendo en el hotel y lo bien que se lo habían pasado.

Yo sonreí mientras me contaba todo como si fuera yo la que las hubiese vivido.

Estábamos demasiado aburridos en casa, así que no tuvimos ninguna idea mejor que decirle a todos de ir a PortAventura, obviamente todos aceptaron y quedamos a las 7 en la puerta.

Cuando llegué en el coche de Gavi y bajamos los demás estaban en la puerta bromeando y dándose alguna que otra colleja.

Sira vino hacia mí y me abrazó fuerte.

- Creí que moriría viéndolos hacer tantas estupideces. Creo que van a pegarme la tontería.- dijo mirándome preocupada.

Yo reí y le correspondí el abrazo y me agarré a su brazo como dos señoras mayores.

Tras aquello compramos las entradas y empezamos a ver donde queríamos montarnos.

Los chicos empezaron a debatir sobre ir a la de Shambala y Sira empezó a negar de un lado al otro rápidamente.

Yo la miré sin entender nada.

- Vas a morir ahí Leah.

- No seas exagerada Sira, tampoco es para tanto.- dijo Balde.

Al final, todos íbamos a montarnos menos Sira, que se quedaría abajo cogiendo nuestras cosas y observando.

A mí los chicos me taparon los ojos antes de entrar y cuando los que estaban en la atracción me abrocharon el cinturón y arrancó no me quitaron las manos de los ojos.

Entonces vi que empezaba a andar despacio.

Pero al mirar a mi derecha creo que iba a desmayarme.

"Sira, tenías razón"

Yo miré a quien tenía a mi lado, encontrándome con Gavi, que me miraba.

- Tranquila, no va a ser tan largo.

Yo empecé a hiperventilar cuando subimos una cuesta.

Y ahí se desató mi locura.

- ¡AYUDA! ¡BAJADME DE AQUÍ! ¡POR FAVOR!

Los chicos reían detrás de mí y sentí las manos de Pedri acariciar mi espalda para después agarrarse de nuevo a los barrotes.

Gavi me extendió una mano y yo, presa del pánico se la agarré fuerte.

Diría que le estaba cortando la circulación, pero él no se quejó en ningún momento.

Entonces llegamos al final de aquella cuesta y yo empecé a llorar y pedir que me bajaran.

Cosa que no ocurrió.

Lo que ocurrió fue que donde íbamos montados bajó aquella cuesta y vi lo alto y empinados que estábamos.

Entonces la atracción bajó y yo cerré los ojos permitiéndome chillar como una puta loca.

Los chicos gritaban animados detrás de mí.

Y yo apreté todavía más el agarre en la mano de Gavi, quien se lo estaba pasando genial a mi lado.

Sentía que iba a vomitar con todo lo que estaba sintiendo.

Lo único que sentía era el viento que golpeaba con fuerza mi cara y como mi cuerpo se movía mientras nos subían y nos bajaban en aquel infierno.

Sentí adrenalina, pero también miedo, así que no dejé de chillar.

Seguí apretando la mano de Gavi y este me acarició un poco esta para tranquilizarme.

- Venga cielo, que no queda nada.

Y no mintió, a los 3 minutos ya estábamos de nuevo en tierra.

Los encargados me desabrocharon el cinturón y yo me quedé ahí parada mientras los chicos se hacían fotos y firmaban a estos encargados y fans.

Cuando acabaron Gavi llegó hasta a mí y me cogió en brazos saliendo de aquella atracción del terror.

Cuando salí Sira vino corriendo hasta a mí y me acarició la cara.

- Díos mío Leah, estás muy pálida.

Gavi fue a una máquina expendedora y trajo algo de agua.

Sira agarró la botella y echó un poco sobre mi nuca y me abrazó.

Yo seguía un poco en estado de shock.

A los pocos minutos intenté levantarme, pero me temblaban tanto las piernas que no conseguí siquiera incorporarme.

Gavi me cogió de nuevo en brazos y avanzamos hasta la siguiente atracción.

Esta era más de entretenimiento que otra cosa, así que mientras ellos jugaban a ver quien le daba más fuerte al saco, Sira me trajo algo para comer.

Comí un poco hasta que decidí que no iba a comer más porque tenía el estómago revuelto todavía.

"Creo que voy a tener traumas toda la vida"

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Vengo a decir que soy igual de cagona que Leah en las atracciones como esa. Creo que no me he montado nunca en ninguna. O puede que en 2, pero a que costo.

Jajajajajajjajaa en fin.

Nos vemos mañana gente guapa <3

𝐑𝐄𝐌𝐈𝐍𝐃𝐄𝐑 +18 | Pablo GaviWhere stories live. Discover now