Mi esvástica: [LIBRO #1- TERMINADO]

Temporada 1:[Capítulo 8]

Anteriormente en : Mi esvástica

Mis ojos se llenaron de lágrimas; Vater era todo lo que me quedaba. Ahora estoy solo. Lo mire y comprendí todo el peso que en sus hombros cargaba, él por que se su carácter y sus decisiones. ¿Por que mi padre tuvo que morir de esta forma tan cruel..? Salí de mi hogar y mire mi alrededor. Solo hay muerte y miseria para mi. Arrugue la carta de mi padre y me limpié las lágrimas.

Juro por mi vida que me vengaré de todos aquellos que profanaron mi tierra, mataron a mi gente y a mi padre. Juro que les haré llorar por piedad, que los haré humillarse y besar mis pies. Primero muerto a olvidar lo que han hecho.

-Pronto saldaremos cuentas, aliados...

[...]
1919

Hoy, en el año de 1919; he logrado tomar el poder de mi hermosa Alemania. Hace un mes, fui decretado como heredero oficial de la nación por la corte real alemana y en mi corazón nace un gran pesar por todo lo que he vivido en todos los años de mi corta vida.
Cuando regrese a mi hogar y encontré solo muerte en mis tierras, me enteré de todo lo que me había perdido durante los meses que estuve recluido en ese campamento. Mi padre, Tangle Reich había sido derrotado totalmente y obligado a firmar el repugnante Tratado de Versalles, que me ponía en la obligada posición de no solo pagar increíbles y desproporcionadas indemnizaciones a las potencias aliadas, en especial a esa perra de Francia, sino también a aceptar la humillación y rendición total de Alemania, declarados así como los únicos y verdaderos causantes de la guerra.

¿Saben lo humillante que es aceptar eso? Mi padre con su gran orgullo nacionalista no tuvo más opción que firmar ese estúpido tratado solo por el Consejo Real Alemán (también conocido como alto mando Alemán) que lo presionaba para terminar la guerra, sabían que Alemania colapsaría, pero prefiero la muerte a bajar la cabeza enfrente de los enemigos. Pero yo no tenía el poder hace unos meses, y mi padre tuvo que ceder. A mis 16 años me hago cargo de mi devastada nación; hundida en la pobreza, hambre y mortandad.
Cuando las aguas se apaciguaron, el Consejo Real Alemán mandó a Berlín, la mano derecha de mi padre, a buscarme. Me encontraron en el mismo lugar de siempre, en mi hogar, sentado bajo sus puertas abiertas que dejaban salir el olor repugnante de los cuerpos en su interior y aún con la carta de mi padre entre mis manos. Jamás olvidaré lo que me hicieron, jamás perdonaré lo que me arrebataron, no solo me arrebataron el orgullo y la dignidad, sino, que también me alejaron de Urss y asesinaron a mi padre.
Aun que todos piensen que el armisticio fue el fin, se equivocan, este solo es el principio. Yo me encargaré de llevarlo a su final.

Gruñí mientras regresaba a mis cabales y salía de mi trance mental, saliendo de mis pensamientos. Tomé el tratado de Versalles en mis manos y lo tiré al bote de basura.

-¡Mi señor!, no puede tirarlo, debemos seguir las leyes que nos norman.-Berlín recogió el tratado del bote y yo masajee mi cien mientras golpeaba mi escritorio con mi puño.- señor, es muy joven y debe tener un carácter fuere para superar nuestra dura situ—

-¡Cállete, Berlín!.-apoye ambos brazos sobre el escritorio.- jamás, me escuchas, jamás voy a aceptar ese trato.

-No es por que quiera, Joven Third Reich.- esperen... esa voz.

Berlín y yo miramos a la puerta, de mi ahora oficina, y ahí se encontraba el jefe supremo del consejo real Alemán. Afile mi mirada contra el, ese maldito cobarde.

-Ese tratado es una patada en el trasero para Alemania, me rehuso a seguir sus imposiciones. Alemana no está en posición para humil—

-Estamos en posición para arrastrarnos si es necesario.-Me respondió seco mientras me interrumpía. Me tensé y lo mire con odio.¿Como podía decir eso?.- Alemania está en la miseria gracias a su Padre, Second Reich, que llevo a nuestra nación a la derrota y yo tuve que buscar la forma más pacífica de terminarla.-estaba dispuesto a contradecirlo, pero me callo mostrándome la palma de su mano.- Y no estas en posición de rechazarlo.